Cristian Antonio Cooz.-
Lo que fue un domingo de béisbol y esparcimiento sano, se transformó en una tragedia sangrienta cuando una familia subió a una unidad de transporte de la ruta Palo Negro-Maracay, para dirigirse a su casa del barrio José Gregorio Hernández, estado Aragua.
Eran como las 05:00 de la tarde. A pocos minutos de haber abordado a la unidad colectiva, unos malandros con caras de “bestias feroces” también lo hicieron a la altura del centro comercial Los Aviadores y de inmediato pelaron por sus pistolas, exigiendo a los pasajeros que les entregaran todo lo de valor que llevaran encima.
Al ciudadano Eberson Augusto Zambrano (40) le quitaron el celular y por oponer resistencia, le clavaron cuatro tiros a quemarropa (dos de ellos en la cabeza, con pérdida de masa cefálica), todo delante de su esposa e hijos.
Ante tanta monstruosidad, el hijastro de Zambrano, un sargento segundo de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) adscrito al Destacamento 429 de Los Comandos Rurales de Camatagua, e identificado como Edixson Rafael Jordán Bolívar, tomó un bate y le bateó la espalda al maleante, a quien desafortunadamente no pudo derribar.
Como serpiente
a la que le pisan
la cola
“Como una serpiente a quien le pisan la cola, el asesino volteó y le disparó en la cabeza y pecho”, relató un aterrorizado usuario. “Las sabandijas huyeron corriendo con todo lo robado como hacia los lados de Río Blanco”, expresó otro ciudadano que no quiso ser identificado.
El señor Zambrano falleció en el pasillo de la camionetica, pero el sargento, fue llevado el Hospital Militar de Maracay, donde hasta el cierre de esta edición, se debatía entre la vida y la muerte.
Se conoció que funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de la unidad de homicidios acudieron al sitio, colectando indicios y evidencias de interés criminalístico para dar con el paradero de los brutales asesinos. El cadáver del señor Zambrano fue trasladado hasta la morgue de Caña de Azúcar donde se le practicaría la necropsia de ley.
Fuente: La Calle
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