Contra la “trilogía del mal”, inteligencia y cero impunidad

Carlos Machado Villanueva / El Peatón 28/10/2013 Una de las estrategias del fascismo para su asalto final de poder en Venezuela, es el accionar de sus cuadros con la mayor impunidad posible y detonar así la institucionalidad democrática, vía esta que seguirían hoy María Corina Machado, Leopoldo López y Henrique Capriles Radonski,  bautizados como la trilogía del mal, y hoy desesperados competidores en materia de felonía  para  merecer el cargo de presidente o presidenta de un dizque inminente gobierno de transición que le asignará el  Pentágono, anunciado además en estos días por medios  golpistas como El Nacional y El Nuevo País, y provocando que las alarmas democráticas de país se enciendan. Acciones “espectaculares” por medio, la más reciente el derribo de una estatua en homenaje al ex presidente Fidel Castro por parte  el líder del partido ultraderechista Voluntad Popular, Leopoldo López, erigida en la población fronteriza del Amparo (Zul.), -y que seguramente serán replicados por parte de sus otros dos competidores-, parecen buscar además que el imaginario colectivo se vaya familiarizando con escenarios de destrucción de todo lo que represente y simbolice la obra de la revolución bolivariana, incluso con un no descartable accionar sanguinario de su parte. Analistas hay que insisten en que acciones como la de López, pero también la de Henrique Capriles el trágico 15 de abril con pérdidas de vidas del lado de los bolivarianos, ocasionadas por su criminal llamado televisivo a “drenar la arrechera” y desconocer el triunfo de Nicolás Maduro, no son sino ensayos de acumulación de fuerza, al igual que las guerra económica (desabastecimiento y escasez provocados) y psicológica en desarrollo. Todas estas acciones fascistas y en cascada, perseguirían una violenta reacción masiva  en las calles por parte de los seguidores de la oposición de extrema derecha  liderados por estos tres oscuros personajes, e incluso por parte de sectores de la población confundidos por la manipulación mediática, contra el gobierno constitucional presidido por Nicolás Maduro, cuando la orden desde arriba –desde el Pentágono- sea dada. Hay preocupación de que se busque este escenario antes de las elecciones municipales, sobre todo de parte de Capriles Radonski, pues el triunfo chavista dejaría en evidencia su desinfle como líder indiscutible de la oposición venezolana y que trata de evitar al costo que sea necesario. Corresponde entonces por estos días y meses que quedan de 2013,  afinar la labor de inteligencia institucional y popular. De lo que se trata es de evitar que la estabilidad política y la paz alcanzados en estos 14 años  de revolución bolivariana se pierdan. Más aún cuando, como todo parece indicar,  las fuerzas de la revolución le propinarán otra derrota electoral y democrática a esas fuerzas retrógradas y apátridas lideradas por esta trilogía maligna, que busca ensangrentar el país. Ya las encuestas hablan incluso del triunfo del Gran Polo patriótico en 80 por ciento de las 335 alcaldías existentes en el país este 8 de diciembre. Esa actitud de vigilancia debe incluso evitar que la derecha fascista, sobre todo la que encabeza el republicano Roger Noriega desde EE. UU, a través de sus agentes –los hombres de Luis Posada Carriles-, utilice una de sus prácticas más aberrantes para intentar que se desate la violencia incontrolable en nuestro país, cual no es otra que sacrificar a uno, o una, de los suyos, que muy bien pudiera ser uno de los tres personajes de marras. Así que no sólo se trata  a partir de este momento de marcar a esta “Trilogía del mal” cerradamente día a día, y aplicarles todo el peso de la ley si se descubre su vinculación directa con planes golpistas auspiciados desde EE. UU., dirigidos a detener el avance y consolidación de la revolución bolivariana en esta etapa; sino que además se debe proteger sus vidas de las manos asesinas de quien los ha llevado  a traicionar a su patria todo este tiempo: el mismo imperio norteamericano, también desesperado como parece estar por ponerle las manos encima a nuestra riqueza petrolera y salvarse de la crisis económica que lo amenaza con su declive hegemónico