domingo, 19 de marzo de 2017

Nosotros hacemos Comunicación Alternativa y Comunitaria, no popular.


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“Vamos a la Revolución Comunicacional en Medios, Redes, Calles y Paredes o con otros formatos que irrumpan contra la canalla mediática que tanto odio ha creado”
             Contacto con Maduro”. 20 de noviembre del año 2016.
Por Brunilde Isabel palacios y Antonio José Guevara
Prensa Alternativa y Comunitaria EL NEGRERO

 La revolución Bolivariana viene tomando en su agenda con  mucha importancia los aspectos que tienen que ver con  la Comunicación Popular Alternativa y Comunitaria, a la cual se le ha dado carácter prioritario, es decir, porque es necesario hacer cambios profundos y mediatos con extensión planetaria y respuesta contundente[1]; en vista que desde hace 18 años cuando se inició la Revolución Bolivariana…, Venezuela se ha convertido en el centro de los ataques de fuerzas multinacionales y trasnacionales, por no  responder a intereses imperiales y si a los que tienen que ver con los del pueblo venezolano, donde hemos visto que le ha tocado, estar en el centro de los ataques, convirtiéndose en una brutal arremetida mediática, simbólica, económica, política, etc., que no ha cedido ni un milímetro y donde se han aplicado todas las fórmulas (las que conocíamos y ya habíamos superado y la que estamos conociendo), y muchas otras (Guerra psicológica, sistémica, política, al sistema eléctrico, Guerra petrolera, etc.) donde la guerra económica, financiera, de todo símbolo se han convertido en sus mecanismo principal.
En esta realidad es necesario tomar los muros, las paredes, las redes, las calles y los medios, en las comunas, en las escuelas, en las fábricas, en donde podamos hacer visible el sentimiento bolivariano, como nuestra irreverencia y que tal actitud, nos permita convertir este instrumentos de comunicación en la vanguardia de la semántica, de la sintaxis, de la semiología y de la ideas, para contrarrestar esos mensajes de odio en profundidad que nos trasmiten a través de los diferentes medios de información de masas…, porque tal estrategia debe incorpora a los organismos públicos y sociales, en esa necesidad de hacer praxis comunicacional y para ello, es necesario renovar las técnicas, la imaginación, las estrategias y planes a desarrollar para convertirnos en fuerza global, en factor decisivo y organizador para que nunca más nos quedemos silenciados ante las acometidas, el avasallamiento que tienen en Venezuela los sectores de oposición conjuntamente con el sector económico incrustado en FEDECAMARA Y COSOCOMERCIO, acompañados de las trasnacionales de la comunicación.
 Para nadie es mentira que hemos padecido, episodios sistemáticos de abuso delincuencial contra la voluntad democrática del pueblo venezolano, por ejemplo, desde que la Revolución Bolivariana inició transformaciones decisivas y ejemplares en los social, en los legislativo, jurídico, político, electoral, cultural y en lo económico, se ha atropellado por una serie de agresiones escandalosas que no han tenido castigo y han actuando con toda impunidad, protegidas por  las organizaciones internacionales que se auto-proclaman defensoras de la “libertad de expresión”, de la “independencia de los medios” o de parte de los defensores de los de los Derechos Humanos. Silencio absoluto hemos visto por parte  de la UNESCO, SIP y OEA… silencio de la FELAFACS, INVECOM y de otras… en suma, silencio de los organismos y asociaciones de profesionales que debieran tener respuesta rápida contra toda forma de golpismo mediático…, y sin embargo, no hemos oído ni una palabra frente al grotesco periódico español “El País” que, por ejemplo, publicó la fotografía de una persona en un quirófano y la promovió (a sabiendas de su falsedad) como la imagen de Hugo Chávez o contra la manera como copian escenarios y como trasladan contra nuestro país esos mensajes de odio con una serie de contenido que dejan claro su perversión mediática para hacen ver que esas imágenes está pasando en el país.
Sabemos bien que los abusos mediáticos no se reducen a un sólo país y que mientras se fortalece la alianza mediático-militar (OTAN/mediática) los pueblos se ven silenciados, amenazado por su poder bélico…,en el que se toman decisiones a inconsulta, como cuando se  borra de un plumazo una “Ley de Medios”, como lo que sucedió en Argentina. Lo que quiere decir que hay que ver cómo avanza el poderío tecnológico basado en una asimetría grotesca en las condiciones y oportunidades para que los pueblos accedan a una tecnología sustentable sin la extorsión de la caducidad programada por el mercado, como se impone tal poder y que lo que le espera a la humanidad en caso de que esta tecnología comunicación este en mano solamente de los imperios internacionales. 
Creemos que el Gobierno Bolivariano ha entendido bien la importancia que tiene hacer una revolución de la Comunicación que abarque la enseñanza, que haga visibles a los estratos venezolanos que se encuentra en vulneración (como es el caso de los venezolanos y venezolanas de piel oscura)…, las luchas históricas de los pueblos y su herencia simbólica poderosa y vivificante, así como la urgencia de renovar las agendas, potenciarlas a partir de lo que piensan, sienten los pueblos y no de los intereses de los semiólogos, de los publicistas, de los comerciantes o de los gobernantes serviles al modelo de mercantilización desaforada que ha creado una llaga, dolorosa y profunda en nuestro país y en el mundo, en el que tenemos que superar una serie de debilidades y para ello, se tienen que incrementar una modalidad de trabajo sin segó, que tenga como fin recoger las herencias de generaciones, basado en un programa con principios humanistas y revolucionarios, capaces de modelar acciones y metas para que en el corto, el mediano y el largo plazo, se puedan ver sus efectos positivos y nosotros como pueblo podamos crecer y donde se haga presente, la coordinación, organización  y unidad inmediata, a través de un Frente Único capaz de superar los sectarismos, empirismo, pragmatismos y pesimismo…, y para ello se requiere de empoderarnos de unos contenidos totalmente diferentes y de un trabajo político imaginativo y confiable, que nos apersone, recorriendo puertas y oídos para articular y salvaguardar las más diversas identidades, en un esfuerzo de unidad de lo diverso que nos permita trabajar juntos en las coincidencias, sin que las divergencias nos frenen y nos desunan, porque no hay tiempo que perder, puesto que los imperios mediáticos se re-acomoda diariamente, se alían, gana adeptos, se compran entre sí, se expanden… y operan como armas de guerra ideológica mercantilista e inhumana.
Es por ello que la Revolución de la Comunicación tiene que tener el desafío de profundizar la crítica contra el modelo mediático dominante, contra esas posiciones oscura que hace que los medios alternativos y comunitarios en Venezuela no avancen. A pesar de contar con un medio jurídico que no es el más adecuado (Ley de la Comunicación Popular), pero que existe y ya está aprobado y tiene la tarea de impulsar el nacimiento del “Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación” en nuestrom país …., pero ello requiere de planteamientos claro y cónsonos que empoderen al pueblos contra la lucha semiológica y tecnología emancipadoras. Eso requiere apoderarse de una actitud que no admitan reconciliaciones ni reformismo y donde se instaures una etapa nueva de la Patria Digital Emancipada que fortalezca la Revolución del Espíritu y la Revolución Semiótica que aguardan su oportunidad para concatenarse en una sola Revolución, desde abajo y es algo que tienen que comprender quienes se encuentran accionando la Comunicación Alternativa y Comunitaria (CAC) que es diferente a la Comunicación Popular (CP), puesto que “La comunicación alternativa es un instrumento de la lucha popular contra el poder, de ahí que una de las diferencias fundamentales entre la teoría de la comunicación alternativa y la teoría de la comunicación dominante deba encontrarse en el área de la teoría del emisor y en las condiciones de producción del significado” (Moragas Spà, en Vidal Beneyto, 1979, p. 78)[2], porque además de poseer un reto epistemológico, debe tener también un desafío ético y político, al que conviene responder tanto con la generación de teoría crítica como con conocimiento práctico orientado a construir una comunicación más justa y humana. Este es precisamente el contexto en el que nos situamos con el ánimo de denunciar la invisibilidad de un tipo de comunicación que a lo largo de décadas se ha mostrado especialmente útil para la construcción de ciudadanía, cultura democrática o mejoras sociales: la comunicación alternativa y para el cambio social.
Desde luego, la única manera de evitar que semejante convocatoria no quede se haga realidad concreta, es actuar de inmediato y colectivamente, porque no hay lugar a los regateos ni a las especulaciones y mucho menos a la presunciones, porque jugar al coqueteo o hacerse desear, implica irresponsabilidad suprema hija de una egolatría perversa que ya nos hizo padecer derrotas y humillaciones feroces (izquierdismo infantil). Por ello debemos madurar en las categorías que debemos  manejar sobre la lucha de clases en la construcción de lo social que, desde las bases le den sustento y coherencia revolucionaria a todos los episodios y las tareas que urgen en lo inmediato y en lo mediato. 
Démosle la bienvenida activa a su valor político sin retroceder un solo paso en las conquistas ganadas, por todos los que luchan por consolidar en el pueblo, las herramientas y los conocimientos en materia de Información y Comunicación al servicio de las tareas supremas, porque llegó la hora de cerrar filas y frenar con acciones más contundentes las guerras mediática, económica, simbólica , política, que se ha instaurado en Venezuela, porque ello significaría, salvar a un país sin amos imperiales, sin esclavos, sin clases sociales y con voces múltiples dignas hablando de futuro y felicidad para todos y aquí la Comunicación Alternativa y Comunitaria (CAC) juega un papel muy importante…,  puesto que expresan el “carácter situado” de la generación del conocimiento, su análisis conjunto permite observar que es una comunicación orientada al cambio social, tanto por sus contenidos, como por sus estructuras organizativas -participativas, democráticas, transparentes-, que debe procurar  una coherencia entre su discurso y su praxis, ya que cada vez que nos comunicamos introducimos innovaciones en el entramado social.
De acuerdo a esto, la comunicación  es el saber aplicado que estudia el vínculo histórico, teórico y procedimental entre los procesos comunicativos y la mejora de las condiciones de vida humana. Más específicamente, el campo se orienta al diseño, ejecución y evaluación de estrategias de cambio social en el ámbito individual, social y medioambiental, ya sea con apoyo de una información de carácter instrumental o desde un enfoque eminentemente comunicativo. Es por ello que se puede ser considerada como una de las disciplinas más antiguas del campo comunicacional (Sin embargo, su estatuto epistemológico sigue siendo uno de los más controvertidos). Esto es debido a que su origen y finalidad son eminentemente prácticos; es decir, sus inicios no se sitúan en el terreno teórico, sino en la praxis misma tanto de los movimientos sociales como de las primeras instituciones de ayuda al desarrollo. En palabras de Luis Ramiro Beltrán (2005)[3], la comunicación para el desarrollo nació de forma paralela, aunque con promotores, premisas y objetivos diferenciados en dos regiones tan distintas como cercanas entre sí: EE.UU. y Latinoamérica. Este origen está en la base de los dos principales paradigmas en torno a los cuales ha evolucionado el campo hasta el momento presente: el “modernizador” y el “participativo”.
Por lo tanto, una orientación crítica y el compromiso con una praxis transformadora, debe hacerse presente cuando se va a discutir un ordenamiento jurídico ( Como la Ley del Comunicador Popular) y no partir solamente del deber,  cuando intenta viabilizar una serie de tipos comunicación en el que se hace presente solamente la visibilización del medio (Ley del Comunicador Popular-LCP-), partiendo de un Sistema Nacional de la Comunicación Popular, integrado por tres Instancias (la Municipal, Estadal y Nacional) y se deja de lado, la protección y fortalecimiento de los comunicadores y comunicadoras, acéfalo de toda protección, olvidándose que éste es parte de la sustentabilidad del medio y que por lo tanto debe gozar de una serie de prerrogativas que deben encajar en la Mayor suma de Felicidad Posible y en el que se deja claro que en su constructo, no se tomó en cuenta…,  el carácter histórico, dialéctico y dinámico de la investigación social[4]; la vinculación teoría y praxis; el pensamiento “negativo” y el cuestionamiento de los procesos de producción y reproducción social; o la esencia normativa y ética de toda, en el que se debe entender que debemos hacer comunicación como un proceso de diálogo público y privado a partir del cual las gentes deciden quiénes son, cuáles son sus aspiraciones, qué es lo que necesitan y como pueden administrar colectivamente para alcanzar sus metas y mejorar sus vidas y por ello quienes estamos interactuando con la comunidad, no hacemos comunicación Popular, sino alternativa y comunitaria y va a ser alternativa, en la medida que asuma la complejidad de esos procesos, si junto al lenguaje del medio se investigan los códigos de percepción y reconocimiento, los dispositivos de enunciación, códigos y dispositivos en los que se materializan y expresan confundidos…, ya la memoria popular y el imaginario del pueblo o es aquella que se desarrolla, parten de la idiosincrasia y necesidades de los imaginarios que la integran o son parte de de su medio de irradiación, donde emisores y receptores intercambian continuamente sus posiciones; aquella que está definida prioritariamente para la participación de todos los sujetos que en ella intervienen, sobre todo aquellos a los que más directamente les atañe el proceso en el que están incluidos.





[1] Como lo soñó el Movimiento de los no Alineados en 1973 o como fue manifestado en el “Informe MacBride” en 1980. “Un solo mundo voces múltiples”
[2] MORAGAS, Miquel de (1979) “El trabajo teórico y las alternativas a los „mass media”. En J. Vidal Beneyto
(Ed.): Alternativas populares a las comunicaciones de masas. Madrid: Centro de Investigaciones
Sociológicas-CIS. 63-82.
[3] BELTRÁN, Luis Ramiro (2005) “La comunicación para el desarrollo en Latinoamérica. Un recuento de medio siglo”. Presentado en III Congreso Panamericano de la Comunicación. 12-16 Junio. Buenos Aires (Argentina). [www.portalcomunicacion.com, consultado el 27/12/2009].
[4] El punto de vista se sitúa entonces entre el “ser” y el “deber ser” de la comunicación; o lo que es lo mismo, entre el terreno de lo estrictamente observable y el de la utopía hacia la cual avanzar para construir un mundo más justo.

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