Las mafias internas que extraen de manera ilegal medicamentos, insumos y equipos quirúrgicos de los centros de salud públicos en la entidad siguen extendiendo sus tentáculos. Esta práctica, recurrente en algunos hospitales, está desangrando la entrada y dotación en estos espacios.
La escasez de insumos por la baja asignación de divisas para las importaciones en el país, sumado a la reventa de estos productos acentúa el problema. La interrogante es de quiénes son estas manos inescrupulosas que sacan de los depósitos la compresa, gasas, solución, antibióticos y hasta bisturí que pueden servir a un paciente en una emergencia, un pabellón o una sala de hospitalización.
“A mí me llegó el enfermero del Centro de Diagnóstico Integral (CDI), que está por la casa, con 30 cajas de guantes quirúrgicos preguntándome que si los quería comprar. Yo le quité la mitad y los vendí por el doble de lo que él me los dio. Pero la tercera persona a los que yo se los revendí me dijo ‘a cada caja le saco el doble, porque el par de guantes lo puede vender en 80 y 90 bolívares”, contó un revendedor informal de este tipo de mercancía, en la zona noroeste de Maracaibo.
La situación a lo interno en los centros de salud se maneja de distintas formas. “Yo sacó poquitas cosas y pequeñas porque me da miedo. Y realmente lo hago cuando necesito en casa o un vecino lo requiere y no lo consigue en una farmacia, pero no se lo vendo”, contó una enfermera de un hospital de Maracaibo. Ella esconde la mercancía en el estuche de los cosméticos, pues según explicó la cartera se la revisa el portero al salir. “Cuando estaba el brote de chikungunya en casa cayeron un montón, y el complejo B lo saqué del hospital porque estaba desesperada al no encontrar en las farmacias. Sé que eso no lo justifica”, acotó la misma profesional.
Estas redes se han internado en estos espacios públicos afectando, incluso, la disponibilidad de insumos en los centros asistenciales. “Mi hijo estuvo hospitalizado en el General del Sur, en febrero, y le dieron todo lo que necesitó, pero la semana pasada ameritó una cirugía y nos pidieron todo para el pabellón, hasta la solución. Por cierto, la solución no la encontramos por ningún lado, pero de la nada apareció en el hospital. Eso no lo termino de entender”, contó Rosa Méndez, residente de San Francisco.
Es recurrente esta denuncia de pacientes que deben recurrir al comercio informal que opera en las afueras de los hospitales, pues dentro de los centros de salud no cuentan con ellos.
“Yo compré un yelco en la parte de atrás de la maternidad (Dr. Castillo Plaza) en 200 y 300 bolívares, porque no hay. Cuando tiene un precio de Bs. 35, dependiendo de la medida”, señaló Alida Romero, familiar de una paciente.
Un antibiótico cuyo costo oscila entre 10 bolívares y 19 bolívares son vendidos hasta en 300 bolívares.
Sobre el problema, la secretaria regional de Salud, Tania Mesa, declaró a finales de marzo de este año, que estaban investigando varios locales que presuntamente venden medicamentos de los centros asistenciales.
Los directores de los centros asistenciales están en continúa auditoría del material que entra y sale a emergencias, pabellones, unidades de cuidados intensivos, salas de hospitalización; sin embargo, son muchas las veces que la situación se escapa de las manos.
El director del Hospital Universitario de Maracaibo (HUM), Samuel Viloria, indicó que existen una banda interna, en la que operan personas que no laboran para la institución. Precisó que durante estos 40 días de gestión están investigando a 10 personas por este tipo de hechos. “En estos días se logró recuperar en insumos un millón de bolívares. Hasta en los contenedores de basura hallamos material, que lanzaron para posteriormente sacarlos”.
Además, detalló que están terminando de adecuar un programa de sistematización de control de insumos médico-quirúrgicos y medicamentos que permita llevar un control más minucioso de lo que entra y sale de los depósitos y subdepósitos que tiene el HUM. Explicó que este control se llevaba a través del programa Excel, que es perfectamente modificable.
Viloria indicó que otra medida tomada para frenar este delito fue aumentar el número de cámaras en los depósitos.
El viernes 19 de junio, varios lotes de medicamentos e insumos médicos quirúrgicos fueron decomisados en los alrededores del Hospital Materno Infantil Dr. Raúl Leoni, ubicado en el sector El Marite.
El intendente de Maracaibo, Enrique Parra, precisó en esa oportunidad que este tipo de operativo busca desmontar estas mafias. Y recientemente indicó sobre el tema que el 90% de los medicamentos encontrados tenían en el envoltorio el indicativo que decía “prohibida su venta”, eso les hace suponer a las autoridades “que ese 90% fue extraído por personal del centro asistencial”.
Los operativos de inteligencia siguen a lo interno y externo de los hospitales. Para localizar dónde hay mayor incidencia y qué tipo de medicamentos e insumos se están llevando.
Viloria enfatizó: “Me parece excelente que la intendencia esté investigando y haciendo estos operativos, porque tenemos que atacar la fuga de medicamentos e insumos pues por allí se va el presupuesto. “Nosotros dimos un ejemplo, en una reunión del personal, un solo medicamento de costo mínimo, cuando nosotros manejamos más de 3 mil rubros, si sacamos la cuenta de ese lote tan grande nos vamos a mil rubros, en el año nos resta más de 100 millones de bolívares al presupuesto, además, de afectar la calidad de atención al paciente”.
Este tipo de denuncias no se de ahora. Para finales de febrero, en el Hospital Pedro García Clara de Ciudad Ojeda (Hpgc) fueron hallados cierto lote de medicamentos e insumos médicos en los lockers y debajo de las camas del área de dormitorios del personal de enfermería.
En diciembre de 2013, en el hospital de Cabimas los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones, Penales y Criminalísticas (Cicpc) abrieron una averiguación por un robo de 500 frascos de albúmina y 127 de inmunoglobulina. Ellos presumían que había complicidad interna.
“En este problema de la extracción de medicamentos los más perjudicados son los pacientes, porque son ellos los que al estar en una camilla de emergencia le dicen no hay. Y allí es la vida del paciente la que corre peligro”, enfatizó Yajaira Pulido, una maestra que esperaba en la emergencia del Universitario a un pariente.
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