La dependencia materna o paterna a la nicotina, además de incitar a fumar, es un determinante importante de la conducta respecto al tabaco de sus hijos adolescentes, según demuestra un nuevo estudio.
"El mensaje, y la novedad, es la relevancia del nivel de dependencia o adicción", dijo la autora principal, Denise B. Kandel, de la Escuela Mailman de Salud Pública de Columbia University, Nueva York.
"Cuando los padres son adictos al tabaco, aumenta el riesgo de dependencia a la nicotina de los hijos", agregó.
Recordó que el tabaquismo de los padres está asociado con el tabaquismo adolescente, pero siempre de acuerdo con estudios pequeños (de entre 300 y 10.000 participantes).
Su equipo sacó los datos de una encuesta realizada entre 2004 y 2012 en la que participaron 35.000 parejas de padres e hijos de entre 12 y 17 años. En ella, respondieron a preguntas sobre el tabaquismo y la adicción a la nicotina.
"La nicotina es la sustancia psicoactiva más adictiva que existe", dijo María Melchior, del Instituto Nacional Francés de Salud e Investigación Médica, aunque no participó en la elaboración del estudio.
Sin embargo, algunas personas pueden fumar ocasionalmente sin volverse adictos. Esto lo determinarían los genes que gobiernan el sistema de recompensa cerebral o la metabolización de la nicotina.
La adicción a la nicotina de los padres (el nivel de deseo de fumar o de abstinencia al no fumar y la elección de fumar en lugar de hacer otras actividades, por ejemplo) estuvo fuertemente asociada con la posibilidad de que un hijo adolescente haya o no fumado alguna vez.
La adicción materna influía más que la paterna.
Los autores observaron que otros factores, como la educación de los padres, el estado civil, la crianza, la salud mental de los hijos adolescentes, las creencias sobre el tabaquismo, la percepción del tabaquismo de los padres y el consumo de otras sustancias, también influían en el riesgo de que los hijos adolescentes fumen o desarrollen adicción, según publicaron los autores en el American Journal of Public Health.
Kandel dijo que la depresión adolescente, pero no la de los padres, estuvo asociada con el consumo de tabaco. "Pienso que cada conducta tiene un componente genético y ambiental", indicó.
Además, considera en su informe que los padres con predisposición genética a volverse adictos a la nicotina tendrían hijos con la misma vulnerabilidad, pero sostuvo que no hay duda de que las conductas de los adultos influyen en los niños.
"Mientras que los adolescentes de padres fumadores, en especial si éstos desarrollaron dependencia, son los más propensos a fumar, los hijos de los ex fumadores son más propensos a haber probado el cigarrillo que los hijos de los padres que nunca fumaron, lo que replica resultados previos", dijo Mike Vuolo, del Departamento de Sociología de The Ohio State University, Columbus, y que no participó del estudio.
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