jueves, 10 de octubre de 2013

Narrar la Matria II…Crónicas de un recorrido


Comuna La Yaguaina. Edo. Sucre
Comuna La Yaguaina. Edo. Sucre
La Yaguaina. Edo. Sucre. Municipio Benítez. Sector Ojo de Agua -
Entre la razón y el corazón hay brechas indescriptibles
Sala de Batalla Social. Mañana en las pupilas. Orillas de carretera. Círculo de comuneros. Con la idea de Javier Biardeau dando vueltas en la cabeza “Para que exista la Comuna debe haber espíritu de la Comuna, para que exista espíritu de la Comuna debe haber corazón de la Comuna; quizá el Estado no está comprendiendo el corazón de las comunas”…hemos llegado a La Yaguaina (tierra de palmeras) con el reto de narrar lo que se construye desde el corazón, ese corazón que se conmueve al hablar del Comandante y que anda por los caminos del monte y la laguna, creyendo, convenciendo, enamorando, tal como corresponde a un honesto corazón, lleno de contradicciones y certezas absolutas.
Como todos los pueblos cercanos a la costa Caribe, suena el vallenato… Horizontales nos reconocemos en el círculo de la palabra; ahora se llaman voceros, hijos de Chávez, y antes luchadores sociales, y ñangaras, y pata en el suelo, y locos, y chusma también los llaman algunos. 15 son los Consejos Comunales (CC) que hicieron posible la dignidad, la COMUNA no es una carpeta de papeles leguleyos, aquí la Comuna es la rabia y la ternura de lo logrado con manos propias, “queremos que ellos (los hijos) tengan lo que nosotros no tuvimos” dicen como principio.
Luisa Rivas, mujer de 35 años y vocera del CC Las Cañas, abre la conversa para contarnos cómo fue que empezaron a creer en la voluntad conjunta, en la tarea de los muchos y muchas, “tenemos cuatro años, fue iniciativa de tres voceros de diferentes CC, ellos vieron una cadena del presidente Chávez cuando dijo que teníamos que formar la comuna, no sabíamos en sí qué era, comenzamos, y cuando estábamos reunidos nos llamaban locos; ellos hicieron la convocatoria. Vimos que la gente no quería participar y se tomó aquí la iniciativa de rotar las reuniones, -bueno vamos a ir a de comunidad en comunidad a motivar a la gente-. Nos tocó la primera comunidad Caño de Cruz Chiquito, eso es lejos, ahí nos fuimos en el camión sin saber qué era lo que estábamos haciendo, empezamos a motivar a las personas, -que juntos nos iría mejor, que escucháramos al presidente Chávez-; intentamos así conformar La Comuna”.
IMG_5796_VCV
El trabajo voluntario fue el detonante de una organización hoy consolidada, comenzaron por limpiar los caminos que luego llenarían de vida, con música y habladera. Limpiaron juntos los cables de alta tensión, el cementerio; fueron en bestias, caminando, en camiones; siempre llegaron a hacer la labor, “y después de eso hicimos la sopa, porque después de cada jornada hacemos tres y cuatro ollas de sopa, y luego nos reunimos para evaluar la actividad que se acaba de realizar”. Así fueron enamorando, con la palabra del Comandante como bandera, como andamos los que no tenemos nada que perder.
“Cuando nosotros comenzamos no empezamos con lineamientos, nosotros no comenzamos con ley, nosotros comenzamos con la voluntad, con el amor de hacerlo”…empieza así una serie de denuncias, que repican como llamados al oído de la voluntad política de las instituciones, tan ciega a veces, tan de brazos cruzados. “Nos cansamos de esperar a las instituciones, vienen a dar villas y castillos, nos utilizan, nos han utilizados durante toda la historia, y cuando vemos, quedamos en lo mismo…ilusionados”. El proceso de legalización de la Comuna ha pasado por las mil excusas y los trámites imposibles de la burocracia, “desde el 17 de noviembre de 2012 llevamos los certificados de los CC, y apenas los entregaron hace un mes” “cuando se logra adecuar los CC hay que comenzar el proceso otra vez porque pierden vigencia las vocerías” “no recibimos respuestas, tenemos que trasladarnos horas hasta Cumaná para simples trámites, a veces no nos reciben, nos mandan a volver después, a uno le dan ganas de llorar”.
El comunero Renán Correa propone soluciones, “si tuviéramos recursos produciríamos más, somos un potencial en lo que son raíces y tubérculos, estos alimentos tienen que salir de esta zona al eje Apure-Orinoco. Hay que reactivar la planta de procesamiento de alimentos para animales y de productos picados; nosotros podríamos arrimar nuestra cosecha allá y nos pagarían el precio justo, porque normalmente somos explotados por los intermediarios, que luego le ponen sobreprecio al producto” “A nosotros los campesinos nos ignoran por todos lados. Como decía el Comandante, queremos que el poder popular, que la colectividad, se escuche, que no se sigan tomando decisiones sin tomarnos en cuenta a nosotros”
IMG_5681_VCV
La Yaguaina es húmeda, y esa sensación se te pega en la piel después de mucho sol latiendo en la espalda. No dejamos de mirar porque la vista es una virtud para tanto nacimiento, lo vegetal es la tierra, su crecimiento, son sus mujeres y hombres, su trabajo.
El hablar deprisa no le quita el peso a las palabras justas, al reclamo legítimo de estos comuneros y comuneras; al fondo, sobre una columna de palo, Chávez mira, cuando hablamos de él queda un silencio profundo en el aire, como buscando su aprobación, la fuerza de reinventar el mundo con el pecho abierto.
IMG_5651_VCV
María Martínez nos cuenta cómo esta Comuna en construcción esta sumada al Sistema Nacional de Trueke, que en nuestro país y desde hace varios años, tiene un trabajo práctico y reflexivo en la propuesta de una Economía Socialista, un proceso que va desde la conciencia de los alimentos que consumimos, hasta las relaciones de producción existentes en el campo, pasando por la recuperación de las prácticas ancestrales. La Yaguaina forma parte del Sistema Regional de Trueke Pariagoto, utilizan la moneda comunal Paria, y desde mayo de 2009 han ido sumando voluntades mes a mes. Los mercados de trueke se han regado por todo el territorio, invitando a los iguales a participar de un intercambio de lo que cultivan, tejen, escriben, sueñan. Un mundo sin dinero, esa es la imagen utópica-posible. La Comuna nos invitó a uno de estos mercados en Cumaná; una doña de pie, micrófono en mano nos recibió diciendo “Para ser libres necesitamos producir nuestra propia papa, si no producimos lo que comen nuestros hijos no vamos a ser libres jamás”. Los trabajadores y trabajadoras de la empresa recuperada La Gaviota dramatizaron su lucha, más allá la geografía humana de Sucre actuó desde la memoria, compartiendo la siembra, el saber y la cultura de los comunes.
Nos fuimos para quedarnos, nos volveremos a encontrar allá en el Cuartel de la Montaña, con el truekero mayor, un 4 de octubre, cuando sus hijos e hijas celebremos el día del no dinero en un mercado que más que productos intercambia fuerza, convicción, vida.
 Aquarela Padilla
Fotografías: Veronica Canino

No hay comentarios:

Publicar un comentario