jueves, 27 de febrero de 2014

Testigos relatan represión durante el 27-F


INICIO / JUEVES 27 DE FEBRERO DE 2014
Títulos CCS
EFEMÉRIDES>  •  Cabello denuncia que toda la MUD está en el golpe  •  AN interpelará a Capriles, Blyde, Muchacho y Smolansky  •  Privan de libertad a 5 efectivos del Sebin por muertes del 12-F  •  Hugo Chávez fue homenajeado por Gobierno y pueblo de Ecuador  •  GNB recibió con la paloma de la paz a María Machado  •  Falleció motorizado a causa de las guarimbas en Valencia  •  LA CONSIGNA ES VIOLENCIA  •  Papa Francisco exhortó a la paz y la reconciliación en Venezuela  •  Varios estados del país listos para celebrar el Carnaval  •  En Gaceta feriado por 25 años del Caracazo  •  En Kenia y Finlandia expresan apoyo a Venezuela  •  Lee la VERSIÓN IMPRESA  •  Triunfó la Paz  •  No alineados se solidariza con el Gobierno Venezolano  •  Maduro: “Hay un consenso en que tiene que cesar todo tipo de violencia ya”  •  Campesinos sembraron paz en Caracas  •  27 de febrero, el día que el pueblo se rebeló  •  Testigos relatan represión durante el 27-F  •  Caracazo tuvo su origen en el caos moral  •  Debaten sobre El Caracazo en la Plaza Bolívar  •  La Revolución indemnizó a las víctimas  •  El 27F fue un acto de amor y de transformación  •  Maduro: van más de 50 muertos por guarimbas  •  Gobierno adjudicó viviendas en Santa Lucía  •  Ofrecía mil dólares por cada GNB muerto  •  Jaua: estamos dispuestos a avanzar en relación con EEUU  •  Transporte de carga circulará sin restricciones durante Carnaval  •  Vicepresidente Arreaza inauguró Corpologística  •  Mantenimiento integral en el 4-F  • 
 

PROHTestigos relatan represión durante el 27-FIBIDO OLVIDAR

27/02/14.- Las consecuencias de las medidas para “apretarse el cinturón” que implementó Carlos Andrés Pérez (CAP), pocos días después de haber asumido por segunda vez la presidencia de la República, luego de 25 años, aún viven en el imaginario colectivo.

Parece como si en las calles que circundan el Centro Comercial Miranda, en Guarenas, aún pudiera verse el rastro de la sangre de Natalia Zerpa, quien murió mientras se dirigía a su vivienda, ubicada en la urbanización llamada Menca de Leoni para ese entonces, y hoy bautizada 27 de Febrero en honor a los caídos de 1989.

“A esta compañera le metieron cuatro tiros cuando venía caminando. Ella fue una de las beneficiarias del proyecto habitacional donde vivía, el cual forjamos varios dirigentes”, contó Rodolfo Sanz, hoy alcalde del municipio Plaza, y quien para la época era luchador social.

Sanz fue uno de los líderes de la insurrección popular, que tuvo como cuna la localidad de Guarenas y que rápidamente se diseminó hasta Caracas.

En esa comunidad heroica comenzó el asunto. Una protesta de los pasajeros de transporte interurbano, quienes fueron sorprendidos por un alza en las tarifas, como consecuencia del precio de la gasolina, implementado desde el viernes 24 de febrero fue el detonante.

“Llegamos a esta fecha en un clima bastante caldeado de marcha y paro cívico, promovidos por los anuncios que hizo el presidente Pérez con el tema del aumento del pasaje y la gasolina. Habíamos convocado una movilización que salía del Terminal de Trapichito, rumbo a la Intercomunal. Éramos dirigentes de izquierda”, refirió.

Untitled-1


Untitled-1

LA PROTESTA SE CONVIRTIÓ EN SAQUEO

Pronto la protesta, caracterizada por la quema de unidades de transporte, se convirtió en un enfrentamiento con las fuerzas policiales y la acción de civiles en busca de alimentos, los cuales, a consecuencia de las medidas neoliberales, ya eran casi imposibles conseguir.

“Recuerdo que llegamos al semáforo de la zona industrial. Cuando arribamos a la esquina del restaurant El Patacazo y nos aproximamos a la calle El Comercio, vimos que venía bajando un torrente humano impresionante del sector de Las Clavellinas. Cuando ese torrente se encontró con nosotros que veníamos del terminal, tomamos el centro de la plaza La Paz y comenzó una ola de saqueos en el sector El Comercio, la cual nunca imaginé que se iba a producir”, relató Sanz.

Untitled-1

En el rebulicio generalizado no hubo clase social que no se sumara a la histeria. Personas de los sectores populares salieron en busca de bienes de consumo inaccesibles para la población, así como comida, casi inalcanzable debido a la situación económica reinante. La clase media, casi desaparecida o “empobrecida”, no faltó a la cita.

“Si hay algo que me impactó fue ver a personas de la clase media acabar con los supermercados que estaban al frente de la Urbanización La Rosa. Las personas venían con palos, con lo que encontraran, nosotros estábamos allí y ordenamos que la gente entrara en los supermercados. ¿Qué sacaban de los comercios? Carne, leche, harina, azúcar. El alto costo de la vida había afectado por igual a la clase media y a sectores populares. La gente metía dentro de sus carros, reses completas de ganado. A mí nadie me echó ese cuento, yo lo vi, kilos y kilos de víveres que la gente reclamaba, pues no tenían acceso a ellos”, destacó.

Rápidamente la ola alcanzó los sectores de Trapichito y Menca de Leoni, con saqueos a comercios del Centro Comercial Miranda y de allí a Caracas.

Untitled-1

Y SI EL DESPOTISMO LEVANTA LA VOZ...

En Guarenas, las fuerzas policiales no lograban calmar la ola de saqueos. En zonas populares y medias de Caracas las protestas no se hicieron esperar. Días previos, en la Universidad Central de Venezuela, estudiantes ya se habían alzado.

“Fueron días muy fuertes. Fueron asesinados estudiantes, madres y niños. Recuerdo que ese 27 de febrero en la noche estuve trabajando en Los Chaguaramos, no nos dejaban salir, pero cuando lo logramos, vimos un rebulicio total, la gente trataba de apropiarse de cosas que no tenía, cosas que la misma propaganda televisiva capitalista te promocionaba, te decían y —hoy te siguen diciendo— que para tener un puesto en la sociedad debías tener esto o aquello. No había otra medida sino la rebelión del pueblo que estaba languideciendo”, contó Eduardo López, habitante de San Agustín del Sur.

El recuerdo de quienes ofrendaron su vida continuará latente en el corazón de un pueblo que por primera vez se levantó para hacer frente a políticas capitalistas que empobrecieron y desmejoraron la calidad de vida de la población, un pueblo que fue cruelmente masacrado por las manos de militares y policías.

María Márquez, habitante de Caricuao, es una de las cientos de madres que continúa llorando a su hijo desaparecido durante el llamado Sacudón.

“Este fue el día más triste de mi vida. A mi hijo Wilmer, lo mataron cuando salió junto a sus primos. Él solo salió, no sabía ni lo que estaba haciendo. Recuerdo que siempre decía: ‘Cuando sea grande, voy a trabajar para ayudarte”, revivió Márquez.

Wilmer fue uno de los jóvenes que cayó por la acción desmedida de las fuerzas militares.

1_Desaparecido_LS 004

LA ORDEN ERA DISPAREN A MATAR

La violencia colectiva, sumada a la escasez de productos básicos para la alimentación que se había producido días atrás, permitió que otros muchos salieran en busca de lo necesario.

“Recuerdo que el 27 mi hijo José me había pedido permiso para ir hasta donde su tía en San José. Como esos días no se conseguía harina, su tía lo mandó a comprar y más nunca volvió”, contó Francisca León, habitante de la parroquia La Vega.

José del Carmen Pirela era el nombre del hijo de Francisca, y con tan solo 15 años fue asesinado junto a otros cientos o miles de una manera cruel e impune. Estas muertes se multiplicaron desmesuradamente cuando el 28, el Gobierno desbordado por los saqueos, decretara el toque de queda, lo cual significaba que las fuerzas policiales y militares tenían la potestad para disparar a todo aquel que saliera a la calle.

EL NÚMERO 1.577

Aunque fuentes oficiales estiman que los caídos por los hechos del Caracazo no sobrepasan las 276 personas, la tesis de que los hechos causaron el fallecimiento de miles de venezolanos cobra cada vez más fuerza.

Guido León, tío de Pirela, es uno de los cientos de caraqueños que acudió a la Morgue de Bello Monte a tratar de identificar a su sobrino desaparecido. Allí se pudo percatar de la magnitud de los acontecimientos que estaba viviendo.

“No puedo olvidar esa imagen. Vi montañas de muertos, recuerdo como si fuera ayer el número 1.577 que estaba colgado en la pierna de uno de los cadáveres que miré ese día”, dijo.

Aunque en la Morgue no pudo dar con el paradero del joven, en la sede de la antigua Policía Técnica Judicial (hoy CICPC), en Parque Carabobo, continuó observando las pruebas de la masacre del pueblo oprimido.

“Allí en Parque Carabobo revisé muchos álbumes de fotografías en la búsqueda de José del Carmen. Mi sobrino tenía el número 577, me di cuenta de que era él, porque tenía un lunar en la pierna izquierda, aunque nunca encontramos el cuerpo”, explicó.

Tiempo después, autoridades de la Fiscalía informaron a Francisca que José del Carmen había sido enterrado en una fosa común del sector La Peste, en el Cementerio General del Sur, resaltó la madre.

Allí en ese sector fueron enterrados decenas de personas que nunca más volvieron a casa, luego del 27 de febrero y a quienes sus familiares no tuvieron tiempo de despedir y de proveer un sitio digno para ser sepultados.

Untitled-1

“APROVECHARON PARA ELIMINARLOS”

Claro Gallardo, lugareño de la parroquia Coche, fue testigo de la violencia en la avenida Lecuna, del centro de Caracas.

Gallardo es abogado y para el tiempo del Sacudón contaba con una oficina en la referida avenida, desde la cual pudo observar como la Policía Metropolitana reprimía los saqueos en comercios localizados en la esquina Miracielos.

“Yo vi que la gente saqueaba y los electrodomésticos los llevaban a una pensión cercana. Escuché muchos tiros y algo que me llamó fue la atención fue la cantidad de indigentes que vivían por ahí. Con el toque de queda la policía aprovechó para hacer —vamos a decirlo así— una limpieza étnica”, apuntó.

_____________

Paquetazo económico

Liberación de los precios y de las tasas de interés, aumento de 100% del costo de la gasolina y, por ende, del pasaje, eliminación de subsidios y del control de cambio, así como endeudamientos adicionales con el Fondo Monetario Internacional, sumieron a la población venezolana de 1989 en una rotunda desesperación.

Esas medidas serían “compensadas” con un aumento de 30% del salario al sector público, que se extendería al sector privado a través de convenios con Fedecámaras. La excusa que dio Carlos Andrés Pérez a la población fue el haber recibido un país en quiebra, por lo cual había que tomar decisiones extremas.

El paquete originó protestas y saqueos, numerosos muertos y heridos. Todavía no se conoce el número exacto de fallecidos.

Los familiares de los caídos no vieron justicia durante gobiernos cuartorrepublicanos.

Solo el gobierno del Comandante Hugo Chávez reconoció la responsabilidad del Estado venezolano, y en el año 2006, emprendió mecanismos para indemnizar a las víctimas.

LADY GÓMEZ/CIUDAD CCS
FOTO LAILA SAAB

No hay comentarios:

Publicar un comentario