sábado, 29 de julio de 2017

Dolor agudo entre Santa Rosa y Cabimas por atroces filicidios


Redacción Sucesos
Alejandro Bracho
José    Reyes Fama Barrios y Manuel   Espinoza Roa cometieron sus atroces crímenes sin tener cumplidos los 30 años. Los dos llenaron de terror y dolor un par de hogares zulianos, asesinando, cada uno, a tres  niños. El primero, mató a sus tres hijos a machetazos; el segundo, estranguló y abusó de  tres de sus cuatro hijastros. También le segó la vida a su mujer.
La tragedia desatada por Fama Barrios sucedió 22 meses después que la provocada por Espinoza Roa.
La madrugada del pasado jueves, Fama Barrios, de 28 años. despertó iracundo a su mujer, Indiana del Valle Sánchez Rojas, de 25 años, y a sus niños. Los atacó sin piedad con un machete y a los tres indefensos les arrebató la vida, en su casa del sector  Delicias Nuevas, de Cabimas. A Indiana, con heridas profundas, la envió al hospital.
A Fama Barrios, o “El Monstruo de Cabimas”, lo detuvo la policía de esa localidad de la COL. Los funcionarios, consternados ante dantesca, confirmaron los trágicos decesos de Santiago José (6 años),   Luis José (4)    y Adrián David Fama Sánchez, de 1 año.
Este cruel y múltiple crimen despertó el dolor que causó, en septiembre de 2015, Espinoza Rosa, quien fue llamado “El Monstruo de Santa Rosa”. Tenía 29 años.
Fue en la populosa Santa Rosa de Agua, al noreste de Maracaibo, donde Espinoza Roa, tras discutir y violar a  su pareja, Greilys Ortega, abusó y asesinó a tres de sus cuatro hijastros.
Miguel Efraín (9), Yusbelys Margarita (7) y Manuel José (6) fueron las   víctimas del “Monstruo de Santa Rosa”.
Espinoza Roa, cometido los asesinatos, huyó. Se escondió en el sur del país, donde lo arrestaron. Un año, un mes y 24 días   después de la matanza cayó preso en un hotel de  Guasipati, estado Bolívar, a 1.500 kilómetros de Maracaibo. Allá  tenía  una  identidad falsa. Se hacía llamar  Fernando Pauli y sus andanzas terminaron el 31 de octubre del 2016.
“El Monstruo de Santa Rosa” fue capturado  luego de volver a matar. Le quitó la vida con una tijeras a la maestra jubilada Crisálida   Contreras Espejo, de 82 años, quien era suegra del capataz de la hacienda donde él trabajaba.
Lo trajeron al Zulia y Espinoza Roa fue acusado por femicidio agravado y violencia sexual agravada en perjuicio de Greily   Ortega; además de homicidio intencional calificado y abuso sexual agravado en detrimento de los niños  Miguel Efraín, Yusbelys Margarita  y Manuel José. Lo condenaron a  pena máxima: 30 años. 
Para la familia de las víctimas, la pena máxima no era suficiente. “A veces la justicia no es justa” dijeron en enero pasado, al tiempo de pedir  a las autoridades que se revise ese tema porque “30 años es poco para tanto dolor. Es una burla”.
En Cabimas hay dolor. El Zulia entero está horrorizado.  Fama Barrios  mató a los niños y amenazaba  con terminar de asesinar a su mujer  si alguno de los uniformados se acercaba.
Parientes de Indiana aseguraron al portal noticiascol.com: “Hace un mes, José calentó un hierro y atacó a su pareja. Decía que la iba a quemar”. Afirmaron que le pedían que lo dejara, pero   se  negaba. Lo acompañaba a una iglesia evangélica porque “se sentía poseído”.
Los niños de 6 y 4 años iban a la escuela. “Eran alegres, cariñosos y muy despiertos”, recuerdan sus tíos.
Dos tragedias que no se olvidarán. Un dolor agudo une ahora  a Santa Rosa y Cabimas.

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