Los trabajadores/as de la economía popular de diferentes ferias y mercados a cielo abierto de Caracas y Petare, agrupados en el Movimiento de Trabajadores de la Economía Popular (MOTEP), reunidos en el Salón de Gestión Comunal del Ministerio del Poder Popular para las Comunas y los Movimientos Sociales (16/09/2014), ubicado en la Avenida Universidad, Caracas, y luego de analizar las circunstancias políticas y económicas presentes en nuestro país, asumimos la posición que exponemos en los términos siguientes:
º Nuestro país, desde el momento en que con la conducción del Comandante Hugo Chávez Frías, inspirado en la gesta libertadora bolivariana, se define por el camino de rescatar la soberanía y la dignidad nacional, libre e independiente de la injerencia de cualquier potencia extranjera, en particular del imperialismo estadounidense, y de impulsar el bienestar de las grandes mayorías, las olvidadas de siempre, ha estado sometido al asedio implacable y perturbador de quienes durante largos años explotaron y usufructuaron las riquezas nacionales.
º Durante todo el período gubernamental chavista, las élites imperiales y sus lacayos locales han intentado por todos los medios truncar el proceso liberador que el pueblo venezolano se ha trazado: golpes de estado, paros empresariales, guarimbas insurreccionales, referéndum, planes magnicidas, emplazamiento de paramilitares colombianos, saboteo económico, saboteo a los servicios públicos, manipulación mediática, frentes electorales, aislamiento internacional del país, etc., en fin, los más diversos mecanismos legales e ilegales, concebidos para desestabilizar a la nación y acabar con la revolución bolivariana. Vanos esfuerzos ante la férrea disposición y toma de conciencia del pueblo venezolano de defender su soberanía y preservar el legado redentor del Comandante Chávez.
º En estos 18 meses, luego de la desaparición física del líder de la revolución, con la dirección del compatriota Presidente Trabajador Nicolás Maduro, el país sigue sometido al más perverso acoso desestabilizador, dentro del propósito ambicioso de quienes lo propician de que, ahora sí, podrán derrotar el proceso transformador iniciado hace 16 años.
º Para tal efecto, orquestado desde el centro imperial norteño, han instrumentado una estrategia con dos aristas: la acción política que, sin descartar la vía electoral parlamentaria, descansa en un recalentamiento de la calle, combinando el guarimbeo con la protesta social; y la acción desestabilizadora económica que, haciendo uso del aparato productivo, comercializador y distribuidor de mercancías, en buena parte, controlado por la burguesía parasitaria, propicia las más deleznables situaciones de guerra económica (acaparamiento y escasez de productos, especulación desbordada de precios, contrabando de extracción, bachaqueo, etc.,), intentando generar un ambiente de zozobra, angustia y descontento generalizado que le sirva de caldo de cultivo para sus planes políticos insurreccionales e injerencistas, revestidos de espontánea protesta social.
º En este sentido se hace pertinente denunciar y repudiar la conducta de algunos trabajadores de la economía popular, pocos en verdad, que bien por ignorancia o por afán de lucro desmedido se prestan para la práctica especulativa con productos de la dieta básica, no entendiendo que con tal conducta atentan contra ellos mismos, contra la clase trabajadora de la cual forman parte y se ponen al servicio de los enemigos del pueblo y de la Patria venezolana.
º La burguesía parasitaria, acostumbrada a nutrirse y lucrarse de la ubre financiera del Estado, junto con sus sesudos analistas, aduce que la causa del desabastecimiento de productos y de los altos precios es la falta de estímulo a la producción por parte del gobierno bolivariano, pretendiendo “taparear” con tal argumentación el propósito real que la anima, que no es otro que el derrumbamiento del proceso bolivariano, cuya orientación, marcada por Chávez, y eso lo tenemos suficientemente claro, es la redistribución de la riqueza nacional, proveniente de la renta petrolera, a través de las políticas sociales bolivarianas (Misiones y Grandes Misiones) y la construcción colectiva de una nueva sociedad basada en relaciones sociales libres de explotación y signadas por la solidaridad y el amor entre las personas.
º Los trabajadores y trabajadoras de la economía popular, que nos reconocemos por centenares de miles (según cifras del Instituto Nacional de Estadística) a lo largo y ancho del país, nos caracterizamos como trabajadores no asalariados, no dependientes o por cuenta propia, que vivimos de nuestro esfuerzo, que no explotamos el trabajo ajeno y con ingresos precarios. Somos expresión o consecuencia directa del proceso histórico que generó el sistema capitalista periférico, dependiente, atrofiado y rentístico que se instauró en Venezuela y que durante décadas o siglos no ha hecho más que reproducirse con sus secuelas de opresión, pobreza y exclusión económica y de oportunidades.
º La irrupción de Chávez en el escenario nacional significó poner en la palestra una realidad económico- social y cultural que venía siendo velada por las élites dominantes. Los excluidos de siempre pasaron a ser sujeto, proceso al que los medios de difusión de la burguesía han estigmatizado calificándolo como de polarización social cuando en el fondo no es más que la reivindicación histórica de una mayoría social invisibilizada que ahora tiene, constitucionalmente, protagonismo y reclama papel activo en la vida social y política del país.
º En el marco de ese proceso reivindicador, el sector de los trabajadores y trabajadoras de la economía popular, si acaso, uno de los más vulnerable e incomprendido del amplio espectro popular, asoma su voz y su presencia como movimiento social para decir: Aquí estamos, somos, padecemos y pensamos, sentimos y reflexionamos, y, en consecuencia, tenemos capacidad propositiva para plantear:
Nos solidarizamos e identificamos con la lucha del gobierno bolivariano y chavista conducido por el presidente Nicolás Maduro en la defensa de la patria y del legado del Comandante Chávez y en función de los intereses del pueblo y en el combate a fondo contra la guerra económica especuladora y quienes pretenden desestabilizar al país creando el caos y la desesperanza.
Manifestamos nuestra disposición a integrarnos a las acciones fiscalizadoras emprendidas por la Superintendencia de Precios Justos para combatir y controlar la especulación en las ferias y mercados a cielo abierto, sumando nuestro aporte, de esta manera, al ejercicio efectivo del Poder Popular.
Expresamos la convicción de integrarnos, como Movimiento Social, al Gran Polo Patriótico e incorporarnos de manera activa al esfuerzo de nuestro pueblo por construir la sociedad y el estado comunal.
Proponemos al gobierno nacional el diseño conjunto de una política integral dirigida a los trabajadores de la economía popular que, partiendo de la necesidad existente de fortalecer la producción de bienes y servicios, haga posible la inserción de nuestro sector laboral al proceso productivo del país, partiendo de la factibilidad de la formación técnica y administrativa y de la dignificación de una actividad que, como la nuestra, por muchos años, le seguirá prestando servicios a la colectividad nacional.
Así mismo, la necesidad de acentuar las políticas específicas de previsión social adelantadas por el Comandante Chávez hacia nuestro sector, que últimamente se han adormecidos.
Proponemos la creación o activación de una Oficina Nacional de Atención al Trabajador y Trabajadora de la Economía Popular, pues, hasta ahora estamos sometidos al criterio particular de funcionarios municipales desaprensivos y burocratizados que no terminan de entender su condición de servidores públicos y que, muchas veces, utilizan sus puestos o prerrogativas para lucrarse a nuestra costa.
En esta coyuntura compleja que vive la patria venezolana, los trabajadores y trabajadoras de la economía popular estamos dando un paso al frente para dejar sentado nuestra indeclinable posición de respaldo al gobierno constitucional del Presidente Nicolás Maduro y de rechazo absoluto a quienes, por la vía de la especulación y la guerra económica, pretenden desestabilizar al país con la idea de llevarlo a etapas ya superadas por la historia y por decisión irrenunciable del Bravo Pueblo, del cual, indiscutiblemente formamos parte.
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