Nuestro apoyo y solidaridad con los estudiantes amenazados de expulsión
en Fagro-UCV. Algunos de ellxs, participantes de nuestros talleres de
agricultura "indocampesina", y tesistas en nuestro proyecto de
investigación para coadyuvar a la restauración de la agricultura
campesina y originaria. Además les hacemos público nuestro
agradecimiento por el apoyo logístico prestado durante estos últimos
tres años para la realización de esos talleres (espacio, equipos, entre
otros).
Esta reiterativa intolerancia -por decir lo menos- del "Alma Mater", obliga a concretar el llamado que nos hiciera la Profa. Polanco en el 2010: "Necesario
es, insubordinar la Universidad contra cualquier forma de tiranía, de
orden y control social; contra cualquier nueva forma de racionalidad
punitiva; contra cualquier ideología y/o dirección; contra el ideal de
progreso capitalista y sus relaciones sociales de producción, destructor
de la naturaleza (seres humanos y no humanos). Sólo así emergerá un
nuevo pensamiento, nuevas ideas que respondan a la vida en apoyo mutuo,
amor y paz".
Va su artículo completo publicado en la haine:
“Universidad central de Venezuela: policía del pensamiento” (HTTP://WWW.LAHAINE.ORG/MUNDO.PHP/UNIVERSIDAD-CENTRAL-DE-VENEZUELA-POLICIA)
No
necesitaría de grandes razonamientos para demostrar que el derecho de
quitar al hombre el pensamiento, la voluntad, la personalidad, es un
derecho de vida y muerte, y que hacer esclavo a un hombre es asesinarlo.
Pierre J Proudhon. 1840. En: ¿Qué es la propiedad? Pág. 17
Pierre J Proudhon. 1840. En: ¿Qué es la propiedad? Pág. 17
Intolerancia, parece ser lo que define actualmente el ambiente interno
universitario de la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde se
destruye físicamente el patrimonio de la humanidad, y se persigue
cualquier tipo de disidencia con el penoso saldo de apertura de
expedientes y/o amenaza de ello. Cualquier causal les sirve, -en el caso
de los estudiantes-, la protesta contra las puertas que cercaran el
Campus universitario, patrimonio de la humanidad, es decir, el tomar las
banderas por la defensa del libre tránsito por el territorio nacional, y
en el de los profesores y profesoras por opinar contrario a la actual
gestión (por ejemplo, los casos de la Facultad de Agronomía, UCV, entre
otros).
Nuestros compañeros de la Reforma de Córdoba, no salen de su
espanto: un siglo después, la misma infamia universitaria. La casta
profesoral dominante, opta por el ejercicio del ‘poder sobre’ a falta de
argumentos, de ideas para llenar este recinto con diálogo, debate y
combate por el amor, por la vida, por la paz. Utilizan la
institucionalidad académica para amparar sus miedos, sus privilegios, su
inmovilidad, sin importarles violentar los estamentos universitarios:
democracia, pluralidad, libertad para todas las corrientes del
pensamiento, entre otras. Hoy estas castas -mantenidas por la
complicidad de los que en desacuerdo, callan- ¿o conscientemente
prefieren ignorar? Ayer, la opresión clerical de La Real Pontificia
Universidad de Caracas con “el mismo régimen administrativo, el mismo
método docente, y el arcaico y bárbaro concepto de Autoridad” (1).
¿Dónde quedó la gesta de Bolívar y Vargas para erradicar estos males?
Hasta aquí un saldo de hechos condenables que violan flagrantemente el
espíritu universitario, pero es necesario hablar de las causas que
originan esta situación, y esto es, hablar de la educación como el brazo
ideológico que difunde y mantiene el sistema de desarrollo hegemónico,
es decir, como el medio para el control o represión del pensamiento. Uno
de los instrumentos para la naturalización del sistema en el que se
obvia la comprensión del por qué 1020 millones de hambrientos o el por
qué de la destrucción del tejido social -¿o la vida?-, por el
armamentismo, militarismo, guerra, grupos de exterminio (terroristas,
religiosos, neonazis, otros), ciencia y tecnología (reactores nucleares,
de partículas, toxinas, nano y biotecnología, ingeniería genética,
otros), exclusión, discriminación, u otros tipos de violencia. Si no
comprendemos, ¿podemos esperar un accionar para destruir tales
condiciones?
Permítanme traer en este momento, los recuerdos que guardo de mi primer
día en aula durante los 16 años de experiencia, cuando al inicio
pregunto a los participantes: ¿Por qué están estudiando? Respuesta del
90% de los presentes: para graduarse y ser ‘alguien’ en la vida. ¿Qué
les interesaría conocer de la asignatura? Al unísono responden: la
evaluación. O cuando les propongo que construyamos juntos la temática
del programa (al mejor estilo reformista), de acuerdo con sus intereses e
inquietudes para la transformación del sistema agrícola actual,
intensivo, contaminante y mercantil por una agricultura para y por la
vida, y en una ocasión, se levantó uno de ellos, como vocero de algunos
de sus compañeros, y dijo textualmente: “No estamos de acuerdo, Usted es
la Profesora, Usted es la que manda, debe decirnos qué hacer”.
¡Que éxito del sistema educativo, les domamos, quebramos su resistencia!
Seres alienados, no se arriesgan, no quieren pensar: la pedagogía del
oprimido de P. Freire. Lo hemos logrado, a fuerza de violencia
simbólica, vigilancia, premio, castigo, y el ideal de progreso.
Desaparecido el deseo por aprender, por buscar, por preguntar, por
cuestionar, por confrontar, en fin, insensibilizados. La meta es ‘pasar
el examen’, graduarse, y salir a reproducir el sistema.
Lejos estamos de aquella solicitud de T. Adorno (2): la autonomía
entendida como reflexión, autodeterminación, y el amor en la educación
como las únicas fuerza para que Auschwitz (léase, el terror) no se
repita. Señala, que la conciencia ha sido remplazada por las ‘ataduras’,
que significan “un hacerse dependiente de mandatos, de normas que no se
justifican ante la propia razón del individuo”. Sin embargo, la
educación continúa con su fin indeleble, “policía del pensamiento”
–palabras de G. Orwell’s en su novela 1984-, a través del rigor, la
norma, la dureza, la ‘autoridad’, la manipulación, ausente de toda
compasión y del fracasado ideario cristiano del amor entre semejantes.
Ya lo explicó L. Althusser (3), el sistema hegemónico debe reproducir y
clasificar diversamente la fuerza de trabajo para ser utilizada en el
complejo sistema de la división técnica del trabajo de la producción
capitalista. Este aprendizaje se realiza por medio del sistema
educativo, y otras instituciones. Todos estos aparatos ideológicos
(escuela, el político, los medios de comunicación, el cultural,
religioso, militar, y familiar), tienen el mismo fin: la reproducción de
las relaciones sociales de producción: explotación y dominación. Pero
el más potente, es el de la escuela como institucionalidad, de
asistencia obligatoria y gratuita con horario diario de 4 a 8 horas,
durante aproximadamente 18 años de vida. Allí, se aprenden
instrucciones, habilidades y destrezas para los obreros, técnicos,
ingenieros, cuadros superiores y políticos, y al mismo tiempo con esas
técnicas y otros conocimientos, se aprenden las reglas del buen uso y
comportamiento (conciencia moral, cívica, nacional, profesional y
apolíticamente desarrollada). O sea, las conveniencias que debe observar
todo agente según ‘el puesto u empleo’ que esté destinado a ocupar en
la división socio-técnica del trabajo. Lo que significa en realidad,
sumisión y sometimiento a la ideología y orden establecido por la clase
dominante, hecho que garantiza su reproducción.
De allí la importancia de presentar a la educación como un medio neutro,
desprovisto de ideología (al igual que la ciencia), ‘respetuosa de la
conciencia y la libertad’, natural e indispensable. Lamentablemente,
esto ha ocurrido así, tanto en el sistema capitalista como en el
socialismo real. En consecuencia, si algún miembro de la comunidad
educativa, cuestiona y/o confronta ese aparato ideológico, el primer
intento es, fagocitarlo o en su defecto, perseguirlo, aislarlo,
cercarlo, hacerle la vida imposible, hasta lograr su expulsión.
Ante estas consideraciones, y la carencia de ideas que reina en el alma
desnutrida que es la UCV, bajo 300 años de predominio del proselitismo
filosófico de la Ilustración (positivismo afianzado por la economía
liberal), con su dantesca organización-estructura del poder, no basta
con pedir “perdón por la Universidad que tenemos”, como lo hiciera
humilde y hermosamente la Profesora Soraya El Achkar en su discurso
pronunciado en el acto de graduación de la XXV promoción de la Escuela
de Educación, UCV el 21 de enero de 2009. No basta. Necesario es,
insubordinar la Universidad contra cualquier forma de tiranía, de orden y
control social (4); contra cualquier nueva forma de racionalidad
punitiva; contra cualquier ideología y/o dirección; contra el ideal de
progreso capitalista y sus relaciones sociales de producción, destructor
de la naturaleza (seres humanos y no humanos). Sólo así emergerá un
nuevo pensamiento, nuevas ideas que respondan a la vida en apoyo mutuo,
amor y paz (5)
* Docente UCV. Correo electrónico: polancod@agr.ucv.ve y polanco.delia@yahoo.es
Notas:
(1) Manifiesto Liminar de la Federación Universitaria de Córdoba del 21 de junio 1918.
(2) Adorno TW. s/f. La educación después de Auschwitz, [en línea]. Disponible en: http://encontrarte.aporrea.org/teoria/sociedad/83/a14535.html
(3) Althusser L. 1977. Ideología y aparatos ideológicos de Estado. En:
La filosofía como arma de la reacción. Editorial Siglo XXI, México. Ver
también: Baudelot y Estable; a Pierre Bourdieu y Jean Claude Passeron; a
Bowles y Gintis, quienes nos mostraron la legitimación de las
desigualdades sociales a través de la escuela como institución y su
autonomía.
(4) Entendemos por control social al “conjunto de saberes, poderes,
estrategias, prácticas e instituciones, a través de las cuales las
élites del poder preservan un determinado orden social, esto es una
específica ‘geografía’ de los recursos, de las posibilidades, de las
aspiraciones. Se puede decir también, que control social es el proceso
(histórico) de construcción de la relación entre poder y desviación:
poder de definir las normas y de etiquetar a quien de ellas se desvía,
poder de inducir conformidad y de reprimir disconformidad, poder de
trazar la diferencia entre lo normal y lo patológico, poder de corregir
castigando y de castigar corrigiendo” (De Giorgi A. 2005. Tolerancia
cero. Estrategia y prácticas de la sociedad de control. 1ª edición en
castellano. Editorial Virus, Colección Ensayo. Barcelona, España. Pág.
37-38)
(5) Para más argumentos sobre la justificación de esta propuesta, ver:
Polanco-Loaiza D. 2009. Peleas sobre la dirección de la cría de los
hombres y mujeres. Reflexión en torno a la recién promulgada Ley
Orgánica de Educación (LOE) en Venezuela, [en línea]. Revista española
‘Rebelión’. 17-09-2009. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=91595. Y Polanco-Loaiza D. 2008. UCV: ¿Alma nutrida?, [en línea]. Portal digital venezolano Aporrea. 13-05-08. Disponible en: http://www.aporrea.org/educacion/a56898.html
*CARIACO. Colectivo Amplio para la Restauración e Investigación de la Agricultura Campesina y Originaria. Correo: cariaco.vzla@yahoo.com.ve Twitter: @cariacoVzla
Para más información, lea: "Decano de la Facultada de
Agronomía-UCV amenaza con expulsar a 7 estudiantes revolucionarios"
http://www.aporrea.org/actualidad/n266062.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario