29 Mar. 2015 - El empresario y activista de derecha venezolano, Diego Arria, acusó a la alianza opositora MUD "de haberle facilitado al régimen la movilización para rechazar" la orden ejecutiva del presidente estadounidense Barack Obama, que declara a Venezuela una amenaza inusual a la seguridad para esa nación.
Según Arria, las consideraciones de la alianza de partidos "replican en su esencia las mismas del régimen" dado que "la MUD destacó que la acción unilateral de Estados Unidos era injerencista e inaceptable.", según lo refleja un artículo de opinión publicado el viernes en el diario Miami Herald, titulado Venezuela sí es una amenaza.
Según Arria, las consideraciones de la alianza de partidos "replican en su esencia las mismas del régimen" dado que "la MUD destacó que la acción unilateral de Estados Unidos era injerencista e inaceptable.", según lo refleja un artículo de opinión publicado el viernes en el diario Miami Herald, titulado Venezuela sí es una amenaza.
El texto cita el comunicado de la MUD que precisa que "preferimos la acción preventiva (…) que acciones sancionatorias unilaterales", asi como el señalamiento del gobernador opositor Henry Falcón (estado Lara) quien expresó su rechazo a "la injerencia extranjera en nuestros asuntos internos".
"¿Entonces qué solicitaban sus delegados en sus innumerables viajes al exterior si no querían apoyos unilaterales?", se pregunta el exembajador ante la ONU en los años 90, resaltando las insistentes gestiones opositoras en busca de respaldo internacional a su pretensión de poner fin al gobierno de Nicolás Maduro, electo en abril de 2013.
El vocero opositor advierte "la MUD irresponsablemente al introducir el concepto de injerencia (igual que el régimen) olvida o decide desconocer una consideración fundamental del derecho internacional humanitario referente a que la violación de los derechos humanos sobrepasa las consideraciones de soberanía nacional."
Y en tal sentido reitera que las presuntas violaciones a los Derechos Humanos "no constituyen ‘asuntos internos’. Son la excepción al principio de no intervención."
Arria invoca el principio de la "responsabilidad de proteger", impulsado por quienes dirigen la política exterior estadounidense, para respaldar una eventual intervención unilateral, similar a la promovida en Kosovo y en Libia, con argumentos como una supuesta crisis humanitaria como consecuencia de la escasez programada.
La postura del empresario (quien se encuentra fugitivo tras ser señalado de participar en un plan para asesinar al jefe de Estado venezolano en 2014) refleja las profundas contradicciones entre los factores de poder que desde finales de 2001 han intentado detener las transformaciones sociales de la llamada Revolución Bolivariana.
"¿Entonces qué solicitaban sus delegados en sus innumerables viajes al exterior si no querían apoyos unilaterales?", se pregunta el exembajador ante la ONU en los años 90, resaltando las insistentes gestiones opositoras en busca de respaldo internacional a su pretensión de poner fin al gobierno de Nicolás Maduro, electo en abril de 2013.
El vocero opositor advierte "la MUD irresponsablemente al introducir el concepto de injerencia (igual que el régimen) olvida o decide desconocer una consideración fundamental del derecho internacional humanitario referente a que la violación de los derechos humanos sobrepasa las consideraciones de soberanía nacional."
Y en tal sentido reitera que las presuntas violaciones a los Derechos Humanos "no constituyen ‘asuntos internos’. Son la excepción al principio de no intervención."
Arria invoca el principio de la "responsabilidad de proteger", impulsado por quienes dirigen la política exterior estadounidense, para respaldar una eventual intervención unilateral, similar a la promovida en Kosovo y en Libia, con argumentos como una supuesta crisis humanitaria como consecuencia de la escasez programada.
La postura del empresario (quien se encuentra fugitivo tras ser señalado de participar en un plan para asesinar al jefe de Estado venezolano en 2014) refleja las profundas contradicciones entre los factores de poder que desde finales de 2001 han intentado detener las transformaciones sociales de la llamada Revolución Bolivariana.
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