El pasado 3 de agosto, cumplió 59 años de edad , y todavía continúa pedaleando por la vida
El cumpleaños para las personas es un acontecimiento sinónimo de alegría y beneplácito, incluyendo a sus seres queridos. En el caso de nuestro personaje de hoy, el ciclista venezolano Olinto Silva Freitez, quien el pasado 3 de agosto cumplió 59 años de edad, esperamos que haya sido así, pese a las dificultades que estamos pasando en el país, y porque sabemos que fue un guerrero en el ciclismo de ruta y ahora en su vida como ciudadano.
A las autoridades deportivas, caso Federación Venezolana de Ciclismo, Mindeporte, Instituto Nacional de Deporte, Fundación Glorias Deportivas de Venezuela, ahora les toca fungir de “peones, gregarios”, como en el ciclismo, para ayudarlo en todo lo que requiera, luego de retirarse, a quien fue un líder pedalista: Olinto Silva.
El nativo de Quíbor (estado Lara) tuvo gran desempeño competitivo en los tradicionales giros del país, como la Vuelta al Táchira y, en el caso específico de la Vuelta a Venezuela, la cual la ganó en tres oportunidades (ediciones de 1980, 1981 y 1983), convirtiéndose en el primero en lograr tal cantidad.
La hazaña la repetiría años después el tachirense José Chacón (2001, 2003 y 2005).
Lampiño y maestro
Comenzó a montar bicicleta en Quíbor a los 10 años. Más tarde, siendo todavía un barbilampiño, cuando en su rostro apenas se presagiaban los mostachos que iban a ser distintivos de su personalidad, se alistó como ciclista oficial.
“A los 16 años de edad, debuté como ficha del glorioso equipo Lotería del Táchira –expresó en una reciente entrevista dada al sitio web Ciclismo Total–. Nunca tuve entrenador antes. Casi inmediatamente, me llamaron para integrar la selección nacional, eran ya finales de los años setenta”.
Silva recordó, entonces, que en Venezuela, y especialmente en el interior del país, como en Quíbor, había más bicicletas que motos. Ahora es todo lo contrario.
Sobre todo por qué se dedicó al ciclismo y no a otro deporte, como el fútbol, por ejemplo, de gran arraigo en Lara, dijo:
“La respuesta es sencilla: porque me salía del corazón, corría prácticamente de gratis. Era puro corazón y pulmón. También mucha mística”.
Refirió el pedalista quiboreño que, a finales de los setenta: “A los atletas de otros países les daban muchos beneficios, su alimentación, sus bicicletas, mucha tecnología. A nosotros nada que ver”.
También tuvo que hacer de maestro, pues allá en su Quíbor natal, como en casi el resto del país, había pocas academias:
“Así que me tocó enseñar lo poco que sabía a los jóvenes de mi zona que se iniciaban en el ciclismo, de lo cual me siento orgulloso, y puedo confirmar: yo no pierdo la pasión por esta disciplina que tantas satisfacciones me ha dado”.
Veloz campaña
Olinto, ya teniendo, literalmente, bastante carretera con Lotería del Táchira, viaja con la selección nacional por Estados Unidos y Colombia, participando en competencias de la categoría juvenil.
Para los Juegos Olímpicos de Moscú-1980, era el número uno del ranking mundial.
“Mi primera Vuelta a Venezuela la gané en 1980. Luego repetí en 1981. Después viajé a Europa y regresé para ganar mi tercer maillot, en 1983, de Venezuela”.
Silva recordó que, para la fecha, sus condiciones estaban decayendo, por ello, en los Juegos Panamericanos de Caracas-1983 no rindió como se esperaba.
Las circunstancias lo llevaron a un proceso de separación. “Me fui alejando del ciclismo progresivamente, porque los recursos que nos aportaban eran pocos. Situación difícil, ya que teníamos que trabajar para poder comprar nuestras bicicletas y mantenernos”.
Además, reconoció el gallardo corredor larense que, “Ya sentía en el embalaje la presión de corredores más jóvenes que yo, por supuesto, como Enrique Campos (Cojedes) y Fernando Correa (Aragua). Así que decidí aparcar la bicicleta en el hombrillo de la derecha”.
Sin dudas, Olinto Silva, provisto de una gran capacidad pulmonar, fue uno de los grandes corredores de nuestro pedalismo de ruta.
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Anécdota
Olinto Silva recuerda que su “velocidad (viveza)” no era solamente en la ruta, sino fuera de ella, también: “Yo era muy pila, a pesar de nunca haber estudiado. Siempre, al llegar al hotel del sitio de la competencia, pedía el mapa de la ciudad, tenía todo en la mano cuando salía a la calle para no extraviarme”.
No era tan “despistado” como le decían algunos de sus compañeros: “Una vez, en Francia, le aconsejé a los muchachos de la selección que revisaran el mapa de la ciudad en que estábamos. No me pararon. Así que un señor,, que era parte del equipo, de apellido Arroyo (Juan), llegó como a las siete de la noche, no encontraba cómo regresar al hotel, al encontrármelo le dije, riéndome, ‘a ver, ¿quién es el indio?’”
No era tan “despistado” como le decían algunos de sus compañeros: “Una vez, en Francia, le aconsejé a los muchachos de la selección que revisaran el mapa de la ciudad en que estábamos. No me pararon. Así que un señor,, que era parte del equipo, de apellido Arroyo (Juan), llegó como a las siete de la noche, no encontraba cómo regresar al hotel, al encontrármelo le dije, riéndome, ‘a ver, ¿quién es el indio?’”
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Biografía Mínima
Olinto Silva Freitez nació en la población de Quíbor, estado Lara, el 3 de agosto de 1960, desde muy joven comenzó la práctica del ciclismo de ruta, junto a su hermano Luis.
Su carrera como pedalista arranca en 1970 en competencias de su natal Quíbor. A los dieciséis años ya incursiona por primera vez como ficha importante de nuestro pedalismo con el tradicional equipo Lotería del Táchira.
Contaba con una gran capacidad pulmonar, siempre estuvo entre los primeros lugares en las vueltas al Táchira de los años 80. Para los siguientes años fue tres veces ganador de la Vuelta a Venezuela, y con la selección nacional viajó a los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, participando en la prueba de ruta individual.
Su carrera como pedalista arranca en 1970 en competencias de su natal Quíbor. A los dieciséis años ya incursiona por primera vez como ficha importante de nuestro pedalismo con el tradicional equipo Lotería del Táchira.
Contaba con una gran capacidad pulmonar, siempre estuvo entre los primeros lugares en las vueltas al Táchira de los años 80. Para los siguientes años fue tres veces ganador de la Vuelta a Venezuela, y con la selección nacional viajó a los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, participando en la prueba de ruta individual.
El mejor ciclista de Lara de la historia y mejor ciclista de Venezuela en los 80
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