A partir de este mes septiembre entró en rigor la implementación del sistema biométrico en las redes de distribución de alimentos, que incluye a cadenas tanto públicas como privadas.
La idea es que la huella del consumidor sea comparada con la base de datos del Registro Electoral del Consejo Nacional Electoral para cerciorarse de la identidad del comprador. La idea es que el consumidor no pueda adquirir muchas veces el mismo producto, combatiendo la práctica conocida como bachaqueo.
La medida se ha expandido a todos los productos ya que se han encontrado irregularidades en la distribución de otros que no están entre los 23 regulados y de primera necesidad.
Pdval, Mercal y Bicentenario, como parte de la red pública y los privados Makro, Excelsior Gamma, Unicasa, Plaza’s y Luvebras se han sumado a la medida que se extenderá a expendios de medicinas como Locatel y Farmatodo.
La medida está en fase de adecuación, por lo que la interconexión ha presentado fallas, retrasando el proceso de facturación, no obstante se espera que los técnicos y especialistas en el sistema informático de las máquinas captahuellas solucionen el problema a la brevedad.
(LaIguana.TV)
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