08:10 AM / 16/12/2017-Gabriela Trujillo Prado
Agencias
Los fenómenos que observamos a nuestro alrededor, a veces, hacen que nos formulemos algunas interrogantes cuyas respuestas buscamos recurriendo a la sabiduría de nuestros abuelos, padres o hermanos mayores. Esa curiosidad innata resulta característica en esta etapa de la vida y forma parte de nuestro día a día. En el mundo animal por ejemplo encontramos grandes incógnitas . Hoy PITOQUITO resuelve algunos misterios:
¿Por qué las tortugas viven dentro de un caparazón?
La carcasa de estos reptiles funciona como un chaleco antibalas; como un armazón que los protege de la amenaza externa. El cuerpo de las tortugas es débil y si no tuviesen concha quedarían expuestas a sus enemigos.
¿Por qué los gatos siempre caen de pie?
Estos felinos tienen gran agilidad y la ponen en práctica mientras están en el aire y van cayendo. Ellos adoptan una postura en la que el punto de gravedad queda entre las cuatro patas; por eso siempre caerán de la misma manera sin hacerse daño alguno al aterrizar.
¿Por qué hablan los loros?
Las aves que creemos que hablan, como los loros y las urracas, realmente no lo hacen. Eso es algo que sólo hacen los humanos. Estos pájaros poseen cuerdas vocales especiales que les permiten emitir y repetir sonidos que nosotros pronunciamos.
¿Por qué ponen huevos las gallinas?
La gallina es un animal ovíparo; esto quiere decir que se reproduce a través de huevos. Ella expulsa el óvulo recubierto por una cáscara que lo protege y, si está fecundado, lo incuba durante 21 días. Luego, tras romper la cáscara protectora que lo cubría mientras se formaba, nace el pollito.
¿Por qué cantan los pájaros?
Las personas poseemos un lenguaje propio para comunicarnos y transmitir nuestras emociones a los otros. También las aves lo tienen y su canto es la forma de demostrar alegría, tristeza o defender su territorio.
¿Por qué lloran los cocodrilos?
Seguro has escuchado la expresión : “esas son lágrimas de cocodrilo”. Pués está referido a los gemidos que emiten estos grandes reptiles para engañar a los animales a su presa. Este llanto, parecido al de los bebés, atrae a las víctimas que acuden para ver lo que pasa. En ese momento el astuto animal se alimenta.
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