Caracas, 01 Oct. AVN.- Este miércoles se cumplen 50 años del fallecimiento de Enrique Bernardo Núñez, ensayista, historiadior, cuentista y primer cronista de Caracas, quien desde desde 1912 una fecundó una trayectoria dedicada al periodismo y la literatura, estableciendo como eje fundamental de su obra la historia nacional.
"Un pueblo sin anales, sin memoria del pasado sufre ya una especie de muerte o viene a ser como aquella tribu que solo andaba por el agua para no dejar sus huellas. A pesar del número de sus cultivadores puede decirse que ignoramos la propia historia", destacó Núñez en un discurso pronunciado ante la Academia Nacional de la Historia, en junio de 1948, cuando la institución lo recibió como individuo de número.
En el año 1910, con 15 años de edad, Enrique Bernardo Núñez, partió desde su natal Valencia hacia Caracas, donde, tras iniciar estudios en la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela, descubrió su verdadera vocación e hizo de la difusión de la palabra su oficio diario.
A los 23 años, el autor valenciano, nacido en 1895, publica Sol del interior(1918), su primera novela, que, aunque no despertó gran interés del público, fue admirada por la crítica, y más tarde fue calificada por él como un "libro de la juventud".
Es en 1920, con Después de Ayacucho aborda la temática histórica, relatando mediante esta obra episodios del país, luego de alcanzar su independencia.
Más tarde, en 1931, publicó Cubagua, su tercera novela y la primera obra literaria que reflejó la mitología indígena y le dio voz a los vencidos durante la conquista de América.
Entre otras de sus obras de su autoría están: La galera de Tiberio (1932); Don Pablos en América (Cuentos.1932); Signos en el tiempo (1939); Una ojeada al mapa de Venezuela (Ensayo.1939); Orinoco (Ensayo.1941); El hombre de levita gris (1943; Arístides Rojas, anticuario del Nuevo Mundo (1944); y Tres poetas (1959).
También destacan Viaje por el país de las máquinas (1964); La estatua de El Venezolano: Guzmán y el destino frustrado (1963); y Bajo el Samán (1963).
"Enrique Bernardo Núñez fue sobre todo un escritor. Su prosa densa y precisa fija no sólo el contenido que relata; simultáneamente anima -espiritualiza- los acontecimientos con la sabiduría de quien siente el universo como hechura de palabras", resaltó Carlos Sandoval, autor del prólogo de La ciudad de los techos rojos, obra de Núñez, editada por Monte Ávila Editores en 2004.
En su ejercicio periodístico se desempeñó, en 1922, como columnista de los diarios caraqueños El Universal, El Heraldo y El Nuevo Diario. Igualmente colabora con las revistas Billiken y Cultura Venezolana.
Posteriormente, funda el diario El Heraldo de Margarita (1925), trabaja en la revista Élite, en El Nuevo Diario. En 1943, es columnista de El Heraldo y El Nacional.
En 1945, Núñez es nombrado cronista de la ciudad de Caracas, cargo que, con una interrupción de dos años, desempeñó hasta el dia de su muerte.
Este rol de Núñez se ve reflejado en sus títulos La ciudad de los techos rojos(1947); Fundación de Santiago de León de Caracas (1955); Figuras y estampas de la antigua Caracas tomo I (1962) y II (1963).
Además, también ejerció actividad diplomática, pues en 1938 es nombrado consúl de Venezuela en Baltimore, Estados Unidos.
Este miércoles se cumplen 50 años del fallecimiento de Enrique Bernardo Núñez, quien murió en Caracas, la ciudad que retrató con sus letras, un 1 de octubre de 1964.
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