Las pequeñas guarimbas suscitadas el día de ayer en las avenidas Urdaneta y Fuerzas Armadas recalca un modus operandi
que viene siendo aplicado con recurrencia en distintas zonas del país,
sobre todo en aquellas de alta concentración poblacional y comercial.
Tal cual fue comentado en la nota Cartografía de los saqueos: actores, tácticas y métodos, publicada por esta tribuna, los CLAP son el objetivo a destruir por esta nueva fase del conflicto en su variante "ciudadana".
Los hechos en las avenidas Urdaneta y Fuerzas Armadas
-
Desde las 6 am el jefe de gobierno de Distrito Capital, Daniel Aponte, instituciones como la Sundee y organizaciones populares se desplegaron en el centro de Caracas,
específicamente en las avenidas Sucre, Baralt y Urdaneta, con el
objetivo de realizar ventas supervisadas de productos regulados en los
comercios de la zona. A las 11 am aproximadamente,
y ante la negativa de que los productos fueran vendidos en sus
totalidad a las mafias de bachaqueros que pululan en la zona, estos
grupos comenzaron a incitar saqueos, a realizar destrozos una cuadra más
arriba y a trancar calles adyacentes y principales.
-
Según testimonios ofrecidos por habitantes de los edificios ubicados
entre las esquinas Pelota y Abanico de la avenida Urdaneta, los
individuos que protagonizaron dichos disturbios forman parte de mafias
dedicadas a venta de cupos en las colas y a la reventa de parte de los
productos que son adquiridos, jugando en llave con los comerciantes y
distribuidores. No viven en la zona y además tienen un trabajo
sistemático de descrédito hacia el chavismo directamente en las colas.
Más que simples bachaqueros, son operadores políticos que defienden su
ocupación como el último eslabón dentro de la salvaje estructura
paraeconómica parida por grandes empresarios y comerciantes.
-
Aunque la denuncia que realizara el alcalde del Municipio Bolivariano
Libertador, Jorge Rodríguez, sobre la participación del partido Bandera
Roja como promotores de los disturbios ha sido deslegitimada por
los medios de comunicación locales y extranjeros, hay un dato que
certifica su participación. Sairam Rivas, dirigente universitaria de la
UCV y militante del partido Bandeja Roja, protagonizó una protesta ante
el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria horas
antes de los hechos violentos en la avenida Urdaneta, que tenía como eje
la exigencia de "comida" para el comedor de la UCV. Pero Sairam Rivas no es cualquier dirigente estudiantil que
lucha por reivindicaciones. Fue detenida por el Sebin por participar
activamente en las guarimbas del año 2014, específicamente en el
campamento ubicado en la plaza Alfredo Sadel. Rivas tiene experiencia
organizando manifestaciones violentas y sabe cómo organizar guarimbas,
en búsqueda de ese cometido fue que participó en los disturbios del
centro de Caracas.
-
Los habitantes de la zona también manifestaron la existencia de
encapuchados que arrojaban piedras y objetos contundentes a la GNB y
PNB. El prontuario habla por sí solo y escenifica cómo grupos entrenados
en tácticas de guerra urbana tenderán a aprovechar situaciones de este
tipo para aumentar la escalada de violencia en la calle y capitalizarla
políticamente.
Intoxicación mediática y la demonización del chavismo
-
Importantes medios nacionales e internacionales cartelizaron
rápidamente los acontecimientos bajo el manto de "protestas por comida".
Medios internacionales como ABC, Reuters, Bloomberg, AFP, AP y otros de factura local como La Patilla, El Estímulo, Crónica Uno y Runrunes,
utilizando los principios de propaganda de orquestación y
simplificación, intentaron demonizar a los CLAP acusándolos de
supuestamente desviar alimentos de los comercios del sector para
beneficiar a consejos comunales de otros zonas. Fue proyectado nacional e
internacionalmente como la medida que detonó "la protesta". Los
principales medios de la burguesía intentan sabotear el accionar
chavista en medio de la guerra, atacando una de las propuestas más
sólidas que puede miniminzar la tensión en uno de los frentes más
complicados del conflicto: el alimentario.
-
Pero la mentira tiene patas cortas. Durante el operativo comentado
con anterioridad, lo que precisamente se buscaba era privilegiar el
acceso a los productos regulados a los habitantes de la zona por encima
de la mafiosa triangulación que existe entre comerciantes,
distribuidores y bachaqueros: la principal agencia responsable de las
colas y de la reventa de productos precios cada vez más corrosivos al
salario. No hubo ningún desvío, sino un intento de sincerar la
distribución de productos básicos, que además venía dándose con
normalidad.
-
Es en el marco de esa sinceración que se generó la reacción violenta
por parte de los comerciantes y mafias dedicadas al bachaqueo: los
principales interesados en que no prospere otra alternativa que suponga
la eliminación de su estado de excepción hiperespeculativo y mafioso. No
hay ningún rasgo de espontaneidad en lo ocurrido el día de ayer. Pero
para eso están los medios: para insuflar una atmósfera de falsa protesta
y para deslegitimar la propuesta chavista de los CLAP, posicionándola a
su vez como la supuesta responsable de la agudización del
desabastecimiento alimentario.
La demonización del chavismo vía CLAP
Esto no es nuevo
-
Tanto el tratamiento mediático como las acciones irregulares
relacionadas con saqueos, disturbios y "protestas ciuadadanas" se
corresponden con la estandarización de un procedimiento que viene
aplicándose a distintas escalas, con el propósito de incitar y promover
un estallido social que busque un deslizamiento político en Venezuela a
favor de los sectores de la derecha venezolana.
-
Enumerando los casos más resaltantes nos
daremos cuenta de cómo estas operaciones han venido aumentando en los
últimos dos meses: Maracaibo (26 de abril), La Isabelica-estado Carabobo
(26 de abril), centro de Maracay (27 de abril), Petare (28 de abril),
Ciudad de Mérida (19 de mayo), Mercado Mayorista de Maracay (11 de
mayo), Guarenas (11 y 17 de mayo), otra vez La Isabelica (19 de mayo),
Carapita (24 de mayo) y Mercado de Catia (31 de mayo). Este registro,
más allá de su mera enunciación, arroja un dato que describe los rasgos
procedimentales de estas acciones irregulares: todos los saqueos se han dado en redes públicas de alimentos que
sirven como centro de acopio para los CLAP (CVAL, ALAS, Pdval, Mercal,
mercados municipales, etc.) y en establecimientos privados que incurren
permanentemente en delitos de acaparamiento y especulación, los cuales
se encuentran en la mirilla de la Sundde y organizaciones comunitarias.
En todas han logrado trancar la circulación vehicular y ocasionar
destrozos que paralizan por varios días las actividades comerciales,
hechos que aumentan su influencia como acto conmocionante dentro de la
opinión pública. En un menor grado de intensidad, también se han
registrado en estos y otros estados, ataques directos y saqueos
planificados de camiones con productos básicos para evitar que lleguen a
un punto en específico, ampliando a distintas escalas la capacidad de
daño de acciones irregulares relacionadas con el alimento.
Swarming y el chavismo como objetivo
-
En el caso de los disturbios suscitados en Catia el pasado 31 de mayo, el medio Crónica Uno elaboró un reporte donde
los hechos violentos son endosados al supuesto "desorden" de los CLAP y
UBCH, y posteriormente al supuesto desvío de alimentos del mercado de
Catia a consejos comunales adyacentes. Ya en este punto, el mencionado
medio se une a Runrunes y a La Patilla como uno de los grandes
corresponsales de las acciones irregulares en el país y de su
legitimación antipolítica.
-
Crónica Uno, específicamente, miente cuando
habla de "desvíos", puesto que los CLAP tienen sus propias rutas y
centros de acopio para abastecer a la población censada, que además no
requiere ser militante del PSUV y ni siquiera ser miembro del consejo
comunal. Lo que sí revela e insufla este medio es la puesta en práctica
de tácticas de desinformación en la calle sobre la supuesta
centralización de los CLAP, la instalación de rumores confusos sobre la
eliminación de ventas de productos regulados, que cumplen la labor de
legitimar hechos violentos ante cualquier venta supervisada en
establecimientos comerciales o cualquier acción que busque limitar el
despliegue del bachaqueo y las mafias comerciales.
-
Pero lo que hay detrás de esta satanización desesperada no es más que
el intento de ubicar al bachaquero como un actor político de vanguardia
que asuma el combate en la calle contra la movilización del chavismo.
Este actor se mueve bajo tácticas y procedimientos conocidos como swarming (enjambramiento),
donde los promotores del caos y destrozos son difíciles de identificar,
su proyección es despolitizada por los medios bajo la generalización de
"protestas por comida" y adquiere un carácter de falsa autonomía con
respecto a los actores políticos que capitalizan esas acciones. Este ha
sido el denominador común y el marco operativo en la mayoría de los
casos relacionados con saqueos, disturbios y "protestas ciudadanas" que
se han registrado en distintas ciudades del país. Existe, además, una
infraestructura de convocatorias y de comunicaciones por distintas vías
(PIN, WhatsApp, boca a boca en el terreno, etc.) que potencia su
capacidad de organizar y desplegar tumultos, para difuminarse e incitar
saqueos sin mayores riesgos de ser identificados sus principales
promotores.
-
Muestra de este procedimiento es la conversación que
mostrara el presidente Nicolás Maduro el año pasado, entre el prófugo
de la justicia Carratú Molina y José de Jesús Bustamante, donde
planificaban incluir "estudiantes" entrenados en generar focos de
violencia en las colas para aclimatar la opinión pública en función de
un "estallido social" prefabricado. Hoy estamos ante el ejercicio de
esta táctica para una escala mayor. Hay financiamientos y ánimos
suficientes circulando en la calle para que estas acciones se
desarrollen con una velocidad meteórica.
La MUD y la mediocracia llaman abiertamente a una confrontación civil
Corte de caja
-
Las tácticas de desinformación e intoxicación (tanto mediática como
en la calle) con respecto a los CLAP sin lugar a dudas buscará
profundizar las colas en establecimientos comerciales y por ende la
generación de condiciones para que se cometan actos violentos.
Recordemos que Chúo Torrealba, quien convoca a marchar al CNE el próximo
lunes, hace par de meses había convocado a generar protestas violentas en las colas. Ramos Allup tampoco perdió tiempo y acusó de
"ladrones" de comida al chavismo. "Si quiere comida, ya sabe dónde
encontrarla", dice el presidente del poder legislativo venezolano entre
líneas. Esto representa un llamado abierto a la confrontación civil.
-
Existe una trama empresarial detrás
que no se puede perder de vista. La presidenta de Consecomercio,
Cipriana Ramos, se hizo eco de los rumores sobre la "centralización
absoluta de los CLAP" de los productos básicos y dijo que el sector
terciario (distribución y comercio) no está de acuerdo con la supuesta
medida. Es decir, Consecomercio aprovecha este globo de ensayo para
aumentar el desvío de alimentos y el acaparamiento en establecimientos
comerciales de importantes ciudades del país. Por otro lado, otros sectores empresariales (Polar,
Cargill, centrales azucareros privados, Conindustria, etc.) han
declarado una especie de huelga encubierta (paralización de plantas,
"cierre de empresas", etc.) que complica aún más el escenario del
desabastecimiento. El bachaqueo responderá, en su condición de ejército y
último eslabón de la cadena paraeconómica, a estas maniobras a gran
escala para defenderse como alcabala dentro de las estafas de la guerra
económica.
-
Así como en otros experimentos de guerras civiles, tales como
Nicaragua, Yugoslavia y Siria, debe existir un punto de quiebre que
artificialmente fragmente a la población y la enfrente. Dado que aquí no
existen excusas como las diferencias étnicas, religiosas o un ejército
irregular dotado de una ideología y de un importante apresto
operacional, la grave situación alimentaria plantea ser ese punto de
inflexión fabricado. Entre quiénes pueden acceder y quiénes no, versan
todas las operaciones psicológicas, tácticas de guerra empresarial y
agudización perceptiva del escenario para buscar un escenario de caos
permanente protagonizado por la población misma, tal cual se intentó con
"La Salida" en 2014. Es ahí donde el chavismo aparece como el gran
objetivo a demonizar, estigmatizar y atacar. Al sandinismo también lo
culpaban de "la inflación" y la "escasez" de productos, mientras tras
bastidores operaba un brutal bloqueo financiero y un plan conspirativo a
nivel comercial. Cualquier parecido con Venezuela, tiene a Fedecámaras y
Consecomercio armando el rompecabezas a nombre de las corporaciones.
-
El Gobierno está buscando nuevas formas y mecanismos para que el
alimento llegue a la población sin intermediarios, sin pasar por el
comerciante especulador, por el mafioso distribuidor o por las alcabalas
del bachaqueo. Una política de este tipo, audaz y estratégica,
descoloca a aquellos sectores políticos y sociales minoritarios
(políticos de derecha, empresarios, comerciantes, etc.) que son los
principales interesados en que usted no coma o al menos que se le haga
extremadamente difícil. Sobre todo en estos momentos es necesario jugar
cuadro cerrado y aferrarse a la infalible moral chavista en medio de la
tormenta. El directorio está buscando medidas para enfrentar una guerra
sin precedentes. El enemigo sólo busca administrar el caos a su favor.
Usted y su familia no es una prioridad para ellos.
Las pequeñas guarimbas suscitadas el día de ayer en las avenidas Urdaneta y Fuerzas Armadas recalca un modus operandi
que viene siendo aplicado con recurrencia en distintas zonas del país,
sobre todo en aquellas de alta concentración poblacional y comercial.
Tal cual fue comentado en la nota Cartografía de los saqueos: actores, tácticas y métodos, publicada por esta tribuna, los CLAP son el objetivo a destruir por esta nueva fase del conflicto en su variante "ciudadana".
Los hechos en las avenidas Urdaneta y Fuerzas Armadas
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Desde las 6 am el jefe de gobierno de Distrito Capital, Daniel Aponte, instituciones como la Sundee y organizaciones populares se desplegaron en el centro de Caracas,
específicamente en las avenidas Sucre, Baralt y Urdaneta, con el
objetivo de realizar ventas supervisadas de productos regulados en los
comercios de la zona. A las 11 am aproximadamente,
y ante la negativa de que los productos fueran vendidos en sus
totalidad a las mafias de bachaqueros que pululan en la zona, estos
grupos comenzaron a incitar saqueos, a realizar destrozos una cuadra más
arriba y a trancar calles adyacentes y principales.
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Según testimonios ofrecidos por habitantes de los edificios ubicados
entre las esquinas Pelota y Abanico de la avenida Urdaneta, los
individuos que protagonizaron dichos disturbios forman parte de mafias
dedicadas a venta de cupos en las colas y a la reventa de parte de los
productos que son adquiridos, jugando en llave con los comerciantes y
distribuidores. No viven en la zona y además tienen un trabajo
sistemático de descrédito hacia el chavismo directamente en las colas.
Más que simples bachaqueros, son operadores políticos que defienden su
ocupación como el último eslabón dentro de la salvaje estructura
paraeconómica parida por grandes empresarios y comerciantes.
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Aunque la denuncia que realizara el alcalde del Municipio Bolivariano
Libertador, Jorge Rodríguez, sobre la participación del partido Bandera
Roja como promotores de los disturbios ha sido deslegitimada por
los medios de comunicación locales y extranjeros, hay un dato que
certifica su participación. Sairam Rivas, dirigente universitaria de la
UCV y militante del partido Bandeja Roja, protagonizó una protesta ante
el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria horas
antes de los hechos violentos en la avenida Urdaneta, que tenía como eje
la exigencia de "comida" para el comedor de la UCV. Pero Sairam Rivas no es cualquier dirigente estudiantil que
lucha por reivindicaciones. Fue detenida por el Sebin por participar
activamente en las guarimbas del año 2014, específicamente en el
campamento ubicado en la plaza Alfredo Sadel. Rivas tiene experiencia
organizando manifestaciones violentas y sabe cómo organizar guarimbas,
en búsqueda de ese cometido fue que participó en los disturbios del
centro de Caracas.
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Los habitantes de la zona también manifestaron la existencia de
encapuchados que arrojaban piedras y objetos contundentes a la GNB y
PNB. El prontuario habla por sí solo y escenifica cómo grupos entrenados
en tácticas de guerra urbana tenderán a aprovechar situaciones de este
tipo para aumentar la escalada de violencia en la calle y capitalizarla
políticamente.
Intoxicación mediática y la demonización del chavismo
-
Importantes medios nacionales e internacionales cartelizaron
rápidamente los acontecimientos bajo el manto de "protestas por comida".
Medios internacionales como ABC, Reuters, Bloomberg, AFP, AP y otros de factura local como La Patilla, El Estímulo, Crónica Uno y Runrunes,
utilizando los principios de propaganda de orquestación y
simplificación, intentaron demonizar a los CLAP acusándolos de
supuestamente desviar alimentos de los comercios del sector para
beneficiar a consejos comunales de otros zonas. Fue proyectado nacional e
internacionalmente como la medida que detonó "la protesta". Los
principales medios de la burguesía intentan sabotear el accionar
chavista en medio de la guerra, atacando una de las propuestas más
sólidas que puede miniminzar la tensión en uno de los frentes más
complicados del conflicto: el alimentario.
-
Pero la mentira tiene patas cortas. Durante el operativo comentado
con anterioridad, lo que precisamente se buscaba era privilegiar el
acceso a los productos regulados a los habitantes de la zona por encima
de la mafiosa triangulación que existe entre comerciantes,
distribuidores y bachaqueros: la principal agencia responsable de las
colas y de la reventa de productos precios cada vez más corrosivos al
salario. No hubo ningún desvío, sino un intento de sincerar la
distribución de productos básicos, que además venía dándose con
normalidad.
-
Es en el marco de esa sinceración que se generó la reacción violenta
por parte de los comerciantes y mafias dedicadas al bachaqueo: los
principales interesados en que no prospere otra alternativa que suponga
la eliminación de su estado de excepción hiperespeculativo y mafioso. No
hay ningún rasgo de espontaneidad en lo ocurrido el día de ayer. Pero
para eso están los medios: para insuflar una atmósfera de falsa protesta
y para deslegitimar la propuesta chavista de los CLAP, posicionándola a
su vez como la supuesta responsable de la agudización del
desabastecimiento alimentario.
La demonización del chavismo vía CLAP
Esto no es nuevo
-
Tanto el tratamiento mediático como las acciones irregulares
relacionadas con saqueos, disturbios y "protestas ciuadadanas" se
corresponden con la estandarización de un procedimiento que viene
aplicándose a distintas escalas, con el propósito de incitar y promover
un estallido social que busque un deslizamiento político en Venezuela a
favor de los sectores de la derecha venezolana.
-
Enumerando los casos más resaltantes nos
daremos cuenta de cómo estas operaciones han venido aumentando en los
últimos dos meses: Maracaibo (26 de abril), La Isabelica-estado Carabobo
(26 de abril), centro de Maracay (27 de abril), Petare (28 de abril),
Ciudad de Mérida (19 de mayo), Mercado Mayorista de Maracay (11 de
mayo), Guarenas (11 y 17 de mayo), otra vez La Isabelica (19 de mayo),
Carapita (24 de mayo) y Mercado de Catia (31 de mayo). Este registro,
más allá de su mera enunciación, arroja un dato que describe los rasgos
procedimentales de estas acciones irregulares: todos los saqueos se han dado en redes públicas de alimentos que
sirven como centro de acopio para los CLAP (CVAL, ALAS, Pdval, Mercal,
mercados municipales, etc.) y en establecimientos privados que incurren
permanentemente en delitos de acaparamiento y especulación, los cuales
se encuentran en la mirilla de la Sundde y organizaciones comunitarias.
En todas han logrado trancar la circulación vehicular y ocasionar
destrozos que paralizan por varios días las actividades comerciales,
hechos que aumentan su influencia como acto conmocionante dentro de la
opinión pública. En un menor grado de intensidad, también se han
registrado en estos y otros estados, ataques directos y saqueos
planificados de camiones con productos básicos para evitar que lleguen a
un punto en específico, ampliando a distintas escalas la capacidad de
daño de acciones irregulares relacionadas con el alimento.
Swarming y el chavismo como objetivo
-
En el caso de los disturbios suscitados en Catia el pasado 31 de mayo, el medio Crónica Uno elaboró un reporte donde
los hechos violentos son endosados al supuesto "desorden" de los CLAP y
UBCH, y posteriormente al supuesto desvío de alimentos del mercado de
Catia a consejos comunales adyacentes. Ya en este punto, el mencionado
medio se une a Runrunes y a La Patilla como uno de los grandes
corresponsales de las acciones irregulares en el país y de su
legitimación antipolítica.
-
Crónica Uno, específicamente, miente cuando
habla de "desvíos", puesto que los CLAP tienen sus propias rutas y
centros de acopio para abastecer a la población censada, que además no
requiere ser militante del PSUV y ni siquiera ser miembro del consejo
comunal. Lo que sí revela e insufla este medio es la puesta en práctica
de tácticas de desinformación en la calle sobre la supuesta
centralización de los CLAP, la instalación de rumores confusos sobre la
eliminación de ventas de productos regulados, que cumplen la labor de
legitimar hechos violentos ante cualquier venta supervisada en
establecimientos comerciales o cualquier acción que busque limitar el
despliegue del bachaqueo y las mafias comerciales.
-
Pero lo que hay detrás de esta satanización desesperada no es más que
el intento de ubicar al bachaquero como un actor político de vanguardia
que asuma el combate en la calle contra la movilización del chavismo.
Este actor se mueve bajo tácticas y procedimientos conocidos como swarming (enjambramiento),
donde los promotores del caos y destrozos son difíciles de identificar,
su proyección es despolitizada por los medios bajo la generalización de
"protestas por comida" y adquiere un carácter de falsa autonomía con
respecto a los actores políticos que capitalizan esas acciones. Este ha
sido el denominador común y el marco operativo en la mayoría de los
casos relacionados con saqueos, disturbios y "protestas ciudadanas" que
se han registrado en distintas ciudades del país. Existe, además, una
infraestructura de convocatorias y de comunicaciones por distintas vías
(PIN, WhatsApp, boca a boca en el terreno, etc.) que potencia su
capacidad de organizar y desplegar tumultos, para difuminarse e incitar
saqueos sin mayores riesgos de ser identificados sus principales
promotores.
-
Muestra de este procedimiento es la conversación que
mostrara el presidente Nicolás Maduro el año pasado, entre el prófugo
de la justicia Carratú Molina y José de Jesús Bustamante, donde
planificaban incluir "estudiantes" entrenados en generar focos de
violencia en las colas para aclimatar la opinión pública en función de
un "estallido social" prefabricado. Hoy estamos ante el ejercicio de
esta táctica para una escala mayor. Hay financiamientos y ánimos
suficientes circulando en la calle para que estas acciones se
desarrollen con una velocidad meteórica.
La MUD y la mediocracia llaman abiertamente a una confrontación civil
Corte de caja
-
Las tácticas de desinformación e intoxicación (tanto mediática como
en la calle) con respecto a los CLAP sin lugar a dudas buscará
profundizar las colas en establecimientos comerciales y por ende la
generación de condiciones para que se cometan actos violentos.
Recordemos que Chúo Torrealba, quien convoca a marchar al CNE el próximo
lunes, hace par de meses había convocado a generar protestas violentas en las colas. Ramos Allup tampoco perdió tiempo y acusó de
"ladrones" de comida al chavismo. "Si quiere comida, ya sabe dónde
encontrarla", dice el presidente del poder legislativo venezolano entre
líneas. Esto representa un llamado abierto a la confrontación civil.
-
Existe una trama empresarial detrás
que no se puede perder de vista. La presidenta de Consecomercio,
Cipriana Ramos, se hizo eco de los rumores sobre la "centralización
absoluta de los CLAP" de los productos básicos y dijo que el sector
terciario (distribución y comercio) no está de acuerdo con la supuesta
medida. Es decir, Consecomercio aprovecha este globo de ensayo para
aumentar el desvío de alimentos y el acaparamiento en establecimientos
comerciales de importantes ciudades del país. Por otro lado, otros sectores empresariales (Polar,
Cargill, centrales azucareros privados, Conindustria, etc.) han
declarado una especie de huelga encubierta (paralización de plantas,
"cierre de empresas", etc.) que complica aún más el escenario del
desabastecimiento. El bachaqueo responderá, en su condición de ejército y
último eslabón de la cadena paraeconómica, a estas maniobras a gran
escala para defenderse como alcabala dentro de las estafas de la guerra
económica.
-
Así como en otros experimentos de guerras civiles, tales como
Nicaragua, Yugoslavia y Siria, debe existir un punto de quiebre que
artificialmente fragmente a la población y la enfrente. Dado que aquí no
existen excusas como las diferencias étnicas, religiosas o un ejército
irregular dotado de una ideología y de un importante apresto
operacional, la grave situación alimentaria plantea ser ese punto de
inflexión fabricado. Entre quiénes pueden acceder y quiénes no, versan
todas las operaciones psicológicas, tácticas de guerra empresarial y
agudización perceptiva del escenario para buscar un escenario de caos
permanente protagonizado por la población misma, tal cual se intentó con
"La Salida" en 2014. Es ahí donde el chavismo aparece como el gran
objetivo a demonizar, estigmatizar y atacar. Al sandinismo también lo
culpaban de "la inflación" y la "escasez" de productos, mientras tras
bastidores operaba un brutal bloqueo financiero y un plan conspirativo a
nivel comercial. Cualquier parecido con Venezuela, tiene a Fedecámaras y
Consecomercio armando el rompecabezas a nombre de las corporaciones.
-
El Gobierno está buscando nuevas formas y mecanismos para que el
alimento llegue a la población sin intermediarios, sin pasar por el
comerciante especulador, por el mafioso distribuidor o por las alcabalas
del bachaqueo. Una política de este tipo, audaz y estratégica,
descoloca a aquellos sectores políticos y sociales minoritarios
(políticos de derecha, empresarios, comerciantes, etc.) que son los
principales interesados en que usted no coma o al menos que se le haga
extremadamente difícil. Sobre todo en estos momentos es necesario jugar
cuadro cerrado y aferrarse a la infalible moral chavista en medio de la
tormenta. El directorio está buscando medidas para enfrentar una guerra
sin precedentes. El enemigo sólo busca administrar el caos a su favor.
Usted y su familia no es una prioridad para ellos.
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