EPALE 212 FILO Y BORDE_
POR FREDDY FERNÁNDEZ • @FILOYBORDE / ILUSTRACIÓN HENRY ROJAS
A los comunistas rusos se les ocurrió iniciar la construcción de la sociedad socialista fuera de los límites de lo calculado por Marx, es decir, en un país de la periferia del capitalismo y no en uno de los más desarrollados, como habría sido el caso de Inglaterra o Alemania. Este año se cumplirán 100 años de tal proeza. El gobierno de los sóviets (comités integrados por soldados, obreros y campesinos) duró cerca de 74 años, derrotó la contrarrevolución interna, la intervención militar de 17 países y fue el factor fundamental en la derrota de la Alemania nazi.
La existencia de un país como la Unión Soviética deslumbró al pensamiento planetario haciendo realidad legal, en su Constitución, la igualdad entre hombres y mujeres, el reconocimiento de todas las nacionalidades que convivían entonces en el vasto territorio de Rusia y la socialización de los medios de producción y de los beneficios derivados de su desempeño.
Sobre esta experiencia sobran las críticas y las hay para todos los gustos. Usted puede escoger entre las de ultraderecha, las de derecha, las de izquierda y las de ultraizquierda. También puede acudir a críticas religiosas, de género y hasta de arquitectura.
La riqueza de las críticas no me asombra. Cualquiera que suponga que una sociedad socialista o comunista debe ser vista desde su distancia a la perfección, encontrará bastante que criticar. Además, se trata de una obra humana que jamás ha tenido ni debería tener un manual de cómo debe hacerse. De hecho, el único texto de Marx que habla directamente de algunos temas de la construcción socialista es Crítica al Programa de Gotha en el que, más que delinear una ruta, critica varios aspectos de las propuestas contenidas en el programa aludido.
Todos sabemos cuáles son la principales críticas contra la Unión Soviética, pero ¿ha visto usted algún documental donde se recoja la experiencia de los miles de presos políticos que tenía el régimen socialista en sus cárceles?, ¿el documental que muestre el altísimo nivel de vida de las élites del Partido Comunista de la Unión Soviética?, ¿el documental que muestre el hambre, la desnutrición y la miseria popular dejada por la experiencia socialista?, ¿el documental que muestre la feroz represión del régimen comunista para impedir su propia caída?
Con todo esto, no digo que no haya cosas que criticar y, sin duda alguna, mucho de lo que se hizo en la Unión Soviética no le sirve de guía a otros países. Lo que sí demostró la Unión Soviética es que puede haber experiencias en las que la educación, la salud, la vivienda, el empleo y la recreación sean una realidad para todos, incluso para los que no comparten el modelo de sociedad en el que viven.