miércoles, 27 de diciembre de 2017

Beto Parra a PANORAMA en 2015: Llegué a Maracaibo en el 80 y preparé el proyecto del “Por Puesto”

PANORAMA / Marielys Zambrano Lozada
Archivo PANORAMA
Compartimos esta entrevista al humorista zuliano Beto Parra, quienfalleció este martes 26 de diciembre, y fue publicada en PANORAMA el 18 de noviembre de 2015.

La vida de un “porpuestero” maracucho, que debía mantener a su hermana y a su sobrino comelón, fajándose al frente de un volante con una ruta dura, que partía de Sabaneta y llegaba a Las Pulgas, se convirtió en el tema central del primer programa de televisión humorístico que estrenó el Zulia: Por Puesto.
De eso ya 28 años. ¡Mollejeición! ¡Recontramollejeición elevado al cubo! Par de frases que calaron en el show.
“Beto Parrato” era el chofer del Plymouth, alquilado, verde.  Cuando él nació, le decían, el arco iris era en blanco y negro. Cuando él nació, se burlaban, ya Hidrolago tenía problemas. Al propio estilo de la época, usaba una camisa colorida, manga corta, con una chaqueta tipo “Miami Vice”. Una cachucha le ocultaba los cuatro pelos de su cabeza, porque el cura no lo bautizó con agua bendita, sino con agua de batería.
  “¡Ay Mamá Chinca! ¡Como goza mi pecho!”, soltaba el comediante Beto Parra, cuando algo le salía bien. A sus 81 años, el  ícono de la comedia zuliana  recuerda  cómo se gestó ese boom. 
“Yo me vine en el 80 para Maracaibo, después de vivir en México y darle la vuelta a  América.  Aquí no encontraba qué hacer. Entonces, preparé un proyecto, Por Puesto. Se lo llevé al presidente de Nctv y le gustó. Era el chofer de un carrito”, dice.
El programa fue un monstruo en audiencia en el estado Zulia.
Las grabaciones del show se mudaron a Las Pulgas y a otros escenarios de Maracaibo. Cuando los zulianos vieron cámaras  en pleno centro, notaron que el show reflejaba el comportamiento del zuliano rajao, algo que jamás se había retratado tan fielmente en pantalla.  La guinda de oro fue el voseo con presencia permanente en los diálogos.
El programa  se volvió viral. Tanto así que, durante los tres años  al aire había afiches gigantes de Beto Parra en Las Playitas y  batió récords de audiencia en el Zulia, pasándole por encima a los shows que, cada miércoles, en horario estelar (8:00 de la noche), transmitían los canales de la capital del país.
 “¡Chaqui, chaqui, chaqui!”, sonaba una perinola  incesante por un muchacho que se montó en el carrito de Parrato en un programa. Entre el sol y el golpe seco del juguete, Beto soltó: “¡Mijito, agarrá un respirito! ¿No te duele el deíto?  ¡Bajate ya! ¡Me tenéis harto y ostinao!”. Acto seguido se escuchó  el ¡plum! de la puerta del  Plymouth,  tirada como protesta. Esa acción mostraba la  peor ofensa que se le puede  hacer a un porpuestero: ¡su puerta!
 “Todos los personajes fueron muy bien logrados.  La gente empezó a mirarse en el show.  Maik Ávila, ya fallecido,  era el productor y libretista. Escribíamos 45 páginas extraoficios todas las semanas, a máquina de escribir, con papel carbón,  ‘Liquid paper’ y papelitos blancos de corrector. Eran 42 libretos por año. A mí no me quedó ninguno. Se hacía una sinopsis del programa, nos repartíamos los diálogos entre los libretistas. Teníamos tres días para hacer el guión, dos  para que los actores se  aprendieran su parte, y dos para grabar”, recuerda Carlos Hildemar Pérez, creador del personaje “El Pirata Morgan”, ahora decano de la Escuela de Letras de LUZ.
En el trajinar del show se encontraban de frente  la vivacidad  de los usuarios  del transporte y  la del chofer.
“Señor, cóbrese uno, porque los tres hijos míos van paraos”, decía una gorda que se montó en el carrito de Parrato y  esquivaba  el pago de cuatro pasajes.
Mamá Nor era la hermana de Parrato.  En la vida real, ella era la esposa de un sobrino del comediante: Elsa Pérez. “Parrato” debía mantenerla a ella y a al hijo de ella, Nectario, un flojazo, de gran tamaño, consentido por la mamá, que no comía, ¡hartaba!
“¡Ese muchacho siempre está ‘jartando’! Y yo partiéndome el lomo. ¿No te duelen las muelitas, mijito?”, le soltaba Parrato cada vez que llegaba a la casa, sudado, más que paño e´ polero.
“El locutor Víctor Pérez interpretaba a Nectario. Fue asesinado a tiros en Los Puertos de Altagracia”, recuerda Beto.
El elenco principal era adobado por las ocurrencias de “La Tartufa”, una vecina, “brollera”, que llegaba a casa de Beto para pedirle prestado el teléfono siempre. Era interpretada por la costera Ingrid Araujo. Cuando Parrato llegaba a casa, la sorprendía usándole el teléfono para emergencias: chismear.
Sería “Pata e’ Palo Morgan” una caracterización que gustó mucho. Era un chofer pirata y contrincante de Parrato.  El actor  —nadie recuerda su nombre, porque Beto, por los años, olvida muchas cosas—  murió, dice Parra. 
“La participación de Morgan se estaba volviendo  popular. Entonces bajamos su presencia pero no su fuerza humorística, porque el personaje principal era Parrato”, confesó el libretista Hildemar.
“Jhon Güein”, interpretado por  Daniel Medina, era el popular loco del barrio. Ponía los ojos desorbitados. Los abría y cerraba con insistencia, como si le picaran siempre. Medina caracterizaba, además, a un “guajirito” que  se montaba en el carrito. Más sazón a las situaciones se las agregaban los dos mecánicos “alambreros”; ambos malos y pícaros: “El Pringamosa” y “Mis ojitos”.
“Los dos  actores también murieron. ‘Mis ojitos’ en la vida real era un sargento de la policía. ¡Todo el mundo del programa se ha muerto! ¡Falto yo! Pero de vaina, todavía me falta”, dice Beto y se ríe.
“Elpidio” era otro personaje.Un fisicón, boxeador,  hermano de un usuario. Cuando había problemas gritaban: “¡Elpidiooooo!” Y aparecía dando puños al aire. La incorporación de unos hombres vestidos de blanco que decían: “¡Ay vee!”, cuando surgía una situación ridícula,  generó la moda de repetir la frase.
En el carrito los usuarios le contaban a Parrato sus problemas. De ese show derivaron otros  cómicos como “A la Jaiba” y “Carcajadas”. 
“Me tildaron de traidor por irme a Caracas. Pero Nctv me dejó ir. No hablaron conmigo. Tampoco me permitían ser productor independiente con mi programa. ¡Si no hubiera sido millonario y no me voy! Así como después quedó Joe González. Pero a mí me daban sueldo pequeño y de allí tenía que ayudar, inclusive, a otros actores del programa. Rctv me ofreció buena paga y contrato por cuatro años, y me fui. Mi familia come”.
Del programa solo hay recuerdos.Aunque es historia de la TV del Zulia, muy poco interés ha habido en buscar detalles de su legado, dice la profesora de la Universidad Cecilio Acosta (Unica),  Keila Caridad.
En el desorden que hubo por años en los archivos de Nctv se borró parte de la historia de la TV zuliana. Tratando de enmendar el error, ya tienen seis años ordenando y recuperarando  esas memorias. Pero falta mucho por hacer aún.
Muchas de las cintas grabadas en formato  UMatic se perdieron. Otras fueron comida de ratas. Y otras usadas para regrabar sobre ellas programas y noticieros. En los archivos de Nctv  encontraron una promoción, contó Angélica Fernández, coordinadora de producción. Beto tiene en su casa 10 cajas Umatic sin saber su contenido,porque no encuentra un equipo para verlas y pasarlas a CD.“Necesito que alguien que sepa de eso me las convierta, para saber qué tienen. A lo mejor me encuentro con programas. ¡Una sorpresa! ”.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario