viernes, 26 de febrero de 2016

Victoria de un preso palestino en Israel tras 94 días de huelga de hambre


Mohamed al Qiq, en un hospital de Israel.

MOHAMED AL QIQ, EN UN HOSPITAL DE ISRAEL.

Credito: AFP

26-02-16.-Han sido 94 días de pelea. Y hoy llegan a su fin. El periodista palestino Mohamed al Qiq abandonará hoy la huelga de hambre que mantenía desde noviembre, después de que las autoridades palestinas hayan logrado un acuerdo con el Gobierno de Israel por el que será liberado el 21 de mayo, según confirma el Ministerio de Presos palestino.

El periodista, corresponsal en Cisjordania para Almajd TV Network, una agencia de noticias de Arabia Saudita, inició esta huelga como protesta por su detención administrativa, que implica estar apresado sin conocer los cargos que se le asignan, sin acusaciones concretas, sin derecho a abogado y sin ver a sus familiares. Se trata de una medida nada excepcional, aplicada hoy a 660 reclusos palestinos -incluso menores de edad-, condenada por la comunidad internacional por violar los derechos elementales de los presos y defendida por Israel, que sostiene que mantiene en el limbo a estos detenidos por "seguridad nacional". Se pueden renovar cada seis meses, en un bucle sin fin.

Al Qiq no sólo exigía que se presentasen cargos en su contra y lo sometieran a un juicio justo o lo soltaran de una vez, sino que al enfermar por la huelga reclamó su traslado a un hospital de Ramala -la capital administrativa de Palestina, ya en territorio cisjordano-, una petición que fue rechazada por las autoridades israelíes. Israel llegó a ofrecerle que fuera a un centro sanitario de Jerusalén Este, zona ocupada, pero el preso se negó. Finalmente, el periodista no será trasladado -ahora está en un hospital de Afula, en el centro de Israel-, pero saldrá liberado el 21 de mayo, en lugar del 21 de junio. Es cuando se cumple su primer semestre de detención administrativa, que no será renovada.

LOS MOTIVOS DEL ARRESTO

Al Qiq, un periodista de 33 años de edad de Ramala, fue arrestado por las fuerzas de seguridad israelíes el 21 de noviembre por estar supuestamente implicado en actividades terroristas vinculadas con el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), pero sin que a día de hoy se conozcan los cargos exactos de los delitos que se le imputan.

El abogado del periodista palestino ha dicho que el acuerdo se alcanzó en la noche del jueves al viernes y ha confirmado que el reportero "seguirá en el hospital" para recibir asistencia médica. "Su madre le visitará en las próximas horas", ha asegurado. También su mujer y sus dos hijos, que hasta ahora no habían tenido permiso para verlo, podrán acceder a su habitación.

El jefe del Comité Superior de Supervisión de los Árabes, Mohamed Baraké, ha destacado que la huelga de hambre del periodista palestino "ha terminado en victoria". El Tribunal Supremo israelí llegó a congelar en febrero la detención de Al Qiq por su delicado estado de salud, pero él seguía insistiendo en que, sin saber por qué estaba arrestado, seguiría con su lucha.

Robert Piper, el coordinador de la ONU para Asistencia Humanitaria en Palestina, llegó a mostrar a Israel su preocupación por el estado de salud del preso y exigió al Gobierno de Benjamín Netanyahu que presentara cargos en su contra o lo liberara de inmediato.

LÚCIDO PERO DÉBIL

El periodista no ha consumido ningún alimento y se ha limitado a tomar agua. Según el diario israelí Haaretz, está consciente pero no se comunica. Fuentes del hospital han dicho que está lúcido pero que su cuerpo cada vez está más débil y que corre el riesgo de sufrir un colapso. Pesa 30 kilos, está ciego de un ojo, casi no oye y ha perdido la capacidad de hablar, según fuentes diplomáticas palestinas.

Sus allegados habían alertado del mal estado de salud que mostraba y, de hecho, fuentes sanitarias de Israel reconocen que no se sabe si el daño provocado en el cuerpo del periodista será reversible. Su desgaste diario ha sido seguido por las redes sociales palestinas, por las que se han convocado manifestaciones y vigilias de apoyo en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental.

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