Redacción Sucesos
José Núñez
Aunque con episodios de alteración, en los que se gritaban, los nietos de Fidia Iris Espina son recordados en el edificio Las Delicias como unos buenos dibujantes.
“Los dibujos que hacían Davianna y Saicarlos no tenían nada que envidiarle a los artistas”, expresó un conocido de los hermanos asesinados a puñaladas, junto a su abuela, la madrugada del 1 de septiembre.
Según ese mismo hombre, Saidcarlos quería ser diseñador gráfico. “Elaboraba ilustraciones, tanto en papel como en su laptop Canaima. Su sueño era ver sus diseños girar por el mundo”.
Davianna, dice, también estaba entregada al mundo artístico. “Le gustaba más mantener sus obras en hojas y las mostraba a muy pocas personas”.
En el edificio, donde se perpetró el escalofriante triple homicidio, vecinos dicen que ayudaban a Fidia a comprar los medicamentos para la nieta. Tenía esquizofrenia, afirman.
Al parecer, la caridad de la comunidad no terminaba allí. Señalan que también regalaban alimentos a la octogenaria abuela.
“Fidia también nos colaboraba, se ofrecía para hacer mandados a quien lo necesitara. Se ganaba el corazón de todos”, expresaron.
El sospechoso ‘satánico’
En el conjunto de apartamento hay un ‘hervidero’. Todos quieren que la policía atrape pronto a los que cometieron este atroz asesinato.
Piden que investiguen al cafecero que convenció a Saidcarlos, y este a su abuela, para dormir en el apartamento 08-05.
“La comunidad le tuvo que reclamar a ese muchacho (cafecero) por estar viendo ritos satánicos en una laptop. Por aquí hay muchos niños y no queríamos que vieran eso”, comentó una de las residentes de “Las Delicias”.
Dicen que ese sospechoso "habla bajito". Según ellos, una tarde le preguntaron que para dónde iba y les respondió: “Voy a donde el maestro”.
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