Marian Chávez
Titulo foto: Virginia Mejía
Las balas derramaron la sangre
de tres hombres que conversaban —dos cuñados y su amigo discapacitado—.
En medio de una prédica religiosa fueron asesinados por unos
motorizados, la noche del domingo 31 de enero, en el barrio Nueva Lucha
de la parroquia San Isidro de Maracaibo.
Los cuerpos quedaron tendidos en
la calle 74 A de la barriada. Fueron identificados como Jorge Luis
Corona Chacín, conocido como “El Jinete” (29); su cuñado Raúl Enrique
Oliveros (24), y su vecino Jordano Alberto Troconis Barboza, quien
estaba en silla de ruedas y a quien llamaban “El Nenuco” (27), un
evangélico que llevaba su mensaje a los cuñados.
“Raúl llegó de jugar en una
cancha y se sentó a comer en la acera frente a la casa, como a las 8:30
pm. Luego, como a las 9:30 pm, llegó Jorge, mi esposo del pool, en el
camino se encontró a ‘El Nenuco’, quien vive a una cuadra de mi casa, y
se lo trajo. Se reunieron los tres y al ratico vi cuando dos hombres en
una moto se acercaron y dispararon. Yo les grité: ‘Ya chamo, dejalos’.
Tenían sus caras cubiertas con unos cascos”, narró Norbella Oliveros,
hermana de Raúl y pareja de ‘El Jinete’.
Oliveros recibió tres impactos
en la clavícula, cuello y cara. Se conoció que no pudo correr porque más
temprano se había lesionado la pierna derecha. “El Jinete” presentó
heridas en el tórax y un labio. “El Nenuco” tenía tres disparos en el
intercostal derecho.
Norbella negó que sus parientes tuvieran problemas o deudas y recordó que solían jugar fútbol.
Por su parte, Seina Ferrer,
hermana de “El Nenuco”, detalló que a él lo mataron porque estaba de
testigo y, además, fue el último en ser tiroteado. Su madre, Ligia
Barboza, contó: “Ellos dispararon sin compasión; sin embargo, él no
recibió ningún tiro en la primera ocasión. Los sicarios se regresaron y
le dieron tres disparos. Mi hijo desde hace un año estaba en silla de
ruedas por sufrir de Guillain Barré y, desde entonces, se metió a
cristiano”, contó.
“Ayer le dije que me acompañara a
ver un programa, pero se fue a conversar con ‘El Jinete’ y Raúl, porque
decía que había que aconsejarlos para que siguieran el camino de Dios,
que no había que marginar a las personas que estaban en malos pasos”,
agregó la madre desconsolada.
Vecinos de la zona denunciaron
que “los Oliveros no es la primera vez que reciben amenazas o atentan en
contra de ellos. Robaban casas y bodegas, y son bachaqueros”, manifestó
un habitante del lugar quien pidió resguardar su identidad.
“El Nenuco” dejó cuatro hijos, y
se dedicaba a vender golosinas y predicar el evangelio, mientras que
Oliveros tuvo cinco niños y su esposa tiene 7 meses de embarazo. Era
mototaxista. ‘El Jinete’ dejó dos pequeños y hacía trabajos esporádicos
en la barriada.
El Cuerpo de Investigaciones
Científicas, Penales y Criminalísticas inició las investigaciones para
capturar a los homicidas y determinar el móvil del crimen. No descartan
ninguna hipótesis. Informantes aseveraron que organismos policiales
realizaron varios allanamientos en la zona.
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