miércoles, 2 de octubre de 2013

Voluntariado y solidaridad: la transformación del hábitat


Jornada de trabajo voluntario la vega 1El trabajo voluntario no se decreta, nace de la conciencia de las propias personas en busca del bien colectivo.
Hugo Chávez Frías, 08 de junio de 2008.
 Comunidad organizada
Arriba, muy arriba, en la cumbre del cerro, se transforma la vida, el entorno cambia. Con ello los hombres, las mujeres y los niños dejan de ser habitantes de los ranchos de tablitas y zinc. El lugar es el mismo, pero algo pasa allá arriba en la esquina sur de Caracas, donde la brisa sopla sin descanso.
Bella Vista – en la parte alta de la parroquia La Vega- es una zona muy particular de la ciudad. Si desciendes un poco, puedes observar, abajo en el fondo, el Hipódromo de La Rinconada y el Poliedro, parroquia Coche. En cambio, si vas en dirección contraria, la vista se pierde hacia el suroeste, donde las parroquias de Antímano, Macarao y Caricuao señalan el nacimiento del valle capitalino.
Amaury Morales es un hombre como muchos, tiene la piel teñida por largas jornadas bajo el sol y una contextura que, aunque delgada, es fuerte. Morales hace voluntariado en la comunidad. Su experiencia la cuenta por el número de casas que ha ayudado a edificar. No lleva el número de cuántas ha hecho, pero asegura que “han sido varias”.
Jornada de trabajo voluntario 5“Trabajo de lunes a viernes, de 7 de la mañana a 5 de la tarde. Yo friso, pego cerámica, hago mezclilla, empasto. Con mi ayudante, gracias a Dios, hemos adelantado bastante. La semana entrante terminamos la casa para entregarla”, describe Morales.
El Programa de Transformación Integral de Hábitat (PTIH), es un plan que el Ministerio del Poder Popular para las Comunas y los Movimientos Sociales impulsó a fin de hacer partícipe a la misma comunidad del cambio de su entorno, del mejoramiento de la calidad de vida a través del trabajo propio. El PTIH también toca puntos como la administración de los recursos, el impulso a Empresas de Propiedad Social (EPS), en especial aquellas que están orientadas a la prestación de servicios y a la producción de insumos, materiales, herramientas y equipos en el área de la construcción. Es de destacar que este programa también se complementa con la Gran Misión Vivienda Venezuela.
El consejo comunal “La Bolivariana” inició los trabajos de PTIH en noviembre de 2012, y gracias a la buena administración de los recursos -así como al trabajo voluntario de la comunidad organizada- han logrado cambiar la vida de 40 personas: familias cuyos ranchos de zinc y latón ahora son recuerdos del pasado. Diez casas en total han sido sustituidas por viviendas dignas.
Se pueden identificar las casas, las que han sido cambiadas gracias a la autoconstrucción. Son de paredes amarillas, altas, sólidas. De acabados simples y minimalistas. Sus espacios satisfacen las necesidades de amplitud y funcionalidad de sus ocupantes. Son dueños orgullosos de ese techo, del espacio que ayudaron a edificar.
La comunidad organizada en esta parte de La Vega tiene en proyecto aplicar el PTIH en otros ranchos de la comunidad. Por los momentos les restan dos casas: una está en labores de pintura, la otra va por la colocación del friso. Morales afirma que lleva su tiempo hacer una casa: “Primero hay que hacer los huecos, de allí hacemos el emparrillado y el vaciado. Pasamos a construir las columnas, después pegamos los bloques y frisamos. Se empasta para continuar echando la loza, se mete la tubería de aguas blancas y aguas negras. Se mezclilla y se pega la cerámica”.
Jornada de trabajo voluntario 3Experiencias de vida
Nosotros, revolucionarios, debemos dar en cada momento de nuestra vida todo lo que sea posible en beneficio del trabajo fecundo, en beneficio de la revolución que avanza, en beneficio del pueblo, que es todo uno que está al lado nuestro, que esta luchando con nosotros hacia el porvenir.
Ernesto “Che” Guevara, 29 de Octubre 1961.
A diferencia del sector Las Brisas, el consejo comunal “Comunidad Organizada El Coronal” queda un par de kilómetros más abajo. Apenas un resquicio de las montañas que rodea a la comunidad deja ver algo de la Serranía de La Costa, la cadena de cumbres bajo el cual se despliega la capital de Venezuela.
Hay mucho verde, pero también muchas casas envejecidas. En el mismo estado se encuentra la cancha deportiva. Hay pobreza, pero también hay muchas ganas de cambiar esa realidad. Hay voluntarios que poco a poco edifican la casa para la señora Ruiz. Su hijo también ha laborado duro para dignificar la vida de su madre. Jean Carlos Ruiz ha visto cómo el trabajo en comunidad levanta esperanzas e impulsa el cambio.
“Me parece excelente el trabajo voluntario, porque nos juntamos jóvenes, todos por lograr un objetivo. Yo les hago un llamado a todos para que se unan a la labor”, resaltó.
No hay que engañarse con la delgadez de Jean Carlos. Ver cómo corta la cabilla, carga la tierra, poda la maleza y conversa con el resto de sus vecinos, indica que es fuerte. Como el olor a café guayoyo recién hecho, como el volumen de la música que los acompaña y los anima en la espera de un sancocho que promete enriquecer el paladar. Tan firme como el entramado de solidaridad que el Poder Popular ha tejido a lo largo y ancho del país.
Tras tres semanas de trabajo voluntario, Celia Arcentales, vocera de la comisión de contraloría social de la comunidad, asegura que se están viendo resultados notables.
“Hay personas que están de acuerdo con el trabajo voluntario, otras en cambio no querían ayudar porque decían que como no los ayudaron no tenían por qué hacerlo. Hemos hablado con ellos. Hay un cambio, se está viendo que hay conciencia”, destacó Arcentales. Ella da fe que la transformación no sólo se hace palpable en las nuevas viviendas, sino que el alma también se enriquece, se llena de experiencias de vida.
Gracias al PTHI, en el consejo comunal “Comunidad Organizada El Coronal” ya hay 27 viviendas listas, mientras que otras 20 esperan por los trabajos. Al igual que sus pares de “La Bolivariana”, cuentan con el apoyo de la Escuela de Fortalecimiento del Poder Popular (EFPP), la Misión Saber y Trabajo, así como de las Unidades de Acompañamiento Técnico Integral Comunal (UATIC) y del Ministerio de las Comunas y los Movimientos Sociales.
Para Amaury Morales, el trabajo voluntario es beneficioso, “ayudar en lo que se necesita para seguir adelante”, dice. En sus ojos –como en muchas de las miradas que hay en Venezuela- hay, más que agradecimiento, dignidad. Rebozan en alegría, para ellos no hay marcha atrás. La transformación también es del alma.
 Eduardo Saavedra Altuve – Prensa MinComunas

No hay comentarios:

Publicar un comentario