Carlos Javier Lazo (29) y Gabriel Seijas (29), ambos tenientes del Ejército venezolano, son dos de los cinco detenidos que el componente de la Fuerza Armada tiene bajo investigación por el homicidio de Raúl Antonio Bracho Jaime, asesinado el pasado viernes 22 de agosto en el municipio Guajira. Los mismos se encuentran en la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar, situada en Caracas, donde, según sus familiares denuncian, han sido víctimas de torturas y vejámenes.
Así lo dio a conocer Morly Uzcátegui, abogado defensor de los tenientes, quien explicó desde su despacho que los militares fueron arrestados la madrugada después del asesinato de Bracho. “Ellos fueron emboscados por sujetos desconocidos, quienes dispararon en contra de la unidad donde el mayor Bracho estaba junto con mis defendidos y un sargento de tropa”.
Señaló que los oficiales le dieron la orden al suboficial para que retrocediera y en el camino un caucho de la camioneta explotó. “Ellos detuvieron un vehículo civil y trasladaron a su mayor hasta un Centro de Diagnóstico Integral cercano, donde murió poco después de su ingreso”. Al regresar a la sede del Batallón de Infantería 132, acantonado en Escondido, al norte del estado Zulia, para pedir refuerzos e ir contra los irregulares, ordenaron su detención.
El lunes en la mañana los trasladaron a la capital venezolana, para presentarlos 24 horas después en la sede del tribunal de la causa donde les imputaron el cargo de ataque al centinela, cuya pena oscila entre los 14 y 20 años de prisión. “Se ha violado el debido proceso debido a que trasladaron la causa a Caracas y es en el Zulia donde ocurrió el hecho. Además, su presentación ante el tribunal es extemporánea”.
Dudas
Uzcátegui indicó que para el momento del homicidio Lazo y Seijas portaban fusiles AK, pero al parecer estos no fueron activados. Aseguró que una vez que aparezca el vehículo en el cual los militares se trasladaban, pedirá una inspección del mismo para que la planimetría determine de dónde provino la bala que penetró en la cabeza del mayor Bracho.
Destacó el hecho de que a menos de un día después del asesinato del oficial del Ejército, Vladimir Padrino López, jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada, dio declaraciones en las cuales achaca el homicidio a miembros de la mafia de "bachaqueros". “En la misma onda estuvieron las declaraciones de Jorge Arreaza, vicepresidente de la República; Arias Cárdenas, gobernador de la entidad, y Jairo Ramírez, secretario de Seguridad”.
Enfrentamientos
Extraoficialmente se conoció que la comisión de liderada por Bracho era la segunda que salía del cuartel. Unas horas antes una primera comisión sostuvo un enfrentamiento con unos "bachaqueros". Un menor que estaba a bordo de una camioneta murió al ser alcanzado por una bala, presuntamente disparada por un militar.
El mayor Bracho salió para apoyar el regreso de la primera comisión y llamó a los tenientes Lazo y Seijas. Cuando iban en camino, fueron emboscados en venganza por el homicidio del adolescente que había caído horas antes.
Diario La Verdad
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