lunes, 29 de febrero de 2016

El año del refrán: "año bisiesto, año siniestro"


Patricia Barrios
Panorama
Agencias
Fue en año bisiesto cuando se hundió el Titanic, y asesinaron a Ghandi, a Luther King y a John Lennon; pero mucho antes que sucedieran estos hechos puntuales ya el día 366 se había ganado un refrán: “año bisiesto, año siniestro”.  
La pregunta que los aficionados a la fatalidad deben hacerse es: ¿cuál año de nuestra historia estuvo exento de tragedias? Una revisión a vuelo de pájaro  demuestra que buenos y malos tiempos se suceden constante e incluso simultáneamente. De donde surge entonces la creencia de que este 29 de febrero acarreará ‘tragedias’.
Antes de entrar en esas honduras hay que aclarar de donde sale ese día extra que pone a los supersticiosos a temblar. La historia reseña que transcurriendo el año 49 antes de Cristo, el emperador Julio César arribó a Egipto no precisamente en busca de la hermosa Cleopatra sino de alimentos y dinero. Fue ahí cuando conoció un calendario diferente al Romano, que no arrastraba imprecisiones, e inmediatamente encargó a un astrónomo la construcción de un nuevo, el calendario Juliano, contemplando  el bisiesto.
En  1582 nace el Calendario Gregoriano de 365 días también con uno adicional cada cuatro años, que es el utilizado por casi todo el mundo. La razón del excepcional día es que cada doce meses sobraban cinco horas, 48 minutos y 25 segundos que al multiplicarse por cuatro años daba un día más, el día extraordinario, instaurándose el temido 29 de febrero.  
La publicación chilena Ahora Noticias,  muestra parte de los refranes surgidos a propósito, entre los que destaca ‘año bisiesto, ni esto ni aquello’, ‘año bisiesto, quema la hoja y vende el cesto’.  La lista podría aumentar, pero para los estudiosos esta fobia reflejada en el refranero no es más que una necesidad  de explicar las malas rachas. Una necesidad muy antigua por cierto.
Ya desde la aplicación del calendario Juliano  se instauró la costumbre de mantener cerrados los templo durante  todo febrero si era bisiesto,  bajo la creencia de que así se evitaba la furia de Júpiter. Recordemos que febrero, para el pueblo greco romano,  era el mes de la muerte, por lo que nadie se casaba y ni siquiera querían salir de sus casas.
Incluso Manuel Manianes, adscrito al Consejo Superior de investigaciones Científicas, recuerda que anteriormente existía la creencia de que los nacidos en año bisiesto eran personas dotadas de poderes especiales. “Las creencias populares son importantes pero desde el punto de vista cultural. La ciencia demuestra que esto no tiene ninguna relación con hechos especiales”.
Ya tenemos entonces que en esa época  amalgamaron ambos hechos, quedando febrero con día adicional muy mal parado, pues el término siniestro indica  “que está hecho con mala intención o perversidad”.
Sin medios para precisar causas certeras, la historia quiso que la Primera y Segunda Guerra Mundial tuvieran lugar en Bisiesto, al igual que Guerra de Independencia Española y el enfrentamiento entre Irán e Irak. 
En lo que respecta al punto de vista astrológico, la experta en el área, Patricia Kesselman, explica porqué la mala fama de tal época carece de asidero: “todos los seres humanos nacemos cuando el sol se encuentra en un determinado grado, minuto y segundo del zodíaco. Estaría afectado por las características del signo, y nada más.  
En lo que sí apuesta la astróloga es en que por ser todos los bisiestos múltiplos de cuatro la simbología numérica  les aporta los influjos del número: “Suelen darse abundantes eventos, de intensas experiencias aunque no necesariamente nefastos. Deberíamos  asumir ser más solidarios, generosos y compasivos. Esto obedece a que el cuatro es el número de la abundancia, de la libertad, del optimismo y de la multiplicación”.  
Según los estudiosos de la numerología, el mal uso de este poder también facilita el abuso, la exageración, los excesos, la debacle o la proliferación de calamidades de cualquier tipo, tanto en la naturaleza como en nuestras circunstancias personales.
Para concluir invita a una reflexión: “Al atribuirle al año bisiesto tendencias adversas, la tradición crea un arquetipo, un modelo de pensamiento que acaba por convertirse en realidad”. 
Otro astrólogo de nombre Ricardo Villalobos, dice que quien nace en bisiesto,  a mediodía, se destacará en escenarios públicos. Los que nacen alrededor de las cinco de la mañana tendrán capacidad de lucha para enfrentar el reto de la vida.
El reto para los que nacen exactamente el 29, expone, no existe: “serán piscis y tendrán las particularidades con las que deben ser consecuentes en el curso de sus vidas”. Revisemos entonces otros espectros.
La estudiosa de Los Ángeles, Ana Mercedes Rueda, sostiene que el bisiesto no es diferente a los no bisiestos, desde el punto de vista energético. “No olvidemos que los seres humanos fuimos quienes creamos los calendarios  y por lo tanto es algo que está en nuestra mente”. 
La forma de surcar esta abrumadora carga de creencias, es tomar conciencia de la realidad. Si las dos guerras mundiales tuvieron lugar en el año ‘raro’, pues también en año raro nació el afamado escritor inglés John Byron,  el compositor italiano Rossini,  el papa Pablo Tercero. 
En Irlanda por ejemplo, dos tradiciones deshacen cualquier nubarrón acerca de la fecha: regalar cien euros a los nacidos un 29 de febrero, y la posibilidad de que las solteras pidan ese día casorio a los hombres, aunque el afortunado no está obligado a decir sí. A lo que sí queda obligado si la rechaza, es a regalarle un beso y un camisón de seda.
Como en todo, la jocosidad ha hecho de las suyas y lo reafirma Malén Arias, con 64 años encima pero apenas 16 cumpleaños. A Malén sus padres no pudieron inscribirlo un 29 de febrero en el registro civil porque “ese día no existía”.   José Miguel Ubarrechena, quien además es fundador del Club Mundial de los bisiestos, bromea sobre el hecho de que tuvo Licencia de Conducir al quinto cumpleaños. “Somos únicos en el mundo, capricho de los Césares e imprescindibles para que funcione el calendario”. Calculan cinco millones de ‘raros’ en todo el mundo…son siniestros? ¡Qué va!

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