Uno de los autores de los atentados del maratón de Boston, Dzhokhar Tsarnaev, compareció el miércoles ante el tribunal de esta ciudad que le impuso formalmente la pena de muerte durante una audiencia cargada de emoción, en la que el condenado, de 21 años, tiene la posibilidad de tomar la palabra después de las víctimas.
La audiencia comenzó a las 9H40 (14H40 GMT) y más de una veintena de víctimas de los atentados o familiares suyos se expresaron allí antes de que el juez federal George O'Toole pronuncie formalmente la sentencia, decidida el 15 de mayo por un jurado popular.
La primera en hablar fue la madre de una joven muerta en los atentados, Krystle Campbell. La mujer se dirigió al condenado, vestido con traje negro, quien escuchaba con la cabeza baja, sentado entre sus dos abogados.
"La vida es dura. Pero las elecciones que has hecho son innobles. Lo que hiciste a mi hija fue repugnante", dijo Campbell con la voz quebrada por la emoción, y agregó que no sabía qué decirle.
"Al menos ya no le harás ningún mal a nadie", dijo el padre de Krystle, Bill Campbell.
La sala de audiencias estaba totalmente abarrotada.
"Pudo detener a su hermano, pudo cambiar de opinión", dijo a continuación el padre de la víctima más joven, Martin Richard, de 8 años. "Pudo denunciarlo a la Policía. Pero no hizo nada para evitar aquello. Eligió el odio, la destrucción, la muerte. Es totalmente responsable", agregó Richard, quien explicó que hubiera preferido la cadena perpetua para que Tsarnaevtuviera tiempo para "reconciliarse" con lo que hizo.
- Tsarnaev impasible -
El joven musulmán de origen checheno, que llegó de niño a Estados Unidos, escuchó los testimonios sin reaccionar cuando otra víctima le decía que era el momento de que mostrara remordimientos y otros contaban que sus vidas ya no volverían a ser las mismas de antes de los atentados.
El joven musulmán de origen checheno, que llegó de niño a Estados Unidos, escuchó los testimonios sin reaccionar cuando otra víctima le decía que era el momento de que mostrara remordimientos y otros contaban que sus vidas ya no volverían a ser las mismas de antes de los atentados.
Dzhokhar Tsarnaev no habló en ningún momento durante todo el proceso, que duró dos meses y medio, del 4 de marzo al 15 de mayo.
A pesar de los testimonios conmovedores, el exestudiante, quien obtuvo la ciudadanía estadounidense en 2012, jamás mostró la menor emoción, salvo brevemente frente a las lágrimas de una vieja tía que vino de Rusia a declarar. Tampoco expresó públicamente el menor remordimiento.
Sin embargo, una religiosa católica, célebre opositora a la pena de muerte, la hermana Helen Prejean, quien lo visitó en la cárcel, había afirmado durante el proceso que Tsarnaev sí lo tenía. Dijo que a propósito de las víctimas el condenado le comentó que: "nadie debería sufrir como ellas han sufrido".
Los atentados de la maratón de Boston (noreste), fueron los más graves realizados en un espacio público en Estados Unidos desde el 11 de setiembre de 2001. Dejaron tres muertos y 264 heridos cuando el 15 de abril explotaron dos bombas artesanales cerca de la meta y convirtieron un evento muy popular, al que asistían decenas de miles de personas, en una carnicería.
Diecisiete heridos sufrieron amputaciones de miembros, a veces de ambas piernas. Varios dieron su testimonio durante el proceso.
Dzhokhar Tsarnaev cometió esos atentados con su hermano mayor, Tamerlan, de 26 años, quien murió durante un enfrentamiento con la Policía cuatro días después de los ataques. También fue acusado de la muerte de un policía tres días después de los atentados.
Los miembros del jurado deliberaron durante 14 horas antes de condenarlo a muerte. Es el primer caso de una condena a la pena capital por un tribunal federal en el estado de Massachusetts desde 2004. La pena de muerte no existe más en los tribunales del estado desde 1984.
La defensa había pedido la cadena perpetua con el argumento de que Dzhokhar Tsarnaev era un "muchacho perdido" bajo la influencia de su radicalizado hermano mayor.
Por tratarse de la pena capital, la condena es automáticamente apelable.
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