Altos costos llevan a reducir entretenimiento. Ecoanalítica estima que en 2015 el consumo privado se contraerá 4,3%.
Frente a la crisis de escasez de rubros de la canasta básica y altos precios que se incrementan con cada ida al supermercado, ha impactado en el consumo de los venezolanos en bienes y servicios. La firma Datanálisis estima que tendrá una tendencia de 6% y hacia la baja.
De acuerdo con Consecomercio y Anauco, consultados por este rotativo, la situación actual está afectando a los comerciantes porque los precios no cubren la reposición de la mercancía y a los consumidores pues no tienen para escoger, adquiriendo productos a “buenos precios”, muchas veces para proteger su salario.
El economista Luis Vicente León, indicó a PANORAMA para el cierre del 2015, el consumo se reduciría 6% de acuerdo a las perspectivas que maneja la firma de investigación que lidera, Datanálisis. “Esperamos una contracción del consumo para final de año de 6%”.
Ese porcentaje pareciera bajo frente a la crisis inflacionaria y de escasez de productos que hay, sin embargo, León, asegura que “la mayoría del consumo en el país refiere bienes esenciales es el mayor porcentaje en el consumo”, como arroz, pasta, harina, y este consumo “no ha bajado”. Además, afirma que una “caída de 6% es muchísimo”, frente al 3,5% en el que cerró el 2014.
Sobre el consumidor, León sostuvo recientemente, que un 76,1% no consigue o consigue poco de lo que busca, mientras que 89,7% de los venezolanos consigue colas cuando va a comprar: siempre o casi siempre.
Otro estudio realizado es el de la firma Ecoanalítica, que prevé que en 2015 el consumo privado se contraerá 4,3%, y proyectó para el 2016 una reducción de 4,1%. El economista Asdrúbal Oliveros, director de esta firma explica que los ciudadanos no pueden mantener los patrones de consumo que tenían en el pasado y que las empresas deben ajustarse a esta nueva realidad.
Además, planteó que para enfrentar la situación actual económica, las empresas deben invertir en su capital humano para retenerlo. Agregó que podrían hacerles préstamos a sus trabajadores e incrementar la periodicidad de sus pagos para disminuir el impacto negativo en su capacidad de compra.
Para Cipriana Ramos, presidenta del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), el consumo en Venezuela pasó de ser “exquisito” a comprar todos los productos, es decir, a “comprar lo que hay” en el mercado.
“Antes teníamos fidelidad a una marca, ahora no tenemos esa opción, por lo que el comportamiento del consumo dependerá de las necesidades que se tenga; en este momento el consumo se está dirigiendo solo a aquellos alimentos y medicamentos necesarios porque no está alcanzando lo que se está percibiendo”, dice Ramos.
Castro sostiene que ahora las personas al entrar a los supermercados y similares, compran productos que ven en “buen precio o está barato y lo compro aún cuando no lo necesite, porque es una forma de proteger el sueldo, lo que está distorsionando completamente la economía familiar”.
Situación que afecta al comercio porque “hay una rotación permanente de mercancia, pero que no deja la ganancia ni cubre los costos, además de afectar la parte emocional porque por ejemplo los cajeros cuando deben despachar productos regulados significa el estrés más profundo del día”.
Otro aspecto que afecta el bolsillo de los venezolanos es que al no encontrar todos los rubros en un establecimiento debe buscar en otro, adquiriendo y gastando más de lo que tenía planificado, al pensar que luego lo puede necesitar; lo que también reduce la distracción fuera del hogar y disminuye el uso de servicios como cine.
Desde el punto de vista de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores (Anauco), el marcado desabastecimiento y la inflación han afectado los derechos de los consumidores, establecidos en la Constitución, como “el de elegir bienes y servicios de calidad contemplado en el artículo 117 o la seguridad alimentaria que es el acceso permanente y oportuno a los alimentos que está en el artículo 305 de la carta magna, ambos derechos no se pueden ejercer; no hay nada qué elegir, se trata de subsistir comprando lo que hay y no hay un acceso permanente y oportuno a los alimentos”.
Su presidente Roberto León Parilli, considera que hay un acceso totalmente limitado con tantas restricciones. “no se puede consumir más porque no hay productos, los que van apareciendo los ciudadanos los van comprando”.
Un estudio publicado recientemente señala que el 72% de las personas debe pasar por más de tres establecimientos para poder adquirir los productos de la canasta básica que está buscando, en lo que se observa la disminución en el consumo antes mencionado.
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