Luego que pasaran un poco menos de 48 horas en las que la madre de la bebé, que cumplió 10 meses de nacida el día de ayer, denunciara un rapto de la infante desde la población de Upata, se logró conocer que la pequeña fue hallada por los cuerpos de seguridad y que al parecer Jennifer Jiménez vendió a su hija.
Dos versiones se manejan en torno a la ubicación de la pequeña, fuentes ligadas a la investigación afirmaron que la bebé fue rescatada en El Rosario; mientras que otros, entre ellos la familia, afirmó que la niña permanecía en Caracas.
Los detalles ofrecidos por fuentes ligadas a la investigación revelaron que el hallazgo fue reportado por una ciudadana habitante de Los Teques, quien llevó a la Fiscalía a la hermosa niña, indicando que ésta no había sido secuestrada sino que fue la misma Jennifer quien se la entregó.
Se trata de una mujer que expresó ante las autoridades que conoció a la progenitora de la bebé a través de Internet, lugar en donde le señaló que no podía tener hijos, Jennifer se ofreció a dársela y la fémina capitalina envió un transporte exclusivamente para buscar a la pequeña en Upata.
Trascendió que Jennifer Jiménez se encuentra detenida por el Grupo de Anti Extorsión y Secuestro (GAES), quienes trabajaron en conjunto con el Cicpc en la búsqueda de la pequeña, además de que fueron descartando la declaración de la madre cuando se expusieron detalles como unas llamadas que se habían realizado a Caracas y que Jennifer no pudo justificar. Adicionalmente reveló que había sido “ruleteada” y al verificar por las cámaras de seguridad, no coincidían sus afirmaciones, pero lo que más llamó la atención de las autoridades fue que la mujer no expresaba mucho dolor por la pérdida de la niña, mientras que su esposo estaba desconsolado.
Declaraciones de la madre
De acuerdo a las versiones de los progenitores, Jennifer salió de su casa ubicada en el callejón Rómulo Gallegos del sector Las Guarataras, a buscar pañales para la bebé en Farmahorro, ingresó al negocio y tras observar que no había lo que ella buscaba salió del mismo. “Estuve como veinte minutos en la parada esperando un taxi, en eso venía un carro Mitsubishi Signo, de color azul marino, enseguida el chofer se paró y abrí la puerta delantera, era una mujer, por supuesto le solicité una carrerita hasta Coviaguard para dejar a la bebé en la casa de mi mamá”.
Cuando se hallaba en el auto, jamás se imaginó que viviría una pesadilla. La conductora dirigió el vehículo por la avenida de Coviaguard, como se lo solicitó la madre de la menor; sin embargo, a los pocos minutos comenzó su tragedia, la taxista sacó una pistola y se la colocó del lado izquierdo, solicitándole todo lo que cargaba, “en ese momento le respondí que no tenía nada, ella me volvió a repetir lo mismo. También me dijo que de lo contrario la bebé pagaría las consecuencias, me llené de mucho temor y abracé a mi hija muy fuerte para protegerla”.
Para sorpresa de la madre a la altura de la escuela de Coviaguard, la taxista llamó por teléfono a alguien y le preguntó en dónde estaba. Después de la conversación telefónica se dirigió a la altura del estadio “Matoca”, Jennifer visualizó a un joven que vestía un suéter negro con blanco, bermuda color oscuro y una gorra que le cubría el rostro.
Cuenta la familia que la desconocida estacionó a un lado el auto y el muchacho se montó en la parte trasera para luego salir de este lugar. La supuesta taxista dirigió el vehículo hacia la salida de Upata y a la altura del sector El Calvario su cómplice le quitó la niña, a pesar que trató de evitarlo no pudo hacer nada al respecto.
En vista de la situación registrada al momento de pasar por el punto de control de la Guardia Nacional, Jennifer trató de visualizar algún uniformado pero fue en vano. Los delincuentes continuaron hasta llegar al CTE Cachamay, en donde abandonaron a la madre de la pequeña y tomaron rumbo desconocido.
La madre manifestó que en ese momento llamó vía telefónica a su esposo pero no logró establecer comunicación, después habló con su madre y le contó lo sucedido. Una persona que vio el desespero que tenía le indicó que fuera al Centro de Coordinación Policial Cachamay, que se hallaba cerca.
Posterior a la denuncia, todos los cuerpos de seguridad activaron un operativo para dar con el paradero de la niña y los secuestradores.
Trata de blancas
El cargo por el que posiblemente Jennifer sea juzgada es el delito de trata de blancas el cual, a nivel internacional, es uno de los hechos delictivos mayormente condenado por las autoridades.
(Nueva Prensa de Guayana)
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