sábado, 28 de enero de 2017

Muere John Hurt, "El hombre elefante"


EL actor británico John Hurt caracterizando al "hombre elefante"

EL ACTOR BRITÁNICO JOHN HURT CARACTERIZANDO AL "HOMBRE ELEFANTE"

Credito: Web

John Hurt acaba de entrar en la "inmortalidad cinematográfica", a los 77 años y después de una lucha desigual con cáncer de páncreas que no logró contener su voracidad ante las cámaras. El hombre que fue el "El hombre elefante", y el adicto Max en "Expreso de Medianoche", y el despreciable Calígula en "Yo, Claudio", y el astronauta Kane en "Alien" y Garrick Olivander en "Harry Potter y la piedra filosofal", murió con las botas puestas en su casa de Norfolk, reciente aún su papel como el padre Richard McSorley en "Jackie", con otras dos películas sin entrenar y el proyecto inacabado sobre la vida y milagros de Churchill.
"No puedo decir que me preocupe mi mortalidad, pero es imposible llegar a mi edad sin hacer ese tipo de contemplaciones", reconoció recientemente. "Estamos solamente de paso, y ocupamos nuestra silla muy brevemente"...
Su cuarta esposa, Anwen, confirmó su muerte (ocurrida el pasado miércoles) y le despidió como "el actor más sublime y el más caballeroso de todos los caballeros, con el corazón más grande y el espíritu más generoso". "Llegó a tocar nuestras vidas con alegrái y con magia, y el mundo será un lugar extraño sin él", aseguró su viuda, sin dar más detalles sobre su muerte.
David Lynch, que le dirigió en "El hombre elefante", se refirió a él como "el mejor actor del mundo". "Grande en el teatro, grande en el cine, grande en la pequeña pantalla", le despidió Stephen Fry. JK Rowling se sumó al luto colectivo en el Reino Unido con un sentido mensaje en twitter: "Estoy muy triste al escuchar que el inmensamente talentoso y profundamente admirad John Hurt ha muerto".
El tributo más emotivo se lo dedicó desde el otro lado del Atlántico Mel Brooks, con quien rodó la parodia galáctica "Spaceballs". Brooks le recordó ante todo su papel de John Merrick, por el que recibió una de sus nomicaciones al Oscar: "Nadie pudo haber interpretado "El hombre elefante" de una manera más memorable. El supo llevar esa película a la inmortalidad cinematográfica. Le echaremos terriblemente de menos".
"Estoy abierto a todos los géneros, eso es lo que soy", llegó a decir John Hurt, con más de 130 películas a sus espaldas, del drama a la comedia, de la ciencia ficción a la fantasía, de las películas de espías a las de superhéroes. "Esencialmente soy un actor en alquiler".
Reflexionando recientemente sobre su vida y su carrera, en declaraciones a la revista Radio Times, John Hurt aseguró que podía darse más o menos por satisfecho: "No ha estado mal para un viejo borracho" (su lucha con la botella fue pública y notoria hasta el 2008, cuando anunció que no había vuelto a beber ni gota).
Guillermo del Toro, que le dirigió en "Hellboy", destacó ante todo su dimensión "conmovedoramente humana", su "increíble inteligencia" y su sentido de la lealtad. "Un talento glorioso y uno de los mejores actores de todos los tiempos", la despidió Alfred Molina. "Directamente al olimpo de los grandes actores británicos, junto a Laurence Olivier y Alec Guinness", terció Kenneth Branagh, que le reservó un papel en el "remake" de "The Enterteiner" en el West End, pero no pudo contar al final con él.
Por prescipción médica, John Hurt tuvo que cancelar éste y otros compromisos tardíos (como el rodaje de "El hombre que mató a Don Quijote" de Terry Guilliam). Pese a las buenas noticias que le diceron en el 2105, cuando pareció haber superado el tratamiento por el cáncer de páncreas ("estoy que no quepo de entusiasmo, el futuro parece fantástico"), Hurt sabía en el fondo que sus días estaban contados y quiso apurar el vino del cine hasta el último momento (aún tiene dos películas por estrenar este año, "The Good Night" y "My name is Lenny").
Todo lo que quiso en su vida es ser actor: el veneno se lo pasó directamente en vena su madre, Phyllis. Para cotentar a su padre, estudió arte en St. Martins, y a las primeras de cambio se escapó a las audiciones de la Royal Academy of Dramatic Arts. El West End se rindió a sus pies y en 1966 dio la campanada definitiva con "Un hombre para todas la estaciones". Su papel de Calígula en "Yo Claudio", junto de Dereck Jacobi, le catapultó en el mundo de la televisión.
En 1978 hizo su entrada espectacular en Hollywood con "El expreso de medianoche", que le sirvió para su primera candidatura al Oscar. Dos años después llegó "El hombre elefante", y cuesta creer a estas alturas que la Academia no le reconociera con una estatuilla (ni siquiera un Oscar honorífico). Se desquitó concuatro Baftas y con el éxito tardío de "El topo" (2011), su última gran aportación al cine británico.
En el 2015, cuando le fue diagnosticado el cáncer de páncreas, dirigió una carta abierta a los británicos, encarando con determinación el que sería su último y largo asalto: "Siempre he sido abierto en la manera en que llevo mi vida, y en ese espíritu quisiera hacer un pronunciamiento: he sido diagnosticado con cáncer de páncreas y estoy bajo tratamiento, y me siento optimista ante los resultados, igual que el personal médico. Meintras tanto, voy a sentir centrado en mis compromisos profesionales, y de hecho pronto voy a grabar un programa para la BBC4: "Jeffrey Bernard no se siente bien".¡Ironías de la vida!".

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