martes, 18 de julio de 2017

Trump, el Pueblo de Venezuela y la "venezuelan people"


Concluida la hora de los payasos y maromeros, llega la hora del dueño del circo. Donald Trump se ha referido a Venezuela en los términos en que se refieren los dueños a sus esclavos, los terratenientes a sus haciendas, los señores feudales a sus vasallos. Si esto fuera un certamen a ver quién honra más la exactitud de la retórica, habría que preguntarles a los fascistas qué mierda es lo que entienden por libertad, democracia y soberanía, cuando su triunfo más sonoro del año ha consistido en la reacción directa de su amo. El papá interviniendo en la pelea fundacional de su hijo contra otro de su tamaño en la escuela primaria. Así que al fin tienen una oportunidad de cumplir al menos una de sus amenazas: calle sin retorno. Eso es: CÁLLENSE y no tornen a hablar, Guevaras, Allupes, Smolanskis y Borges del patio. Ya habló el propietario, el jefe, el que mueve los hilos desde allá arriba para que ustedes sean capaces de menearse como si tuvieran vida propia.

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El comunicado de Trump contra Venezuela viene disfrazado con una aparente carantoña a la venezuelan people. Trump continúa la táctica y el lenguaje de quienes ejecutan la guerra aquí: llamar "pueblo de Venezuela" a cualquier mierda que queme una bolsa de basura o asesine a un negro en nombre de esa rara criatura: la democracia de los empresarios. Aquí entre nos, y visto el regocijo con que el antichavismo promedio ha recibido la declaratoria de intervención de Estados Unidos, va quedando claro que eso que se mueve allá para frenar la construcción de una sociedad de nuevo tipo es la venezuelan people. Porque quienes queremos construir una sociedad sin interventores ni tutelajes somos el Pueblo de Venezuela.

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Trump quemará unos cartuchos dizque para ayudar a la venezuelan people. Cuando esos cartuchos estallen su objetivo será el Pueblo de Venezuela. "Medidas económicas rápidas y firmes" pudieran ser bloqueo directo, expropiación o embargo de entidades venezolanas, chantaje vía flujo petrolero. Estamos al borde de la última estrategia económica de estrangulamiento. Como esta también fracasará, o tardará demasiado en surtir efectos, habrá que prepararse para las medidas que seguramente planifican para el último semestre del año. Todo parece indicar que Estados Unidos ya decidió no respetar los plazos regulares ni los ritmos institucionales venezolanos. Quiere para este mismo año un presidente títere y, si su aspaviento no es sólo discursivo, vendrán situaciones de fuerza.
No hay otras opciones: o te cuadras con la Constituyente o con la venezuelan people
"Situación de fuerza" no es esa mariquera sifrina enmascarada que hemos visto en las urbanizaciones y avenidas céntricas, ni los experimentos criminales a la entrada de algunos barrios pobres. "Situación de fuerza" es violencia al modo norteamericano. Nada que explicar.

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No es hora entonces de invocar paladines antiguos ni gritos ancestrales de guerra. Es hora de afirmar los pies aquí en esta tierra y empezar por comprender a qué punto de nuestra historia hemos llegado: así a usted le moleste la Constituyente; así no sepa cómo votar; así crea que es una pérdida de tiempo discutir un ordenamiento jurídico mientras los criminales captan y preparan a muchos jóvenes nuestros para la guerra, para la causa de la venezuelan people; así usted se crea más puro, más eficiente, más revolucionario y más chavista que Nicolás Maduro, esta es la hora en que usted debe decidir si se pone del lado de la venezuelan peopleque promueve la democracia empresarial, o se queda del lado del Pueblo de Venezuela, defendiendo la democracia más profunda que hemos conocido.
Al Gobierno de Venezuela le corresponde hacer cuanto pueda para evitar que se desaten los jaguares de la violencia, y sabemos que ese "cuanto pueda" puede incluir negociaciones, pactos y acuerdos con los dueños del circo. Y a nosotros, como Pueblo de Venezuela, nos corresponde hacer lo que haya que hacer para que en ese escenario que anda forzando la venezuelan people (los esclavos de Trump) no seamos nosotros los que llevemos la peor parte. Evitar la generalización de un escenario violento es tarea de los estadistas y altos dirigentes; prepararnos para lo que sea es tarea de nuestra gente. La gente que integra la corriente histórica llamada chavismo.
No hay otras opciones: o defendemos a Venezuela mediante la defensa de la Constituyente, o nos cuadramos con la venezuelan people que anda teniendo orgasmos por el anuncio/amenaza de Trump. La otra opción es meternos debajo de la cama y esperar a que otros participen y resuelvan el asunto de la democracia y de la sangre, y eso equivale a entregarle territorios y energía a la venezuelan people.

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