sábado, 26 de noviembre de 2016

Cierra semana sombría para mesa de diálogo


Heilet Morales
Panorama
“El Gobierno es el DJ de esta fiesta, es el que tiene la posibilidad de poner el ritmo de cómo se va a bailar aquí”, cree Vladimir Villegas. 


Heilet Morales

El diálogo nacional está cerrando su peor semana, desde que hace casi un mes se instaló, el pasado 30 de octubre. Con el Vaticano poniendo la música, Gobierno y oposición parecieran jugar a la silla caliente a ver quién se para primero.
 La oposición amenaza con pararse de la mesa si el Gobierno insiste en rechazar la propuesta de una salida electoral cuando vuelvan a verse las caras, el 6 de diciembre. El chavismo, de su lado, exige a la MUD, especialmente a la Asamblea Nacional, a ponerse a derecho y parece congelar las citas.
El Vaticano, principal valedor internacional de los encuentros, también pareciera impacientarse. La Conferencia Episcopal de Venezuela declaró, el pasado lunes, que la Iglesia está preocupada, no está contenta con el desarrollo del proceso de diálogo y cree que tampoco lo está la Santa Sede.
Los insultos y acusaciones mutuas de incumplimiento de acuerdos arreciaron esta semana, después de que la oposición denunció un incidente que —según advirtió— casi hace naufragar el proceso iniciado el 30 de octubre a instancias del Vaticano.
  “De manera unilateral el Gobierno no sólo había congelado el diálogo a nivel de las mesas de trabajo, a las que no asistieron el martes, sino que puso en 'veremos' la reunión de diciembre”, afirmó el pasado jueves el portavoz de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba.
  Opositores como el excandidato presidencial Henrique Capriles sostienen que la causa del “congelamiento” fue la discusión —el pasado martes en el Parlamento de mayoría opositora— del caso de dos sobrinos de la primera dama Cilia Flores, declarados culpables por narcotráfico en Estados Unidos.
  Pero poco después de una seguidilla de declaraciones de la MUD en ese sentido, Maduro apareció con el exgobernante español José Luis Rodríguez Zapatero, uno de los facilitadores del proceso, para negar que se hubiera retirado. “La mesa de diálogo sigue avanzando”, subrayó.
 "Ellos mienten, inventan patrañas y buscan crear razones para levantarnos de la mesa. No lo haremos", aseguró Jorge Rodríguez, uno de los principales negociadores del chavismo.
  Rodríguez aseguró que sectores opositores buscan con el caso “hacer implosionar” las conversaciones.
No obstante, el hasta ahora monolítico frente chavista dio muestras de fisuras, cuando Diosdado Cabello, considerado número 2 del Gobierno y principal factor del radicalismo chavista contrastó al propio Maduro al decir: “La derecha no ha cumplido en los acuerdos y mientras no cumplan nosotros no tenemos nada que hablar con ellos”.
En ese sentido, pidió al Parlamento cumplir la orden de la máxima corte de dejar sin efecto, en un acto formal, la juramentación de tres diputados opositores cuya elección fue suspendida por denuncias de fraude del chavismo.
  Es la condición para levantar la declaratoria de “desacato” contra la Asamblea, que solo se dio por notificada del pedido de desvinculación que le hicieran los propios parlamentarios.
 El analista Luis Vicente León comentó a AFP que los tropezones son parte de un “juego desbalanceado y lleno de manipulación”, en el que el gobierno logró bajar la presión internacional y popular en su contra, frente a una oposición fracturada y que “probablemente no pueda conseguir lo que realmente complace a las mayorías”.
Otro tanto cree Vladimir Villegas, analista y periodista, quien cuestionó que el Gobierno ha anunciado la liberación de un grupo de presos políticos en el país, y que esta es una acción que no se ha visto materializada.
“El Gobierno es el DJ de esta fiesta, es el que tiene la posibilidad, de poner el ritmo de cómo se va a bailar aquí”.
“Lo otro es la paciencia y la presencia del Vaticano, hasta dónde el Vaticano va a seguir dándole calor a un proceso de diálogo que no da resultados”, agregó Villegas. 
De hecho, la cúpula de la Iglesia Católica en Venezuela, la CEV, ni bien llegó el lunes pasado mandó señales: “Queremos recordar que el Gobierno ha hecho promesas. Le decimos que más del 80% del pueblo venezolano no está conforme con el proceso, pues está esperando dos cosas: ‘la liberación de los presos políticos, que los hay’ y que se abra un canal humanitario para el ingreso de medicinas y alimentos”, decía Diego Padrón, jerarca de la CEV.
“Entendemos perfectamente que el éxito de este diálogo no pasa por el Vaticano, sino por las partes en conflicto, es decir: los líderes del Gobierno y la oposición”, interviene el analista Pedro Pablo Fernández.
En carta abierta a monseñor Claudio María Celli, enviado papal a los encuentros, Fernández solicita “interponer sus buenos oficios para que se cree una mesa donde participen el Gobierno y sectores productivos que ayuden a solventar el drama económico y social que vivimos”.
El camino del diálogo  amenaza con ser corto, el 6 de diciembre, fecha cargada de simbología para la oposición, está prevista la próxima reunión plenaria en unos encuentros que entre navidades y pesares el que se para de su silla pierde.

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