Caracas, 23 de marzo de 2017.- “No vemos el pan como una mercancía ni un producto para el enriquecimiento sino como una herramienta para alimentar a nuestro pueblo y generar impacto social en la comunidad, por eso nuestra panadería forma parte de un proyecto integral”,  expresó José Solórzano, miembro de la Empresa de Propiedad Social Indirecta Comunal La Minka, ubicada en la calle Las Delicias de la parroquia Altagracia.
Foto: CiudadCCS
Foto: CiudadCCS
Este lugar, que hasta hace cinco años estaba abandonado y funcionaba como un botadero de basura, se convirtió por iniciativa del Poder Popular en una de las 114 panaderías comunales asociadas a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), a las que el Gobierno Bolivariano entregó certificación y dotación de materia prima para la fabricación de este importante alimento, reseña CiudadCCS en su portal web.
“Nuestra panadería tiene una belleza, y es que viene desde abajo, construyéndose poco a poco. Al principio hacíamos el pan en otras panaderías aliadas, y de ahí lo llevábamos hasta nuestro espacio para venderlo en la comunidad, pero ahora lo hacemos y lo distribuimos”, indicó el vocero.
Comentó que, luego de participar en el Encuentro por la Producción Libre y Asociada realizado en el año 2015, empezaron a articular con otras panaderías comunitarias de diversas parroquias para generar nuevos sistemas de distribución.
“Con esa venta, poco a poco generamos los recursos para hacernos de nuestra maquinaria y, a finales del año 2016, logramos comprar amasadora, hornos, mesas y bandejas”, indicó.
En el espacio, donde se expende el producto de lunes a viernes, trabajan diariamente ocho personas en la fabricación de 600 panes.
“Vendemos pan canilla en 220 bolívares, el francés en 150 y hacemos uno de hamburguesa en 180. Con este impulso que está haciendo nuestro Gobierno Revolucionario queremos aumentar la capacidad productiva. Además, con los créditos que nos va a otorgar el Banco Bicentenario aspiramos comprar más máquinas”, añadió Solórzano.    /EM