Historias de vida / Relatos del paramilitarismo
Credito: Aporrea.org
Táchira, 30 agosto de 2015.- Tostones y carne asada, eso come la colombiana Rosalba Peña en un rancho de zinc construido en la frontera por el estado Táchira. Podrá ser una comida humilde, pero del lado venezolano puede cubrir una necesidad fundamental sin la preocupación de ser desplazada por el paramilitarismo. Ya lo vivió en el pasado.
Con nueve familiares asesinados y desaparecidos por paramilitares en falsos positivos, huyó de Colombia desesperada por la sordera de la pugna armada de Colombia. "Es terrible, los paramilitares es lo más desgraciado que ha podido ocurrir en un país. Es una gente que mata niños, mujeres embarazadas, abuelitos, que hace las cosas más asquerosas de la vida", cuenta Rosalba.
En los últimos 25 años ha habido 4,9 millones de desplazados en la nación granadina. Solo entre 2002 y 2010, durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez,se registraron 2.400.000 ciudadanos relegados de sus tierras, según contabilizan las cifras gubernamentales de Acción Social.
"Uribe no tiene corazón, es un hombre que parece que no tiene familia".
Obligados a abandonar su país por seguridad, los colombianos corren del dolor. "El sufrimiento es algo que queda uno marcado para toda la vida, todo lo que nos ha sucedido. A parte del desaparecimiento que es forzoso, nadie está preparado para eso; personas buenas tienen que pasar por esos malos momentos, quedan solos y pierde uno la estabilidad", narra entre lágrimas Elsa Alarcón.
Su esposo, ganadero y líder político del departamento del Meta, también fue asesinado y desaparecido. En Venezuela, encontró paz y atención. "En salud tuve la atención de mi vista, en Colombia nunca tuve eso. Para el Gobierno de allá yo no existo, solo los ricos, los pobres están por el piso y aquí no".
Sus historias forman parte de los cerca de 6 mil colombianos en condición de refugiados dentro del República Bolivariana.
Vea a continuación la historia de Rosalba y Elsa, colombianas que huyeron del paramilitarismo:
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