Caracas, 26 Abr. AVN.- Este sábado se cumplen 16 años del brutal asesinato del obispo de Guatemala Juan José Gerardi, quien en vida promovió los derechos sociales, culturales y económicos del pueblo indígena maya, durante el conflicto armado que sufrió el país de Centroamérica, entre 1960 y 1996.
El asesinato del obispo Gerardi, a su 75 años de edad, ocurrió el 26 de abril de 1998, dos días después de la difusión del informe Guatemala: Nunca Más, creado a partir del proyecto lnterdiocesano "Recuperación de la Memoria Histórica", que analiza cientos de testimonios sobre violaciones de los derechos humanos ocurridas durante el conflicto.
Gerardi era coordinador general de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado (Odha) cuando se divulgó el referido informe, compuesto por cuatro tomos en los que se describen el sufrimiento y las violaciones a los derechos fundamentales, explicadas por las mismas víctimas y familiares de la guerra interna.
El crimen ocurrió en la iglesia San Sebastián, en el departamento de Huehuetenango. Por estos hechos, en junio de 2001 fueron condenados el capitán Byron Lima; su padre, el coronel retirado Disrael Lima, ambos suscritos al Estado Mayor Presidencial, que fungía como órgano de inteligencia militar; y el sacerdote Mario Orantes. Aún no se ha determinado la autoría intelectual.
"La información ha sido bastante débil, lo cual no ha permitido efectuar una investigación como debería hacerse", dijo recientemente Nery Rodenas, actual director de la Odha.
Vivió y luchó por el pueblo
Nacido en la Ciudad de Guatemala el 27 de diciembre de 1922, Gerardi se ordenó como sacerdote el 21 de diciembre de 1946 a los 24 años de edad en la Catedral Metropolitana de Guatemala.
Párroco de Mataquescuintla, Tecpán, Patzicía, Chimaltenango, San Pedro Sacatepéquez, Palencia, El Sagrario y Candelaria, y Consiliario de Cursillos de Cristiandad.
Constituido al servicio de Dios a favor de todo, como era su lema, Gerardi fue nombrado obispo de la Diócesis de La Verapaz el 9 de mayo de 1967 por el Papa Pablo VI. En septiembre de 1974 fue elegido tercer obispo de la Diócesis de Santa Cruz del Quiché.
En 1972 fue elegido para el cargo de Presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala (CEG) por dos períodos consecutivos, 1972-1974 y 1974-1976; asumió este cargo nuevamente de 1980 a 1982.
Durante esta temporada, el obispo Gerardi se dedicó al pueblo. Precisamente en Quiché trabajó en la evangelización, la promoción religiosa, social, económica y cultural del pueblo.
"La Iglesia (de manos de Gerardi) abrió caminos de participación nunca antes soñados por la gente; se crearon escuelas, se hicieron caminos, se mejoró la producción, creció ciertamente, el nivel de vida", reseña la Odha en su página web.
Ataque a la misión de Gerardi
La vida de Gerardi no siempre estuvo marcada por éxitos. Para 1976 se comienzan a desvelar los signos más claros de ataques contra la Iglesia y la nueva forma de promoción que llevaba este obispo a los pueblos indígenas, víctimas de la Guerra Civil, que finalizaría el 29 de diciembre de 1996, con la firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera entre el Gobierno de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca.
La muerte del párroco Guillermo Woods en 1976, encargado de las cooperativas en la región del Ixcán Grande, tras la caída de la avioneta en la que viajaba cerca de San Juan Cotzal (Quiché), fue el signo que alertó a la sociedad que la represión militar había aumentado y ampliado sus objetivos.
La Iglesia católica se vio como un objetivo de los ataques del Ejército, en manos de gobiernos militares como el de Romeo Lucas García, Óscar Humberto Mejía Victores y Efraín Ríos Montt, éste último acusado por delitos de genocidio y lesa humanidad debido a la matanza realizada por militares a 1.771 indígenas entre marzo de 1982 y agosto de 1983, período cuando estuvo como jefe de Estado de facto.
"La violencia alcanzó situaciones indescriptibles de 1980 a 1983, años en los que la Iglesia sufrió muchas muertes en sus agentes de pastoral: sobre todo en catequistas y directivos de las comunidades cristianas; la represión era indiscriminada, y por momentos irracional en grado extremo", relata la Odha.
Precisamente, el 31 de enero de 1980 fue incendiada la Embajada de España en Guatemala, hecho por el cual murieron calcinadas cerca de 40 personas, en su mayoría campesinos indígenas de Quiché, que buscaban ser escuchados ante la violación de sus derechos.
Como consecuencia de estos hechos, el obispo Gerardi renunció a la diócesis el 20 de julio de 1980.
Informe de la verdad
El obispo Gerardi fue uno de los partícipes en la creación de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado. Este acción lo llevó a emprender el proyecto interdiocesano Recuperación de la Memoria Histórica.
El informe, que relata todo los hechos acaecidos durante la Guerra Civil en Guatemala, está compuesto de testimonios de hombres y mujeres, quienes describen las pérdidas, cambios sociopolíticos en la comunidad, la destrucción grupal, ruptura y hostigamiento a la comunidad.
En el documento se refiere a las desapariciones forzadas y asesinatos de líderes de organizaciones sociales; así como el uso de terror, hostigamiento familiar y comunitario, hechos predominantes entre 1965-1968 y 1978-1983
"Cada historia es un recorrido de mucho sufrimiento, pero también de grandes deseos de vivir. Mucha gente se acercó para contar su caso y decir 'créame'. Esta demanda implícita está ligada al reconocimiento de la injusticia de los hechos y a la reivindicación de las víctimas y sus familiares como personas, cuya dignidad trató de ser arrebatada", detalla la Odha.
El desplazamiento interno en Guatemala ascienden a un millón de personas para la época, según el Informe de Recuperación de la Memoria Histórica.
Cifras de la Organización de las Naciones Unidas detallan que los procesos dictatoriales que dominaron Guatemala entre 1960 y 1996 dejaron la muerte de al menos 250.000 personas e incontables desapariciones.
Falta de conciencia
Para Rodenas es necesario despertar la conciencia ciudadana sobre los hechos acontecidos entre 1960 y 1996, aún cuando el informe de la Recuperación de la Memoria Histórica está disponible en la red.
"Hace falta despertar la conciencia de los guatemaltecos para conocer esta información. Si hubiera más conciencia de lo que pasó en la guerra, las actitudes sociales podrían ser diferentes", expuso recientemente el titular de la Odha, citado por Prensa Libre.
Frente a esto, dijo que existe una propuesta para que en el pénsum de primaria se incluya el estudio de la historia reciente del país y lo ocurrido en la guerra interna, pero "no ha habido voluntad de ningún gobierno desde que se publicó el informe para incluirlo.
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