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Hoy Jeff Cabral predica el evangelio y cuenta su testimonio por donde pasa. Su pasado está marcado por abusos y depresión. Él pasó siete años de su vida como travesti, drogándose y prostituyendo en las calles de Río de Janeiro. Hoy, con la vida restaurada, habla de cómo abandonó una vida de pecado y angustia para deleitarse en la gracia de Dios.
“Sé que muchos deben criticar, apuntar, reír. Pero sólo quien vivió una vida como yo viví va a entender el por qué hoy yo glorifico tanto a Dios. Fueron siete años de homosexualidad, prostitución, drogas. Siete años sirviendo a otras doctrinas, creyendo que era feliz, pero dentro de mí yo sabía que estaba haciendo todo de la manera equivocada “, publicó Jeff en su cuenta en Facebook.
“Yo no tenía paz de espíritu, paz de vida. Muchas de las veces prefería la muerte, pues creía que perdiendo mi vida acabaría con mi vacío. Nunca creía cuando decían que Dios podría llenar mi vacío, creía que con mis propias piernas yo iba a llegar lejos. Dinero era fácil tener, hombres, drogas, todo era tan fácil “, subraya.
“El mundo era muy fácil para mí, pero mi paz? ¿Quién podría llenarlo? Puede ser locura para muchos, pero Dios actuó, me sacó de una vida sin valor y me dio un valor, me mostró su amor sobre mi vida. ¿Quién era yo en la fila del pan de la sociedad? ¿Qué tenía que ofrecer a Él? “, Pregunta.
Después de tanto tiempo perdido, Jeff cuenta que Dios transformó su vida. “Hoy Dios cambió mi historia, me mostró que su muerte en aquella Cruz fue para llevar mis pecados y traer una nueva vida, una nueva oportunidad. Lo que estaba perdido para muchos, lo que era imposible para todos, hoy Dios mostró que es posible “, dijo.
“Hoy sirvo a un Dios poderoso, que me limpió, me cuidó, me enseña cada día, me muestra todos los días su amor. Hoy llevo la palabra de Dios, hoy llevo mi testimonio por donde voy para que todos puedan creer en lo imposible. Hoy Dios me dio una familia, me llevó las aguas para que yo morir para el mundo y viviera para Él. Hoy yo vivo sus promesas sobre mi vida, hoy yo soy Hijo de Dios “, planteó.
“Dios libera sí, Él transforma sí, pero hay que tener la fuerza de querer cambiar a Jesús para cambiar algo en su vida. Es necesario tener renuncia, renunciar a lo que crees que es bueno, pero que en realidad es una perdición, destrucción. Dios tiene lo mejor para su vida, crea solamente. Dios es grande y Él es fiel. El hombre hace planes, pero Jesús da la última palabra.
En el video siguiente, más imágenes de la transformación de Jeff:
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