Nuestro compañero de Ojos para la Paz, Guido Dione, nos remite desde Argentina este análisis, recogido en la web de Los Pueblos Hablan, en relación con el discurso pronunciado por Barack Obama en la Academia militar de West Point, en la más pura y dura línea imperialista, que no ofrece dudas sobre los objetivos del régimen de los EE.UU., en cuanto a su política militarista -sobre cuyos peligros ya advirtiera el propio Eisenhower- , injerencista y "ombliguista" (creerse el ombligo del mundo), y, en lo concreto, sus objetivos de seguir acosando y fustigando a una Siria heroica que inexplicablemente se mantiene en pie, y siempre apuntando a Rusia... (tanta lucha de los esclavos negros para llegar a este regalo envenenado de Obama!)
Al parecer el Sr. Obama considera victoriosas sus guerras contra Iraq y Afganistán. Qué poco le importan los millones de muertos y desplazados y la destrucción de los países, no solo su presente y su futuro, sino también -y muy planificadamente- su pasado (riqueza arqueológica, museos, archivos, bibliotecas...), de acuerdo con los imperativos sionistas de destruir o saquear las raíces de los pueblos que atacan (en el British Museum continúan exhibiendo la colección "Tesoros de Afganistán", que se llevaron a Londres "para salvarlos de los talibanes" (asco y vergüenza)
En este sentido han debido hacerlo bien. Tanto criticar a Hitler...
Diremos que por más que se empeñen en lo contrario, este régimen monstruoso va de capa caída, aunque traten de engañarnos manifestando lo contrario. En EE.UU. no existe la Seguridad Social (a menos que hagas una póliza privada), ni el seguro de desempleo, ni la sanidad pública, y apenas las vacaciones pagadas...Hay más de 40 millones de personas sin techo, y otras tantas sin acceso a médico. EE.UU. está manejado como un títere por la Reserva Federal Norteamericana -ese club de empresarios sionistas, que tantas veces hemos mencionado, dueños de la banca, del dólar, del petróleo, de las armas...- El dólar se les hunde. De ahí su huida hacia adelante invadiendo países, asesinando a sus gentes, saqueando sus recursos. Necesitan sanear el moribundo dólar.
El 3 de septiembre de 2013, fecha en que lanzaron dos misiles contra Siria, desde la Base de Rota, que fueron interceptados por Rusia, el mundo unipolar comenzó a desmoronarse, sustituido por Rusia y China.
Parece que estos matones pronto serán declarados especie en extinción. Ojalá! (y utilizamos no por casualidad una expresión de orígen árabe). Purificación
Date: Sat, 5 Jul 2014 21:53:44 -0300
Subject: EL AMIGO AMERICANO 2
From: guidodion
To:
Obama y un discurso transparente
BY PUEBLOSHABLAN · JULY 4, 2014
De la misma manera que suele decirse que hay imágenes que valen por mil palabras, hoy toca señalar que ciertos discursos, como el recientemente pronunciado por Barack Obama en la Academia militar de West Point, ayudan a clarificar en toda su extensión de qué se trata cuando se habla del Imperialismo.
Partiendo del criterio por él mismo formulado, de que “Estados Unidos es la única nación indispensable”, y el agregado de que “eso fue así en el siglo pasado y seguirá siéndolo en el próximo”, Obama no ahorró ejemplos para demostrar que la fuerza militar es, y siempre será, “la espina dorsal” de una expansión que sueña consolidar en todo el planeta. Puso el acento en lo que significó para “la democracia de esos pueblos” la intervención en Irak y Afganistán, mencionando muy a la ligera que no todo había salido a pedir de boca en sus maniobras injerencistas. No contó, claro está, a los millones de muertos y desplazados, ya que esos son “daños colaterales”. También justificó la necesidad de pararle los pies a Rusia “junto a nuestros aliados de la Otan” y “la ayuda inestimable del FMI”, en la crisis que ellos mismos indujeron en Ucrania. Abogó por generar el clima óptimo para seguir hostilizando al gobierno sirio, y cuidar los intereses de sus aliados en Bagdad, ahora puestos en peligro por los mismos mercenarios que armaran sus muchachos del Pentágono.
“Estados Unidos usará su fuerza militar, unilateralmente si es necesario, cuando nuestros intereses básicos lo exijan”, amenazó Obama, dando cuenta de que Europa no debe mirar a un costado a la hora de luchar contra “el terrorismo”.
Por último, no quiso que hubiera espacio para ningún tipo de dudas sobre las intenciones que alberga el Pentágono de aquí en más, puntualizando que “Estados Unidos debe siempre liderar en el escenario internacional. Si no lo hacemos nosotros, ningún otro lo hará”, dijo, volviendo a poner énfasis en lo que significó toda la estructura ideológica de su discurso: “Me apoyaré cada vez más en los militares para que tomen el liderazgo”.
Es en este marco que hay que analizar las continuas agresiones que sufre el proceso revolucionario bolivariano y que han cobrado excepcional magnitud desde que comenzaran las acciones golpistas en el mes de febrero, a través de acciones violentas e intentos indiscutibles de culminar con el derrocamiento del gobierno legítimo de Nicolás Maduro.
Venezuela es, de hecho, un laboratorio en el que el imperialismo utiliza todo tipo de fórmulas.
No sólo Obama, sino en forma más evidente, han sido el secretario de Estado, John Kerry, la subsecretaria Roberta Jacobson, o más recientemente el vicepresidente Joseph Biden, los que se han encargado de arropar descaradamente a los sectores más agresivos de la oposición y suministrarles en su momento, aire para que continuaran con guarimbas que dejaron el saldo de más de cuatro decenas de muertos.
Es indudable también, que en ese afán explicitado por el presidente estadounidense de “liderar el planeta”, todo lo que viene ocurriendo en el continente latinoamericano, a nivel de integración y generación de anticuerpos, complica esos planes. Sin embargo, el Imperio no deja de incursionar, buscando concretar su objetivo de arrasar con los gobiernos y los pueblos que le plantan cara. Es por ello, que sigue afianzando sus bases militares, acelera los Tratados de Libre Comercio y gestiona la Alianza para el Pacífico, envía más y más “misiones culturales” patrocinadas por la Usaid, o en algunos casos, como acaba de ocurrir en Argentina, genera la intervención de la mismísima Corte Suprema de Estados Unidos para intentar asfixiar económicamente al país.
Con Venezuela, estas “recetas” desestabilizadoras han sido probadas a lo largo de estos quince años de mandato bolivariano, convirtiendo al país en uno de los más atacados, pero también el que mayor empeño ha puesto (indudablemente junto a Cuba revolucionaria) en desbaratar cada uno de estos embates.
La injerencia norteamericana es descarada. No ha dudado en involucrar a algunos de sus funcionarios, como es el caso del embajador en Colombia, Kevin Whitaker, en un plan que contemplaba el asesinato del presidente Maduro, a partir del estrecho relacionamiento que este diplomático mantiene con dirigentes de la oposición violenta, como es el caso de María Corina Machado, el periodista Nelson Bocaranda o el prófugo Diego Arria.
Frente a cada uno de estos intentos, el pueblo y el gobierno venezolano, firmemente unidos con su Fuerzas Armada han ido demoliendo los intentos explicitados por Obama en West Point. La fórmula, por sencilla, no deja de ser efectiva: hablar sin eufemismos de los enemigos de la soberanía venezolana y también de la región, actuar con la Constitución en la mano, apelando al estado de derecho para acorralar a los violentos, y por último, continuar profundizando los logros de la Revolución. Hechos y no palabras que le aseguran seguir cumpliendo con el legado del Comandante Supremo Hugo Chávez.C
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