sábado, 26 de octubre de 2013

¿Qué tiene Venezuela que tanto ambiciona el imperio?


Faja Petrolífera del Orinoco
/La Red/ Por Verónica Díaz Hung/
El gran legado del comandante Chávez fue recuperar la renta petrolera -que durante la Cuarta República fue secuestrada por intereses foráneos- y ponerla al servicio del pueblo, usándola como motor de desarrollo en su sueño de consolidar a Venezuela como país potencia
Nada ocurre por casualidad en Venezuela, por lo que los planes para matar al presidente Nicolás Maduro pudieron estar atados a los preparativos de Estados Unidos para invadir al territorio Sirio, ataque que sería neutralizado por la ofensiva diplomática rusa. El propio mandatario venezolano así lo considera, por lo que tajante ha afirmado que “el petróleo venezolano es nuestro o no es de nadie”. Tanto Siria, como Venezuela, son claves en la geopolítica del petróleo. También Libia, Afganistán, Irak, lo son. Todo puede pasar en un mundo sediento de petróleo, con un capitalismo en crisis y una industria armamentista en busca de clientes.
Tampoco es casualidad que muy pocos venezolanos sepan que su país posee las reservas más grandes de crudo del planeta, con 297 mil millones de barriles, de las cuales 267 mil 639 millones se encuentran en la Faja Petrolífera del Orinoco, lo que equivale al 20% del total mundial. Mientras que las reservas de gas se ubican en 58.552 MMMPCN, ubicando al país como sexto en reservas de gas.
Héctor Andrade, gerente de Nuevos Negocios de la Faja Petrolífera del Orinoco, está convencido que nada de lo que ocurre en Venezuela es casualidad, todo tiene que ver con estas inmensas riquezas de petróleo y gas. Sobre todo incomoda la política soberana de la Revolución Bolivariana en materia petrolera.
MALA PRENSA
Tampoco es casualidad que los medios financiados por el gran capital se dediquen sin descanso a desacreditar la gestión de la nueva PDVSA, porque su estrategia es que el pueblo venezolano no valore la gesta histórica que emprendió el presidente Hugo Chávez, junto con una gerencia nacionalista, para recuperar la renta petrolera y ponerla al servicio de los venezolanos.
Sostienen, por ejemplo, que PDVSA no invierte, no produce, no funciona, que regala el petróleo, y que la vieja “meritocracia” era la única capaz de administrar el negocio petrolero.
“Y lo hacen tan bien, o tan mal, que algunos terminan creyendo que fue la caperucita la que se comió al lobo”, reflexiona Héctor Andrade.
INVERSIONES
No cesan los titulares en los periódicos en la prensa opositora que afirman que PDVSA no invierte en su principal negocio que es la producción de petróleo. No obstante, las cifras demuestran lo contrario.
En 1998 la estatal petrolera invirtió 5.239 millones de dólares en refinación, extracción y producción. Y para 2012 invirtió 24.579 millones de dólares, lo que significa que 14 años después había quintuplicado el nivel de inversiones.
“Esto no tiene que ver con la construcción de casas. Esta inversión sólo se refiere a las funciones principales de esta empresa: explorar, extraer, producir, refinar y comercializar crudo”, aclara Andrade. “No es verdad que no invertimos, no es verdad que no nos dedicamos al negocio petrolero”, añade.
FLUJO DE CAJA
En 1998, en tiempos de la Cuarta República, el flujo de caja de PDVSA era negativo. Era una empresa que daba pérdidas. Tenía un déficit de caja de casi 15 mil millones de dólares, que se fue reduciendo con la llegada de la Revolución Bolivariana, y a partir de 2007 se revertió esta tendencia y ese año tuvo un superávit de 4.150 millones de dólares, desde entonces ha venido creciendo, por lo que para 2012 fue de 7.275 millones de dólares. Y esas ganancias no incluyen las inversiones en desarrollo social, que alcanzan 125 millones de dólares.
No obstante, medios como el diario El Nacional, suelen afirmar que “PDVSA redujo sus ingresos”, simplemente porque bajo su óptica la inversión social la convierten en gasto.
INTERNACIONALIZACIÓN
En Venezuela hubo un proceso que se llamó “la internacionalización petrolera”. Eso ocurrió en la Cuarta República, entre 1983 y 1999, cuando “bajo un concepto abstracto y falso de buscar mercados internacionales, PDVSA comenzó a comprar activos en el exterior con la premisa de que con esta estrategia ganaría espacios en mercados internacionales. Se adquirieron una serie de refinerías, muchas de las cuales no llegaron a refinar ni una sola gota de petróleo venezolano, y hasta se tuvo que triangular petróleo para que estas refinerías operaran, por lo que se convirtieron en costos operativos. Con la llegada del presidente Chávez se detuvo la internacionalización y se comenzaron a vender esos activos que siempre fueron un mal negocio para PDVSA y para Venezuela.
MUNDO PLURIPOLAR
En 1998 PDVSA tenía relación comercial sólo con 8 países, ahora tiene relaciones con unos 39 países.
En el 2002 la mayoría del crudo venezolano iba a Norteamérica. En el año 2012, se exportó menos hacia Estados Unidos, pero habíamos ganado nuevos mercados en Asia, Europa, Centroamérica y Suramérica, bajo la concepción de un mundo pluripolar y multicéntrico del presidente Chávez.
MONOPSONIO
Un monopolio consiste en tener un sólo vendedor, quien establece el precio, por lo general a su favor.
Pero también puede haber un sólo comprador que imponga las condiciones a los vendedores.
La enciclopedia virtual Wikipedia define un monopsonio como una situación de fallo del mercado que aparece cuando existe un único consumidor, en lugar de varios. Éste, al ser único, tiene un control especial sobre el precio de los productos, pues los productores tienen que adaptarse a las exigencias del comprador en materia de precio y cantidad, lo que le permite al consumidor obtener los productos a un precio menor al que tendría que comprarlo si estuviera en un mercado competitivo.
“Ese ente, ese país, te va obligar a venderle al precio que él decida. Y eso fue lo que ocurrió en Venezuela en los tiempos de la Cuarta República”, analiza Héctor Andrade.
“Los “expertos petroleros” de la oposición constantemente dicen que regalamos el petróleo. Eso no es cierto”.
Venezuela antes de Chávez sólo le vendía al gobierno norteamericano y a las transnacionales.
En 1998 cuando llegó al poder el presidente Chávez el precio del petróleo estaba en $10 por barril y se le vendía a Estados Unidos crudo con descuento de $4, cuando el costo de producción era entre $8 y hasta de $10 el barril.
Eso es equivalente a que hoy con un precio de $100 el barril, se le vendiera con un descuento de $40.
“Entonces, ¿quién regalaba el petróleo? Y cuando aquella Venezuela de la Cuarta República se vanagloriaba de ser “un proveedor confiable y seguro de los Estados Unidos”, realmente éramos los tontos de éste negocio, mientras el país estaba sumergido en la más absoluta miseria. Porque no había una política petrolera que salvaguardara los intereses del país hasta que llegó el presidente Chávez. Ese fue su gran legado, quien estableció una política soberana: nacional, popular y revolucionaria”, reflexiona Héctor Andrade.
RESUCITANDO A LA OPEP
Recuperar los precios del crudo fue una de las grandes gestas del presidente Chávez.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) es un ente intergubernamental, con sede en Viena, creada como respuesta a la caída del precio oficial del petróleo acordada unilateralmente por las grandes compañías distribuidoras en agosto de 1960 (que eran extranjeras). Aquella OPEP buscaba la unificación y coordinación de las políticas petroleras de los países miembros, para la defensa de sus intereses como naciones productoras.
No obstante, los países consumidores consideraron a la OPEP como un cartel, y su aversión llegó a la cúspide, durante la década de los 70, cuando en 1973 los países árabes hicieron un embargo petrolero, la OPEP triplicó sus precios de venta del crudo y ocurrió la revolución iraní en 1979. Acontecimientos que desembocaron en un acusado incremento de los precios del petróleo.
En respuesta los países consumidores crearon la Agencia Internacional de Energía (en inglés: International Energy Agency o IEA), que prometió poner de “rodillas” a la OPEP, meta que lograría años después.
La decisión de la OPEP de incrementar producción en más de 2,2 MMBD en Noviembre de 1997 incidió en la caída abrupta del precio a $10 por Barril, ya que no previó la caída de la demanda de petróleo generada por la Crisis Asiática en el otoño de ese año.
Al inundar el mercado con más crudo, los precios cayeron.
La OPEP controla sólo el 40% de la oferta y antes de Chávez se había convertido en el club de Pinocho, con Venezuela a la cabeza, ya que en la Cuarta República éramos campeones mundiales en romper la cuota OPEP.
Cuando llegó Chávez al poder, la OPEP era incapaz de defender los precios del crudo. Pero el mandatario revolucionario había prometido resucitar la OPEP, y como todo lo que se proponía solía lograrlo, este sueño también lo hizo realidad.
En 1999 Chávez viajó hasta el Oriente Medio y se reunió con gobernantes de otras naciones productoras de petróleo que no respetaban la cuota de la OPEP, deprimiendo los precios del crudo.
Chávez, incluso se reunió con Sadam Husein, y a partir de estos encuentros comenzó a aumentar el precio del petróleo.
Con su política petrolera, el Comandante contribuyó de forma decisiva a sacar a la OPEP de una profunda crisis y a elevar los precios del “oro negro” en cerca de un mil por cien durante sus mandatos.
Chávez quiso resucitar a la OPEP y conseguir que el crudo tuviese un precio justo para productores y consumidores en los mercados internacionales y lo logró.
Chávez defendía una banda en donde los precios debían fluctuar entre $80 y $100 el barril, que permitía que los países productores tuvieran la ganancia mínima necesaria, de manera que el negocio fuera sustentable en el tiempo.
Ese fue el primer gran indicio de nuestra política nacional y soberana.
“Hoy los “expertos” petroleros de la oposición suelen decir que deberíamos estar produciendo 6 millones de barriles, pero yo me pregunto, ¿vendiéndolo a $10 el barril?”, analiza Héctor Andrade.
La nueva PDVSA se propone crear capacidades para producir esos 6 millones de barriles, sin afectar los precios, porque se trata de una política nacional, que obedece a intereses soberanos y no a un mercado capitalistas que devora más y más energía.
La política petrolera es revolucionaria porque Chávez resolvió el problema de quién captura la renta petrolera y qué se hace con ella.
“Si la historia tendrá que recordar a Chávez es por su política petrolera, donde la renta petrolera es capturada por el Estado y es puesta al servicio del pueblo, convirtiéndola en bienestar para todos”, afirma Héctor Andrade.
Durante la Cuarta República se creó un régimen fiscal que entregaba cuantiosas prebendas a los intereses foráneos.
En aquellas Asociaciones “Estratégicas” las transnacionales pagaban sólo 1% de regalía después de una lucha titánica, porque el proyecto original contemplaba el pago de 0%, basados en la premisa de que se trataba de bitumen, que según ellos no “valía nada”, por lo que se necesitaba un marco legal “atractivo” al inversionista.
Además pagaba un Impuesto sobre la Renta de 34%, lo mismo que cualquier negocio no petrolero, mientras la participación de PDVSA era menor al 30% y el factor de recobro era menor al 8%. Esta era nuestra realidad antes de Chávez.
El factor de recobro es lo que se puede extraer del subsuelo con las tecnologías existentes.
Pero el presidente Chávez, con su política de “Plena Soberanía Económica”, que plasmó en la nueva Ley de Hidrocarburos, cambió este panorama radicalmente. La regalía pasó a 33,3%, el Impuesto sobre la Renta ascendió a 50%, la participación de PDVSA ahora era mayoritaria, con un 60% y el factor de recobro se incrementó a 20%.
Esto se plasmó en el ingreso petrolero, donde el Estado venezolano obtiene el 94% del ingreso petrolero y el resto se va a los socios externos.
Ya el Estado captura la renta, a diferencia de los tiempos de la Cuarta República y de la Apertura Petrolera, cuando el Estado sólo capturaba el 47%, el 53% era absorbido por los socios externos.
Eso significó 291.916 MMUS$ que entraron a la nación gracias a la nueva Ley de Hidrocarburos, ya que sin esa ley al Estado sólo le hubiesen quedado 92.581 MMUS$, y el resto se lo hubiesen llevado las transnacionales.
PDVSA ha invertido 174 mil millones dólares en 11 años en desarrollo social: salud, educación, vivienda, ahorro para los trabajadores, etc.
“Esto es lo que convierte a esta empresa, en una empresa única en el mundo y es lo que convierte nuestra política petrolera en revolucionaria”.
LA JOYA DE LA CORONA
La Faja Petrolífera del Orinoco es la joya de la corona, porque todo ese marco legal de la Cuarta República había sido creado para entregarle esa inmensa riqueza a los intereses transnacionales.
La Faja Petrolífera del Orinoco abarca 75.100 Km2 (Área Petrolera 24.260 Km2), con una población de 2.060.277 habitantes, y atraviesa los estados Guárico, Bolívar, Anzoátegui, Monagas, Delta Amacuro y Apure; 19 municipios: Chaguaramas, Temblador, Ciudad Guayana, Falconero, Ciudad Bolívar, Soledad, El Tigre, Zuata, San Diego de Cabrutica, Santa María de Ipire, Pariaguán, San Fernando de Apure y Caicara del Orinoco, y es recorrida por los ríos Orinoco, Apure, Zuata, Morichal Largo, Pao, Caris y Yabo.
La Faja es tan grande que tiene la misma población que países como República Dominicana.
Henrique Capriles cuando era candidato dijo que la nueva PDVSA había sido incapaz de aumentar la producción en la Faja desde que llegó el presidente Chávez.
Héctor Andrade, no obstante, aclara que la revolución tomó el control de PDVSA en el 2002, fecha en que la Faja producía 570 mil barriles de petróleo por día, hoy se producen 1 millón 235 mil barriles de petróleo, lo que significa un incremento de 665 mil barriles por día, es decir, un aumento del 76% y sigue creciendo por lo que a finales de año se estima llegar a 1 millón 300 mil barriles por día.
FALSO BITUMEN
La historia de la Faja se remonta a 1931 cuando se perforó el primer pozo. Se llamaba La Canoa.
En aquel tiempo cuando se producía crudo liviano en el Lago de Maracaibo y éramos el principal país exportador del mundo, el valor comercial de la Faja lucía poco atractivo, por eso su producción sería abandonada por más de 35 años. En esa época se produjeron 45 mil millones de dólares por venta de petróleo y sólo le quedó al Estado 8 mil millones de dólares.
“¿Cómo es posible que un país haya producido todo ese petróleo y haya tenido altos niveles de pobreza? Porque no teníamos el control del petróleo. Simplemente hacíamos ricos a otros. Por eso es que les resulta tan molesta la Revolución Bolivariana”, analiza Andrade.
En 1984 comenzó el desarrollo de la Faja. Fue la época de Orimulsión, que ciertamente fue uno de los grandes inventos del siglo XX. Era una mezcla de crudo, agua y de un surfactante que permitía que el crudo pudiese fluir por las tuberías. Su único fin era transportar crudo. Porque ese crudo cuando está en las profundidades del suelo es líquido, pero al enfriarse en la superficie se transforma en una melcocha espesa que no se desplaza.
“Durante aquella época los “grandes genios” que estaban al mando de PDVSA, cuyo plan definitivo era privatizar la Faja y privatizar a PDVSA, decidieron que la Orimulsión podía ser un producto y comenzamos a vender Orimulsión en lugar de crudo extrapesado”, relata Héctor Andrade.
Desde el día que se produjo el primer barril de Orimulsión, hasta su fin en el año 2005, se vendió a los precios del carbón, que oscilaban entre los $4 y los $10. Eso generó grandes pérdidas a la nación.
Si Sinovensa, una empresa mixta que hoy produce petróleo extrapesado de la Faja que se vende a $100 el barril, hubiese seguido vendiendo Orimulsión que se cotiza a $4 el barril, estaríamos dejando de percibir $96 por barril.
“Eso es simplemente estafa a la nación”, advierte Andrade. “Afortunadamente la revolución desmontó la Orimulsión”, agrega.
SUBVALUADA
Toda esta estrategia fiscal y comunicacional de desvalorización de las riquezas de la Faja, tenía como objetivo la entrega de la mayor reserva de crudo del planeta, a las transnacionales.
Pero ¿el trabajador de aquella época no se daba cuenta de lo que estaba pasando?
Esa estrategia de subvalirización estaba en todos los niveles, tanto a lo interno como a lo externo de PDVSA.
Bajo esta óptica una gerencia de cuarto nivel era la que tenía el control de las primeras reservas de crudo del planeta, ya que había que convencer a todos de que esa Faja no tenía valor, porque se trató ocultarle al pueblo la inmensa riqueza que poseía su país. Hoy es una División Ejecutiva, dada la importancia que tiene la Faja para la Revolución Bolivariana.
La batalla por la recuperación de la Faja es una gesta comparable con la de nuestros libertadores, por eso es que los bloques serían bautizados en honor a aquellos próceres: Junín, Ayacucho, Carabobo y Boyacá.
ELLOS SABÍAN
“Es importante observar que, con la excepción de unas pocas acumulaciones en el área de Machete, el tipo de crudo encontrado en la Faja Petrolífera del Orinoco fluye en las condiciones naturales del yacimiento. Ello permite su extracción con métodos convencionales a unos costos comparables con los de otros campos de petróleo pesado en Venezuela y en el mundo”, reseña Fiorillo, Giovanni, Exploration and evaluation of the Orinoco Oil Belt, Caracas.
Esta cita corresponde a un documento de Petróleos de Venezuela que data de 1984.
“Ellos sabían que allí había petróleo y que no era bitumen, pero pese a ello en 1996 le cambiaron la denominación de petrolífera a bituminosa ¿A alguien le queda alguna duda que se trataba de un plan para entregar el petróleo?, a mí no”, expone Héctor Andrade.
Un bitumen es un hidrocarburo sólido o semi-sólido, inmóvil en las condiciones de presión y temperatura del yacimiento debido a su alta viscosidad, con una gravedad menor de 8,3 ºAPI y un punto de fluidez superior a 60 ºC, cuya cotización es muy inferior al petróleo.
Se habló entonces de la “Gran Apertura” petrolera, argumentando que Venezuela no tenía la tecnología para explotar la Faja “Bituminosa”.
Cuando se compara el petróleo con el bitumen, hay dos características fundamentales que lo diferencian, uno es su capacidad de fluir, es decir, su viscosidad, que es muy diferente entre la del bitumen y la del crudo, por ello su forma de producción es distinta.
El bitumen se produce con calor, o como se hace en Canadá, que es minería a cielo abierto, que genera el crimen ambiental más grande del planeta.
Un pozo se puede extraer usando varias fuentes de energía. La primaria es la energía natural del yacimiento. La secundaria, es cuando la primaria se agota y hay que inyectar energía recurriendo al uso de vapor, agua, electricidad para seguir la extracción.
“ESTRATÉGICAS” (para quién)
Los primeros desarrollos de la Faja Petrolífera del Orinico en tiempos de la Cuarta República, se sustentaron en convenios de asociación, que por “sutilezas” del lenguaje serían llamadas Asociaciones “estratégicas”. Bajo esa figura jurídica Conoco, Chevron, Exxon, British Petroleum (tres transnacionales norteamericanas y una inglesa, que representan el imperialismo) tenían hasta la posibilidad de vender nuestro petróleo. Y todo esto ocurría porque nuestra política petrolera sólo se dedicada “a proveer petróleo seguro y confiable a USA”.
En 1992 se le entregó a cada filial un bloque, en 1996 se establecieron los convenios de asociación y había una acción dorada que supuestamente daba poder de decisión al Estado venezolano pese a su minoritaria participación accionaria, pero que nunca se pudo ejecutar.
Bajo ese modelo en nuestras instalaciones se hacían juntas directivas en inglés, las transnacionales tenían mayoría en la Junta Directiva y todas las decisiones se tomaban por mayoría accionaria y cuando había disputas se resolvían en tribunales internacionales, además en aquella época ondeaba en nuestros campos petroleros la bandera de los Estados Unidos con la foto del presidente norteamericano.
CERTIFICACIÓN
En el 2002, con la llegada del presidente Chávez es cuando Venezuela empieza a tener control sobre la Faja, y se reconoce la necesidad de tener una política petrolera soberana, sobre todo en un país al que se le había tratado de ocultar que tenía las primeras reservas de crudo del planeta.
Para revertir esta gran mentira, se creó el Proyecto Magna Reserva, ya que había que cuantificar las riquezas petroleras de la Faja. Fue Chávez el gran comandante de esta gesta. Cuentan quienes estuvieron con él, que llegó un día y pidió dividir la Faja en cuatro bloques que tuvieran un potencial de producción de 200 mil barriles por día, entonces le llevaron un mapa cuadriculado, que lo convirtió en lo que hoy conocemos como la Faja Petrolífera del Orinoco. Pidió también que cada uno de los bloques fuese certificado.
Bajo este mandato 28 empresas de 21 países vinieron a cuantificar esas reservas.
“Sólo alguien con la capacidad de entender el mundo y el negocio petrolero que tenía el Comandante Chávez podría generar esa estrategia geopolítica tan extraordinaria”.
Para esta certificación Chávez invitó a los amigos y a los no tan amigos, porque así como participó Cuba, China, Irán, Rusia también estuvieron Statoil y ENI.
Finalmente se certificaron 219.600 millones de barriles, en los bloques Boyacá, Junín, Ayacucho y Carabobo. Fue un trabajo arduo en el que se perforaron unos 143 pozos con tecnología de última generación, en un proceso auditado por empresas externas.
“Fue un ejercicio pleno de soberanía, que Chávez convirtió en las cartas de negociación del país en el tablero de la geopolítica mundial”.
Chávez solía llevarse a los presidentes que lo visitaban a la Faja, cosa que no había hecho otro mandatario venezolano.
Sólo Anzoátegui tiene más reservas que todos los países del mundo, excepto Arabia Saudita.
“Este es nuestro gran tesoro y es la razón por la que somos tan atacados”.
Héctor Andrade explica que nada de lo que ocurre en Venezuela es casualidad, todo tiene que ver con estas inmensas reservas de petróleo. Nuestra política soberana incomoda a los grandes centros del capitalismo mundial.
TABLERERO DE AJEDREZ
El visionario mandatario convirtió la Faja en un gran tablero de ajedrez. Estaba claro que había que acabar con la dependencia que suponía ser “un proveedor confiable y seguro de petróleo” del gran imperio del norte. Y metió en este tablero a chinos, rusos, hindúes, aunque no olvidó a los no amigos, por lo que las grandes transnacionales del petróleo tampoco fueron excluidas.
Esta visión soberana hasta la fecha se ha traducido en el establecimiento de seis nuevas empresas mixtas (2 en Carabobo y 4 en Junín) para la explotación y desarrollo del mismo número de áreas en la Faja, las cuales elevarán la producción a más de 4.700.000 barriles día para el año 2021, con una capacidad de producción de 6 millones barriles diarios sin afectar los precios.
Se estima que para el 2017 la Faja producirá casi lo que producimos hoy en todo el país.
Los socios de la Faja ahora deben pagar un bono de 5.700 millones de dólares, en contraste con los convenios firmados en la Cuarta República, cuando se entregaron áreas a “inversionistas” que no pagaron un céntimo por explotar nuestro petróleo.
Hasta la fecha los socios de la Faja han pagado 2.202 MMUS$ por concepto de ese bono.
Para desarrollar los negocios de la Faja, PDVSA planea construir 6 mejoradores y 2 refinerías, que estarían cerca de la Faja. Se esperan perforar unos 10 mil pozos. Se construirá un terminal de aguas profundas, para buques hechos en casa.
“No hay en el mundo un proyecto de esta envergadura. Y lo vamos a hacer nosotros. Es un asunto de soberanía”
La meta es controlar toda la cadena, desde la concepción hasta la comercialización. El Patio de Tanques que se construirá en Araya es uno de los más grandes del planeta.
Se estima que toda la producción actual de Colombia en este momento, Venezuela la tendrá sólo en dos empresas.
“Es un esfuerzo titánico que requiere dinero”.
El actual endeudamiento de PDVSA es para acometer el proyecto más importante del planeta, que requiere una inversión de más de 100 mil millones de dólares.
“Este financiamiento todo el mundo lo pide, pero no todo el mundo lo recibe, ya que se requiere garantías y nosotros las tenemos”.
Sólo a China se espera exportar 1 millón de barriles diarios para el 2016. Con los rusos estaríamos produciendo 1 millón 200 mil barriles diarios. También hay asociaciones con India e Italia.
“Estos países están poniendo su dinero en este tablero, y lo hacen porque lo consideran un negocio rentable”, analiza Héctor Andrade.
La producción de la Faja supone un riesgo mínimo, ya que incluso con un precio de $41 el barril, ya estaríamos obteniendo ganancias.
“Habría que ver si los chinos, los rusos, van a permitir que se convierta a Venezuela en otra Libia o en otro Irak”.
Y fue este el gran legado de Chávez, cómo hacer de su mayor carta de negociación, un instrumento de defensa de la Revolución Bolivariana. Fue una estrategia cuidadosamente elaborada.
China es la principal potencia emergente y Rusia es una potencia armamentista.
Muchos intentos socialistas han fenecido porque no tenían un sustento económico, y Chávez lo sabía, y en sólo 14 años logró edificar este sofisticado tablero geopolítico para salvaguardar a la Revolución Bolivariana. Ese es su gran legado, incluso aún en su ausencia física.
“El camino es la revolución. No hay marcha atrás. No se pueden perder los espacios conquistados”, expone el gerente de nuevos negocios de la Faja Petrolífera del Orinoco.

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