viernes, 20 de mayo de 2016

Lea en Opinión: Los Golpes


Luis Fuenmayor Toro
Panorama
PANORAMA
Luis Fuenmayor Toro- Exrector de la UCV
lft3003@yahoo.c
 “El Gobierno utiliza este tipo de denuncias para profundizar la polarización política y electoral existente y aglutinar a su alrededor a todos los susceptibles de ser aglutinados”.
Desde su primer triunfo electoral y luego permanentemente, a lo largo de los distintos gobiernos habidos este siglo, siempre en coyunturas de posibles cambios, el chavecismo ha recurrido a las denuncias de supuestos magnicidios y de golpes de Estado. Los magnicidios han sido evidentes mentiras, que pretenden estimular la sensibilidad de nuestra gente ante el asesinato de cualquiera, con la excepción hoy día del homicidio de los jefes de las bandas delictivas, que acomete impunemente el Gobierno nacional. Entre Chávez y Maduro han acumulado tantos intentos de asesinato político como ningún otro gobernante en el mundo, incluido Fidel, creo. En el caso de los supuestos golpes la situación ha sido parcialmente diferente, pues en algunos casos han sido ciertas las intenciones o preparativos golpistas, lo que ha llevado al apresamiento de militares y civiles aparentemente comprometidos.
En todos los casos, ciertos o irreales, el Gobierno y el Psuv los han utilizado para acusar a sus enemigos, políticos y no políticos, para descalificar a la única oposición que les gusta y aceptan (la MUD), para acusar al imperio estadounidense y al expresidente colombiano Álvaro Uribe y para meter en prisión a unos cuantos personajes molestosos para el régimen. Dicho más directamente, el Gobierno utiliza este tipo de denuncias para profundizar la polarización política y electoral existente y aglutinar a su alrededor a todos los susceptibles de ser aglutinados. Por esta razón, muchos no le prestamos mayor atención a este tipo de acusaciones, pues las consideramos parte de lo que es lamentablemente la lucha política actual, carente de cualquier contenido importante para el desarrollo de nuestra nación.
En el caso de los golpes, el Gobierno llega al absurdo, por no decir estupidez, de acusar de la instrumentación de uno a líderes civiles sin señalar ningún compromiso militar. Dejemos claro que una cosa es desear, suspirar, anhelar, pedir un golpe y otra muy distinta es estar en capacidad de organizarlo y tener los contactos para ejecutarlo. Todos los golpes necesitan de militares activos con excepción de los llamados golpes constitucionales, como el que, según algunos, le acaban de dar a la Presidente de Brasil. Pongo otro ejemplo: el que se le dio a Carlos Andrés Pérez, según otros, muy festejado en Yare por Hugo Rafael. La denuncia actual de Maduro de la existencia de un golpe en Marcha sólo puede significar, si es seria, que un sector militar chavecista quiere separarlo del poder junto con su equipo más cercano, descontento con  el rumbo desastroso que lleva el país y que lo ha hecho prácticamente invivible para la inmensa mayoría de los venezolanos. 
No estoy hablando de un autogolpe de Maduro; hablo de un golpe de militares cercanos al chavecismo que desplazarían a Maduro y su camarilla. 

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