martes, 24 de septiembre de 2013

Profanación de tumbas irrespeto al descanso eterno


La violación de la sepultura del expresidente venezolano Joaquín Crespo, revive la discusión sobre una práctica que data de la antigüedad



En noviembre de 1922, ocurrió el que po¬dría ser considerado como uno de los su¬cesos arqueológicos más importantes del siglo XX: el descubrimiento de la tumba del faraón Tutankamón. La excavación realizada en el llamado Valle de los Reyes, Egipto, fue encabezada por el arqueólogo Howard Carter y el V Conde de Carnarvon, George Stanhope, quien la financió. La noticia tuvo una gran repercusión mundial, pero, adicional al interés que generó la exploración, tam¬bién tuvo relevancia la leyenda conocida como la “maldición de los faraones”.
Existe la creencia de que Carter encontró un os¬tracon (fragmento de cerámica sobre el que se escri¬bía), cuya inscripción decía: “La muerte golpeará con su bieldo a aquel que turbe el reposo del faraón”.
Algunas de las personas que participaron en el descubrimiento fallecieron de manera inexplicable. En abril de 1923, Carnarvon murió repentinamente en El Cairo; su hermano Audrey Herbert, luego de haber presenciado el hallazgo, murió a su regreso a Londres. Arthur Mace, encargado de romper parte del sello de la Cámara Real, y Douglas Reíd, el radiologista, entre otras personas, también murieron súbitamente.
En los años posteriores las “misteriosas” muer¬tes continuaron. El doctor Ezze-din Taha, de la Uni¬versidad de El Cairo, descubrió que varios arqueólo¬gos y personas que trabajaban con restos antiguos padecían infecciones en las vías respiratorias por la existencia de hongos, teoría que expuso en 1962 durante una conferencia. Al culminar la actividad se marchó en su carro y minutos después impactó con¬tra otro vehículo. La autopsia demostró que tuvo un fallo cardiaco pocos segundos antes del accidente.
No obstante, el arqueólogo Carter, quien estuvo al frente de la expedición, murió en marzo de 1939, casi 17 años después de su descubrimiento..
Pero, la tumba de Tutankamón no fue la única explorada. Por siglos el Valle de los Reyes fue saqueado por quienes bus¬caban los tesoros de los faraones.
La profanación de tumbas ha perdurado en el tiempo. En Venezuela, en marzo de 2013, fue denunciado el caso de la presunta profanación de las tumbas del expresidente venezolano Joaquín Crespo y de su esposa Jacinta Parejo, las cuales se encuentran en un mausoleo familiar ubicado en el Cementerio General del Sur, en Caracas.
Una denuncia
Ante la situación reportada por los familiares del general Crespo, fue comisionado el fiscal 16º del área metropolitana de Caracas (AMC), José Luis Orta, encargado de coordinar las diligencias corres¬pondientes.
Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Cien¬tíficas, Penales y Criminalísticas y de la Dirección de Asesoría Técnico Científica e Investigaciones del Ministerio Público practicaron la inspección técnica del lugar que incluyó la fijación fotográfica, a fin de verificar las condiciones del mausoleo.
El fiscal Orta resaltó que cuando se trata de in¬vestigaciones relacionadas con la profanación de tumbas hay diligencias que son muy puntuales: la inspección técnica mediante la cual se puede cons¬tatar la situación del sarcófago, es decir, si hay frac¬turas y determinar si fue violentado.
Asimismo, es vital la exhumación del cadáver, procedimiento que debe ser autorizado por un tri¬bunal de control y que se realiza con el objetivo de certificar que la profanación ocurrió.
También, es importante entrevistar a familiares y empleados del camposanto y recabar informes, en¬tre otras actuaciones. En el caso del general Crespo, el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC) consignó un informe acerca de la exhumación ocurrida en 1998, tras la restauración del mausoleo.
Adicionalmente, se realizó una reunión para pla¬nificar estrategias de trabajo, en la cual participa¬ron el director de Delitos Comunes, Nelson Mejía; la fiscal superior el área metropolitana de Caracas, Marisela Lucena; el fiscal José Orta, así como repre¬sentantes del IPC, de Fundacaracas y de la Oficina de Cementerios Municipales de Caracas.
Profanar es un delito
La profanación es definida por Manuel Ossorio, en el Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales, como el trato que se da a las cosas sa¬gradas sin el debido respeto o aplicándolas a usos profanos. Cita que “En algunas legislaciones pena¬les constituye delito: el escarnecimiento público de los dogmas o ceremonias de cualquier religión que tenga prosélitos en el país; la falta de respeto de¬bido a los muertos manifestada por la violación de sepulturas o por cualquier otro acto profanatorio”.
Es así como en el artículo 170 del Código Pe¬nal se contempla que cualquiera que en los lugares destinados al culto, o en los cementerios, deteriore,
desperfeccione o afee los monumentos, pinturas, piedras, lápidas, inscripciones o túmulos será cas¬tigado con arresto de uno a seis meses o multa de 150 a 1.500 unidades tributarias.
Adicionalmente, quien cometa actos de profana¬ción en el cadáver o en las cenizas de una persona y que con un fin injurioso o ilícito, sustraiga fraudulen¬tamente todo o parte de los despojos o restos, o de alguna manera viole un sepulcro será castigado con prisión de seis meses a tres años,
Específicamente, el artículo 172 establece que quien “(…) profanare total o parcialmente, el cadá¬ver de alguna persona, lo exhumare, sustrajere o se apoderare de sus restos, será castigado con prisión de tres a quince meses. Si el hecho se ha cometido por el administrador o celador de un cementerio o lugar de sepulturas, o por persona a la cual se hubie¬re confiado la guarda del cadáver o de los restos, la pena se aumentará en una tercera parte en el primer caso, y en una cuarta parte en el segundo”.
Algunos casos
• En marzo de 2010, Carlos Sáez, quien se desempeñaba como obrero del Cementerio General de Sur, y Ricardo Hernández, admitieron haber incurrido en los delitos de violación de sepulcros y profanación de cadáveres.
Ellos fueron detenidos cuando llevaban dos bolsas en las cuales contenían dos cráneos que serían vendidos.
• El 2 de marzo de 2013, Eugenio Miranda Osorio fue imputado por los delitos de violación de sepulcro y uso de adolescente para delinquir. Durante un allanamiento practicado en la residencia del imputado, ubicada en Catia, se encontraron varios cráneos que presuntamente serían usados para la comercialización.
Texto: Lérida Marín González

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