NEGRO
Caracas, 25 de mayo de  2017.- Tal Día como hoy de 1731, el zambo cimarrón Juan Andrés López del Rosario, junto a otros negros esclavos con apoyo de algunos hacendados criollos, orquestaron una rebelión en contra de los abusos y el control excesivo de la Real Compañía Guipuzcoana que monopolizaba el comercio entre Venezuela y España
La historia toma como una de las primeras luchas en contra del poderío colonial de España. En Yaracuy, por decreto regional, se celebra el Día del Cimarrón desde el 2005 en conmemoración a ese grito de libertad que ese grupo de combatientes, liderados por el cimarrón Andresote, quien gestó la semilla que luego germinaría en la lucha independentista.
El cronista de la Ciudad de San Felipe, Raúl Freytes, se refiere de Andresote como el hombre que sublevó los cumbes en los territorios comprendidos entre los ríos Tocuyo, Aroa y Yaracuy, fue protagonista de una revuelta en contra de las autoridades de la Guipuzcoana.
Los Cimarrones alentados por sectores adversos a la factoría, hacendados y contrabandistas holandeses, tuvieron una activa participación en el complot contra el gobierno español.
En esta actividad el río Yaracuy se convirtió en el principal escenario de la rebelión del zambo Andresote, baquiano en las corrientes de esta vía fluvial, quien dirigió sus cuadrillas de indios, mestizos, mulatos y negros, armados con picas y machetes; aunque no pudo contra el poderío colonial sí logró marcar un importante precedente histórico.
El zambo Andresote nunca fue capturado ni conocido su paradero final y llegó a convertirse en una leyenda y fuente de inspiración para generaciones posteriores.
De acuerdo con Freytes, la lucha de clases desatada por Andresote demostró con el tiempo que el objetivo estratégico del movimiento rebelde cimarrón tenía un alto contenido social, más que el interés comercial.
El propósito de la rebelión fue romper las cadenas de la tiranía, que seguirían soportando durante muchos años hasta lograr la plena independencia con la gesta emancipadora de El Libertador Simón Bolívar.     /EM

Fuente: AVN