Programa radial que se transmite todos los sábados de 3 a 4 pm por Angelical 93.5 FM
Tema: Mi Socio es Dios
Hoy quiero hablarles de una sociedad, la cual conceptualmente es entendida como un contrato que se establece entre dos o más personas que se ponen de acuerdo para alcanzar un fin, lo cual implica la aportación de recursos que capitalizan esa empresa, ese propósito. Recursos que pueden ser materiales o inmateriales.
Ejemplo de ello es cuando montamos un negocio en sociedad. Allí, esos recursos se capitalizan porque constituyen el capital de esa empresa, pero a su vez ganan intereses de acuerdo a su productividad en la medida que se desarrolla la empresa.
Pero dejando a un lado por un momento, los intereses y la productividad, centrémonos en los sujetos: las personas que la constituyen. Estos deben conocerse. Luego establecer sus normas y/o condiciones, es decir: los términos o acuerdos en los que se trabajará en sociedad.
Otro ejemplo de ello es el matrimonio. Una relación tan especial que comienza por la atracción y se sella con el afecto, pero que igualmente, como toda sociedad, pasa por la formalidad de un contrato. Donde nuevamente nos encontramos con las normas o condiciones de esa sociedad.
A partir de allí no podemos tomar decisiones que comprometan a la sociedad sin consultar al socio, revisar que esas decisiones estén dentro de las normas acordadas y ver que vayan siempre en beneficio de los objetivos propuestos.
Pero como en todas las sociedades como en el matrimonio, llega un momento en el que nos compenetramos con nuestro socio o socia, que es como si le adivináramos sus pensamientos, que sin consultarle de antemano sabemos cuál sería su opinión. Es como si estuviéramos dentro del ella o ella dentro de nosotros.
De esa forma quiere Dios ser nuestro socio. De esa forma debe ser nuestra sociedad con Dios. Consultar con él todo. Anticiparnos a pensar que opinaría él antes de tomar cualquier decisión. Revisar, respetar y sujetarnos a nuestros acuerdos.
¿Que nos hace falta para establecer esta sociedad? Lo primero es conocerle luego aportar nuestro mayor capital: La Vida, todo nuestro ser. Sabiendo que ya él nos lo ha dado todo. Incluyendo a su hijo unigénito, quien dio su vida en la cruz para darnos la vida eterna.
Por eso te invitamos a conocerlo. Que empieces por querer aprender a amarle como él nos ama. Sabiendo que él nos amó primero.
El contrato ya está hecho: es su santa palabra. Ella es nuestro manual de vida y ha prometido grabarla en nuestros corazones para que meditemos en ella de día y de noche y no nos apartemos de ella ni a la derecha ni a la izquierda. Y que practicando su palabra nos traerá provecho en esta vida y en la venidera.
Él es nuestro mejor socio pues es el dueño del oro y la plata. Y nos ha prometido que nada nos faltará. Salmo 23:1. También ha dicho que todo lo que emprendamos prosperará y que el bien y la misericordia nos seguirán todos los días de nuestra vida.
Hoy es un buen día para establecer esa sociedad con Dios. Si quieres hacerlo sólo tienes que rendir tu vida a sus pies, abrirle las puertas de tu corazón y recibir a Jesús como tu Señor y Salvador.
Repite conmigo: Señor Jesús hoy quiero establecer esa sociedad contigo, te recibo como mi Salvador. Inscribe mi nombre en el Libro de la Vida. Graba tu palabra en mi corazón, haz de mí una nueva criatura y séllame con tu Santo Espíritu. Amén.
Si hiciste esta oración. Visita una Iglesia cristiana evangélica donde se predique a Jesucristo como único camino para llegar a Dios. También puedes llamarnos a los Teléfonos: 0416 742 55 95 y 0426 9438 97 96 para brindarte apoyo y orientación.
Este es su programa: Levántate y Resplandece y les habló: Edgar Jesús Virgüez
.Producción
Locutor: Edgar Jesús Virgüez Aguilar
C.I.V-7.344.901
Certificado: 28.875
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