Alcides Castillo
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Alcides Castillo
La impunidad no puede ser el norte o la carta bajo la manga que se negocie en República Dominicana. El diálogo debe conducir a nuestro país a la paz duradera, pero esa tranquilidad se debe conseguir con justicia, donde los que impulsaron, organizaron y estimularon los actos terroristas deben pagar los crímenes cometidos. No pueden llegar a la mesa de conversación con la “cara limpia”, regresar y declarar que “exigen que no se investiguen los asesinatos y que se remueva de su cargo a Tibisay Lucena”.
Los apátridas Julio Borges y Luis Florido, fascistas reconocidos, llevan la voz en la mesa de diálogo, donde solicitan “caída y mesa limpia” para los crímenes cometidos. En materia económica proponen la apertura de un “canal de ayuda humanitaria”, eufemismo con que esconden la intervención militar del imperialismo yanqui. Estos “personajes” son los mismos que auparon y solicitaron el bloqueo económico, comercial y financiero contra Venezuela, política criminal aplicada por el gobierno xenófobo de Donald Trump y seguido por gobiernos de la vieja Europa, que se convirtieron en “cortesanos del presidente vitalicio del KKK”.
Borges y Florido, y toda la gama de fascistas que impulsaron la violencia, donde murieron más de 120 venezolanas y venezolanos, varios de ellos quemados vivos, deben pagar estos crímenes cometidos. Solo así habrá paz verdadera. No debe quedar bajo la mesa la justicia, pues sería mal precedente para nuestro pueblo, que sigue sufriendo la escasez de alimentos y medicinas, y el deterioro de los servicios públicos básicos. No se pueden empinar los terroristas por encima de la paz de Venezuela; debe existir un castigo ejemplar. De lo contrario, estaremos dando un aval para que repitan acciones de terror y queden sin castigo.
En la mesa de diálogo debe quedar claro que el enemigo fascista no puede llegar con la pretensión de “exigir nada”.
Quienes fingen descaradamente son cínicos. Así es la oposición, y quienes hoy la representan en la mesa de diálogo en República Dominicana.
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