El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, ha visitado un México en plena ebullición electoral rumbo a las elecciones presidenciales del próximo 1 de julio. El jefe de la diplomacia estadounidense se ha reunido este viernes con sus homólogos mexicano y canadiense, Luis Videgaray y Chrystia Freeland, pocas horas después de alertar sobre la creciente influencia de China y de Rusia en América Latina. Tillerson ha recomendado a las autoridades mexicanas “prestar atención” ante una potencial injerencia de Moscú en las elecciones presidenciales de julio. “Sabemos que Rusia tiene sus huellas dactilares en elecciones de todo el mundo. Mi recomendación es que presten atención a lo que sucede”, ha subrayado.
Algunos políticos mexicanos afines al Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto (PRI) han advertido de la posibilidad de que se trate de interferir en las elecciones desde el extranjero, extremo que ha sido tomado con humor por el candidato que lleva la delantera en todos los sondeos, Andrés Manuel López Obrador, del izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Su respuesta a Tillerson apenas tardó unas horas en llegar: "Las grandes potencias siempre amagan con ese discurso. No hay de qué preocuparse si nosotros mantenernos nuestra postura de no permitir la injerencia extranjera de ningún Gobierno. Se los puedo decir de manera muy sencilla: ni verdes, ni maduros", ha dicho el aspirante en referencia implícita a quienes ven vínculos entre su candidatura y el régimen venezolano que encabeza Nicolás Maduro.
La visita de Tillerson a México llegaba con el polémico plan de la Administración Trump de levantar un muro en la frontera con EE UU intacto -el presidente estadounidense sigue sin retractarse- y en plena renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), el mayor acuerdo de este tipo del planeta. En esta es la primera escala del diplomático en su gira latinoamericana -visitará también Argentina, Perú y Colombia-, el Departamento de Estado trata de limar asperezas con México, posicionarse con firmeza sobre la situación que atraviesa Venezuela -país que no visitará- y combatir la influencia de China y de Rusia en la región. La advertencia a las autoridades mexicanas sobre la posible injerencia del Kremlin se enmarca dentro de esa preocupación del Ejecutivo estadounidense por el creciente interés económico y político de Moscú en Latinoamérica.
En su comparecencia, el secretario de Estado de EE UU ha evitado cualquier traza del discurso antimexicano del Trump candidato y del Trump presidente. A diferencia de lo que ocurre cuando habla el magnate republicano, en el discurso de Tillerson la diplomacia se impone a la verborrea. “Los tres países [de América del Norte, EE UU, México y Canadá] estamos interconectados, y cuando tenemos una voz unificada, tenemos gran peso” a escala mundial, ha añadido el titular estadounidense de Exteriores en un discurso bien distinto del que mantiene su jefe y buena parte del Departamento de Comercio. Tillerson, favorable al libre comercio, también ha recordado en la capital mexicana que sus dos socios regionales son el primer o el segundo mercado exportador de 42 de los 50 Estados de EE UU y que de la relación comercial trilateral dependen millones de empleos. Un discurso muy similar al de los republicanos defensores del mayor acuerdo comercial del planeta. En el lado contrario, EE UU es, por mucho, el primer socio comercial de México: el 80% de sus exportaciones tienen como destino a la primera potencia mundial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario