Caracas, 25 de diciembre de 2017.- La Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, llamada Día de Navidad, es la fiesta más grande del calendario cristiano, porque se conmemora el nacimiento de Jesús de Belén, junto con la Pascua, Resurrección y Pentecostés.
El Día de Navidad no fue oficialmente reconocido hasta el año 345, cuando San Juan Crisóstomo y San Gregorio Nacianzeno decidieron la proclamación el 25 de diciembre como la fecha de la Natividad en busca de renovar los deseos de felicidad y de paz.
La Navidad es un día de reunión familiar y recogimiento: se encuentran para celebrar la paz, felicidad y hacen intercambios de regalos.
Origen de la Navidad
A lo largo de la historia ha ido institucionalizándose una teoría que afirma que la Navidad tiene su origen en la fiesta de la Roma pagana relacionada con el solsticio de invierno, particularmente a dos: las Saturnalia y el nacimiento del dios Sol (la fiesta del Sol Invicto), ambas el 25 de diciembre.
Así, cuando el emperador Constantino en el siglo IV adoptó el Cristianismo en el Concilio de Nicea como religión oficial del Imperio Romano, según esta teoría, para evitar un enfrentamiento con los paganos, se decidió que la fecha del nacimiento del dios Sol fuera también la fecha del nacimiento del Hijo de Dios. La Enciclopedia Católica así lo cita: “Oh, de qué forma tan maravillosa actuó la Providencia cuando el día en que nació el Sol… hizo que naciera Cristo”.
Sin embargo, esta teoría la descartan los expertos en liturgia e historia de la iglesia. Muy pocos conocen que realmente el 25 de diciembre se celebra el nacimiento de Cristo por una creencia del Judaísmo con base en la “edad integral” de los profetas de Israel. Los judíos creían en tiempos de Jesús que la fecha de la muerte de los profetas coincidía exactamente con la de su concepción.
La muerte de Jesucristo se fijó el 25 de marzo según la Iglesia occidental, que lo hizo fijando en el calendario gregoriano la fecha 14 de Nisán. Es decir, aquel primer Viernes Santo fue un 25 de marzo.
El pesebre navideño
La Navidad nos acompaña en esta meditación sobre el profundo significado del Pesebre, que es donde Jesús aparece más grande y más glorioso.
El tiempo no disminuye la profundidad del misterio, los siglos pasan por delante y el pesebre nos conserva y nos transmite el recuerdo del nacimiento de Jesucristo, sublime y encantadora prueba del amor de Dios hacia nosotros.
En las casas de los cristianos, durante el tiempo de Adviento, se prepara el pesebre, según la tradición inaugurada por San Francisco de Asís. En su simplicidad, el pesebre transmite la esperanza.
San Francisco de Asís, fundador de la orden franciscana, representó el primer belén en la iglesia italiana de Greccio. La Nochebuena de 1223 los vecinos de Greccio, un pueblo de Italia, se reunieron para representar el nacimiento de Jesucristo, por el frío la única figura no humana era la de Jesús.
Desde entonces los franciscanos italianos, para recodar ese hecho milagroso, siguieron haciendo escenificaciones que fueron el origen de los Nacimientos, que pueden ser hechos de madera (como un cajón o una artesa), de barro o bien ser obra de albañilería o labrarse directamente en piedra. /JB
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