La ceftriaxona y la azitromicina funcionan de forma combinada para
romper el ciclo reproductivo de la bacteria Neisseria gonorrhoea,
causante de la infección. Sin embargo, médicos británicos vienen
reportando a las autoridades sanitarias que algunos de estos
tratamientos no están funcionando.
La alerta surgió al norte del Reino Unido a finales del 2015, y de
forma rápida se extendió por todo el mundo. La gonorrea, una de las más
comunes infecciones sexuales, se podría convertir en intratable muy
pronto. El motivo: el surgimiento de nuevas formas de gonorrea de alta
resistencia contra las cuales no se percibe la acción de dos de los más
fuertes antibióticos que solían exterminar a la bacteria en 10 días.
En Estados Unidos, varios estados se encuentran monitoreando un alarmante crecimiento de esta infección transmitida sexualmente. Solo en New Hampshire, el Departamento de Salud estatal registró en el último año un crecimiento del 67% de casos de gonorrea, y muchos de estos son considerados de difícil tratamiento.
La ceftriaxona y la azitromicina funcionan de forma combinada para romper el ciclo reproductivo de la bacteria Neisseria gonorrhoea, causante de la infección. Sin embargo, médicos británicos vienen reportando a las autoridades sanitarias que algunos de estos tratamientos no están funcionando.
Así entonces, se suma una batalla más a la guerra que enfrenta la salud pública mundial contra las bacterias multirresistentes.
Lo que sucede es que debido al abuso de prescripción de antibióticos, sumado a un incorrecto modo de uso —se incumple con los 10 días de tratamiento— las bacterias van acostumbrándose a la medicación y comienzan a generar lo que se denomina como “resistencia”.
Además, muchas personas no se someten al tratamiento —cerca del 50% en Estados Unidos— lo que permite que la bacteria circule más y se vuelva más fuerte.
Como resultado, tenemos ahora una bacteria súper resistente que literalmente se burla en la cara de los antibióticos.
En Estados Unidos se calcula que se presentan alrededor de 820.000 nuevos casos de esta infección de transmisión sexual cada año, de acuerdo a informes de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
En Estados Unidos, varios estados se encuentran monitoreando un alarmante crecimiento de esta infección transmitida sexualmente. Solo en New Hampshire, el Departamento de Salud estatal registró en el último año un crecimiento del 67% de casos de gonorrea, y muchos de estos son considerados de difícil tratamiento.
La ceftriaxona y la azitromicina funcionan de forma combinada para romper el ciclo reproductivo de la bacteria Neisseria gonorrhoea, causante de la infección. Sin embargo, médicos británicos vienen reportando a las autoridades sanitarias que algunos de estos tratamientos no están funcionando.
Así entonces, se suma una batalla más a la guerra que enfrenta la salud pública mundial contra las bacterias multirresistentes.
Lo que sucede es que debido al abuso de prescripción de antibióticos, sumado a un incorrecto modo de uso —se incumple con los 10 días de tratamiento— las bacterias van acostumbrándose a la medicación y comienzan a generar lo que se denomina como “resistencia”.
Además, muchas personas no se someten al tratamiento —cerca del 50% en Estados Unidos— lo que permite que la bacteria circule más y se vuelva más fuerte.
Como resultado, tenemos ahora una bacteria súper resistente que literalmente se burla en la cara de los antibióticos.
En Estados Unidos se calcula que se presentan alrededor de 820.000 nuevos casos de esta infección de transmisión sexual cada año, de acuerdo a informes de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
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