sábado, 31 de octubre de 2015

ASÍ FESTEJABA SU CUMPLEAÑOS EL CAMARADA ALÍ PRIMERA TODOS LOS 31 DE OCTUBRE DE CADA AÑO


  • Sábado, 31 Octubre 2015 09:08
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Una entrega de instrumentos musicales a niños del sector pesquero Las Piedras, en Carirubana, estado Falcón, o de artículos deportivos para los jóvenes de alguna barriada de Venezuela hubiese sido para Alí Primera el festejo perfecto para conmemorar sus 74 años de vida este sábado 31 de octubre.

La práctica cotidiana de solidaridad, unión, amor y compartir con el carente eran las ideas más palpables que Alí, el camarada de las ideas, multiplicó en vida para los suyos, su pueblo, su gente, para todos. 

Hace 30 años, el cantautor falconiano hubiese tomado su llamada vaca blanca(su camioneta) con rumbo a algún sector de San Felipe, en el estado Yaracuy, o de Apure para repartir alguna indumentaria o cubrir alguna necesidad de cualquier muchachada de la zona, cuenta su esposa, Sol Musett.

"Él no hacía fiesta cada 31 de octubre. Su celebración era la sonrisa del muchacho, la mirada animada del niño cuando recibía eso que con tanto amor y tanta pasión iba a entregar Alí por cualquier parte del país. Así eran sus cumpleaños", recuerda.

El nativo del otrora Barrio La Vela, hoy Barrio Alí Primera, estaba consagrado a entregar día a día con su testimonio y ejemplo amor a los pescadores de Las Piedras, los artesanos de Miraca  o los niños de su barriada en San José de Cocodite, todas poblaciones de Falcón.

"Alí fue un practicante del amor, un hacedor del amor. Su lucha se centraba en el amor por otros, por los suyos, por los niños. Sus ideas se centraron en rescatar el amor más profundo para salvar a los niños, a sus carajitos, las abuelas, la tierra", contó Florentino Primera, su hijo.

Para el joven, las ideas de su padre, el Cantor del Pueblo fallecido hace 30 años, han germinado y prosperado en frutos de conciencia, que abundan no en quienes aprenden y corean sus canciones, sino en quienes las practican.

"Las canciones de Alí son sus ideas, y hoy los frutos de Alí son los practicantes de los que abrazan la unidad y el reconocimiento del otro por encima de la idea, de las diferencias. El estudio constante de las letras de Alí no se hace de otra manera que practicando su pensamiento y su lucha, que es la misma de los campesinos, de los estudiantes, del obrero", argumentó.

Watuyusei, el fruto de Alí

"Ya de grande, comprendí la lucha política e ideológica de Alí. Hoy esa lucha la intentamos exponer y multiplicar con Watuyusei, intentando continuar con el legado y el pensamiento de Alí", explicó Roberto Buitriago, del colectivo cultural Watuyusei, creado hace cinco años y que es hoy en día referencia del trabajo social en Paraguaná y en todo el país.

Buitriago, de 33 años, compartió desde los tres años con Alí la enseñanza, la música, el arte y la motivación por cubrir la necesidad del otro.

"Tuve la oportunidad y la dicha de tener lazos más allá de los biológicos con Alí, sus hermanos, de crecer con su letra, con su pensamiento, y hoy seguimos en Watuyusei abrazando esa lucha de Alí por el pueblo paraguanero", sentenció.

Watuyusei en Paraguaná es el responsable de motorizar una parte importante de la reforestación de varias zonas, además de interceder para la dignificación de los habitantes de las adyacencias del antiguo vertedero de Tiguadare, en Carirubana, a través de la conformación del urbanismo Tiguadare.

"Nos vemos en la necesidad de colocar nuestras fuerzas en transformar el futuro de los chamos de muchos sectores de Paraguaná. El futuro será gracias a lo que nosotros estamos luchando hoy. Nos hemos dado a la tarea de continuar con esta siembra de conciencia, que viene abrazada a la siembra de árboles en esas comunidades", confirmó Florentino, líder de este colectivo y organizador del Festival Watuyusei Paraguaná, que hace cinco años se efectúa en diciembre en diferentes barriadas de esta localidad.

Hoy es evidente el eco de la canción de Alí no sólo en el reconocimiento de su lucha, de sus principios, de su pensamiento, también en la conciencia del pueblo joven, de los niños, que hoy estudian a Alí como un forjador de caminos que avanzan, y no como una teoría muerta.

En ellos está centrada la esperanza del mundo que soñó Alí y de la conciencia de sus letras: Que no sea en vano la lucha de los campesinos y su tierra, del obrero y su fábrica, del estudiante y su propia idea. "Busquemos lo que ha de emancipar, sequemos el sudor de nuestra frente y busquemos tras las nubes al sol, busquemos con alborozo, el sol maravilloso de la Revolución".

(AVN)

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