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Es costumbre habitual que los mejores futbolistas americanos crucen el Atlántico rumbo a Europa en busca de títulos más prestigiosos en los clubes más grandes, pero el español Pablo Marí tomó el camino inverso, dejando el Deportivo de La Coruña, en la segunda española, para fichar por el Flamengo, con el que martes 17 de diciembre disputa la semifinal del Mundial de Clubes.
El tiempo ha dado la razón por el momento al central valenciano de 26 años. Proclamado campeón de la Copa Libertadores con el 'Mengao' brasileño el pasado mes de noviembre tras ganar, como titular, la final a River Plate, Pablo Marí se convirtió en el primer futbolista nacido en España en conquistar el principal torneo de Sudamérica.
En el Mundial de Doha, donde su equipo buscará un puesto en la final ante el Al-Hilal Saudita, es el único representante de España sobre el césped, junto al arquero del Liverpool Adrián San Miguel y el centrocampista del ya eliminado Al-Sadd Gabi.
'La mejor parte'
"Queda la mejor parte que es lo que nos viene ahora, el Mundial, pero hasta ahora no puedo pedir más, campeón de la Libertadores, campeón de liga, central del año, creo que lo tengo todo", reconocía con satisfacción hace unos días.
"Vamos (a Catar) con muchas ganas, con humildad, trabajo, y a demostrar quién es el Flamengo", añadió.
Pero su carrera es una muestra de lo caprichoso del destino en algunas ocasiones. Hace menos de seis meses un remate de cabeza suyo que se perdió fuera en la última jugada de la final del 'playoff' a primera división privó al Deportivo de ascender a la máxima categoría del fútbol español.
Hoy, el cuadro gallego vive una de las mayores crisis deportivas e institucionales de su historia, ocupando el último puesto de la tabla y a nueve puntos de la salvación.
Marí, en cambio, con un título de la Libertadores bajo el brazo, está a dos partidos de proclamarse campeón del mundo de clubes.
Aunque el camino del canterano del Valencia hasta llegar a Doha no ha estado exento de obstáculos.
Su proyección se vio frenada en las categorías inferiores del conjunto 'che', y de allí pasó al otro equipo de la ciudad, el Levante. Lejos aún de cumplir la mayoría de edad recaló en la cantera del Mallorca, donde llegó a debutar en el primer equipo a las órdenes del técnico Joaquín Caparros, pero sin apenas continuidad.
Paso adelante
De la isla mediterránea pasó al Nastic de Tarragona, con el que ascendió a segunda división, y donde su complexión (1,92 metros de altura) y su buena salida de balón llamaron la atención del técnico del Manchester City Pep Guardiola, aunque Marí no llegó a debutar con los 'Citizens', que lo cedieron consecutivamente al Girona, al NAC Breda holandés y al 'Depor'.
Ante la dura competencia en el eje de la zaga del City, con Aymerique Laporte, Nicolás Otamendi o John Stones, Marí tomó rumbo a Brasil después de que el Flamengo pagase más de un millón de euros en hacerse con sus servicios.
En Brasil, a las órdenes del técnico portugués Jorge Jesus, se erigió en uno de los mejores defensores del Brasileirao. Ha disputado todos los minutos en los 28 partidos oficiales que ha jugado su equipo desde su llegada, anotando además tres goles.
Ahora se dispone a colaborar para que el Flamengo logre su primer título en el Mundial de Clubes en su formato actual, 38 años después de que el 'Mengao' conquistase la Intercontinental ante el Liverpool. Pero pase lo que pase en Doha, su salto a América sólo puede considerarse un paso adelante.
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