Era
ingeniero químico de profesión y, aunque llegó a trabajar en el área de
las cosmética, pasó a la historia de Chilecomo uno de los mejores
retratistas de las inmensas desigualdades del país sudamericano en el
sigo XX. El dramaturgo Egon Wolff, Premio Nacional de Artes de la
Representación y Audiovisuales 2013, ha fallecido este miércoles
en Santiago a los 90 años. El mundo de la cultura ha llorado su deceso.
“Nuevamente
un gran dramaturgo y premio nacional nos deja. Muchas gracias don Egon
Wolff por el inmenso aporte al teatro chileno”, escribió en su cuenta de
Twitter el ministro presidente del Consejo Nacional de la Cultura y las
Artes (CNCA), Ernesto Ottone Ramírez.
Fue
autor de una veintena de obras clásicas del teatro chileno que han sido
montadas en diversos países del mundo, como Flores de papel, Mansión de
lechuzas y La balsa de la medusa. Probablemente su creación de mayor
simbolismo, sin embargo, sea Los invasores, donde muestra los
antagonismos sociales de una época de creciente polarización en Chile.
En 1963 la versión original de la pieza fue dirigida por el actor y
cantautor Víctor Jara, que lideró un elenco de lujo para poner en escena
el texto de Wolff.
“Mi
obra más conocida surge en un período condicionado por un pensamiento
político y social, como se refleja en Los invasores o Flores de papel”,
comentó el dramaturgo en 2011 al periódico chileno La Tercera. “Había
agresividad en esas obras, una protesta por cómo se daban las cosas (y
se siguen dando). Pero luego de la muerte de mi mujer (1995), me cambió
el espíritu y me reconcilié con muchas cosas y entré en un período largo
de tolerancia, que se refleja en mis últimas obras. En estos momentos
estoy reconciliado totalmente con el mundo”.
Para
el académico de la Universidad Católica, Cristián Opazo, la vasta obra
de Wolff “cambió la manera de representar a ese otro amenazante, léase
el marginal o el lumpen”. “El dramaturgo está más interesado en tratar
de enfrentarnos a la manera en que nosotros vemos a los marginales, a
enfrentarnos a los miedos que nos provocan, que a hacer una descripción
realista de ese mundo”, señaló el especialista en el programa La
historia es nuestra de la radio chilena Cooperativa. “La obra de Wolff
es especialmente crítica al mundo burgués”.
Hijo
de inmigrantes alemanes, en cuya familia se hablaba alemán y no
castellano, transitó desde un mundo protegido hacia la maravilla y el
espanto de conocer nuevos mundos en el Chile de su adultez. Cuando
estrenó Los invasores en los años sesenta, un periodo politizado en este
país y en el resto del continente, debió soportar que un grupo que lo
consideraba demasiado rojo protestara lanzándole basura en las puertas
del teatro. Autor incómodo, que hizo las preguntas que la sociedad
chilena hasta ahora evita realizarse, Wolff fue un maestro inspirador de
varias generaciones de dramaturgos nacionales. (Texto de Rocío Montes).
Alberto hernández
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