jueves, 29 de diciembre de 2016

CÉSAR SOLÓRZANO Para un destinatario



El destinatario sabe que es con él. Él pueden ser muchos o uno individual. Todo el que se pique, estoy seguro de que es un destinatario. Todos debemos leerlo. Sin lugar a dudas, el contenido ha formado parte de nuestra preocupación durante mucho tiempo. Dije mucho tiempo. Son muchos los argumentos que vienes leyendo y demasiados los que te mortifican. Todo lo que tiene que ver con una revolución social penetra en nuestro cerebro y nos obliga a pensar, asimilar, criticar, defender, buscar verdades y salidas. Bertolt Brecht afirmó, con toda la razón del mundo: “La crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer”.
Si es verdad, como creo, lo que se afirma en esta frase, tenemos que estar muy preocupados, porque cada día, en estos tiempos, palpamos la angustia de más y más población. Mucha va expresando su desazón ante cada vivencia en supermercados, comercios, servicio público, hospital o clínica, farmacia, transporte, etc.. Es difícil no tener alguna sospecha sobre cualquier cuerpo policial, funcionario del Estado, escritor de izquierda. La verdad está en entredicho. La mentira ha tirado su manta y sale del esófago hasta el oxígeno. La confusión se va generalizando, los análisis no terminan de decir nada, las acusaciones alimentan la indignación, son un carbón encendido que está al rojo vivo. Pareciera que todos estamos del mismo lado y estamos cubiertos del manto del descontento y poco a poco aparece la identificación: “estos empresarios, vendedores, mercachifles, cobradores de cualquier signo son unos ladrones”, ¿hasta cuando ¡coño!, se va a seguir permitiendo esta situación llena de corruptelas de todo tipo?, ¿no hay quien le ponga el cascabel al gato?
Está bueno. El Gobierno tiene que responderle al pueblo de una vez. Y las medidas deben ser explicadas y aplicadas a fondo. El “guabineo” acaba con cualquier revolución. Y los choros siempre estarán aupando para que se profundice en la confusión, el desorden, el caos y en la salida violenta y combinada con los gobernantes de los imperios –empresas y políticos.

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