Con las denominadas “puputov”, bombas de excremento, la derecha violenta arremete contra las fuerzas de seguridad del Estado
La irracionalidad se apoderó de la oposición a tal punto que han elaborado un plan para comenzar a utilizar excrementos como arma biológica, con el objeto de dañar a las fuerzas de seguridad del Estado que mantienen el orden público durante las protestas convocadas por este sector que usualmente culminan en violencia.
La usanza de este tipo de bioterrorismo –que no es más que el uso de bacterias, virus o gérmenes con el propósito de causar enfermedad y generar pánico en la población– comenzó el pasado sábado en la ciudad de Los Teques, capital del Estado de Miranda, donde poco más de una docena de agentes de la Guardia Nacional Bolivariana fue blanco de un ataque con detritus. Antes de retirarse del lugar, algunos efectivos habrían vomitado de asco.
Los grupos violentos han denominado estas armas como bombas “puputov”, las cuales han sido empleadas, además, en los estados Táchira, Mérida, Carabobo y Caracas, y se planea usar en la “marcha de la mierda”, que efectuarán hoy en algunas entidades del país.
Quienes aplican y celebran la “iniciativa” parecen olvidar que la materia fecal contiene gran cantidad de bacterias, virus y parásitos que lo convierten, aunque parezca irreal, en una potencial arma bacteriológica que expone a graves enfermedades a todo aquel que esté cerca de estos desechos, ya sean los funcionarios víctimas de esta agresión o quienes los manipulan.
Hay un sinnúmero de enfermedades que se pueden contagiar a través de los desechos orgánicos.Dentro de los trastornos que afectarían a la población por el uso de este elemento están: salmonelosis: deshidratación grave en especial en los lactantes y ancianos; fiebre paratifoidea: que puede producir hemorragias e incluso perforación intestinal; shiguelosis: disentería bacilar con una mortalidad del 20%. Hepatitis vírica A: que es una enfermedad grave e incapacitante que puede durar varios meses. Cólera: mal que se genera en muchos países africanos y que ha llegado a ser catalogado como epidemia; anquilostomiasis: parasitosis crónica; amibiasis: una enfermedad infecciosa y muy resistente a tratamientos, entre otros.
Con esto, la derecha muestra su lado más fascista y un evidente trastorno de personalidad antisocial –conocido médicamente como sociopatía– seguido del odio y la irracionalidad que pretenden incubar en la población a través de las redes sociales, lugar donde incitan a sus seguidores a practicar esta forma de terrorismo.
Como ejemplo de ello, el presidente editor del diario El Nacional, Miguel Henrique Otero invitó a la militancia opositora a utilizar este nuevo método de terror. “¿Qué pasa si la onda puputovs se internacionaliza? O sea, ¿empieza la lluvia de puputovs a embajadas y residencias de embajadores?”, escribió en su cuenta en twitter.
Otros usuarios han extendido en las plataformas digitales “recetas” para armarlas como lo hizo @gerber1707, quien escribió “bombas de carnaval llenas de m…. Son mejores para lanzar directo a los tipos esos…. Solo sugerencia”; y en algunos casos como la cuenta @DolarToday que ofrece recompensas por usarlas. “Creo que deberíamos ofrecer recompensa por cada video que nos envíen de una #puputov impactando a un GNB o PNB… ¿qué opinan?”, indica el mensaje.
EXCREMENTO COMO ARMA
El uso de excremento como un arma biológica para la guerra no es nuevo. Cuando se habla de una “guerra biológica”, el común de la gente piensa solo en virus y microorganismos desarrollados en avanzados laboratorios y en sofisticadas armas de espías; sin embargo este mecanismo de bioterrorismo no es algo tan moderno como comúnmente se piensa.
La idea de imitar a la naturaleza en el uso de plagas, epidemias y enfermedades ha estado en la mente del hombre antes incluso del gran desarrollo de la microbiología y biotecnología que se ha dado en los últimos siglos. De hecho, ha acompañado a la humanidad desde sus orígenes.
El primer ejemplo del uso de la materia fecal fue el de los escitas, un pueblo nómada eurasiático que vivió desde el siglo IX antes de nuestra era hasta el siglo IV d.C.
Una de sus especialidades de guerra era el uso de flechas envenenadas, las cuales, según el libro Greek Fire, Poison Arrows, and Scorpion Bombs: Biological and Chemical Warfare in the Ancient World (Fuego griego, flechas envenenadas y bombas de escorpión: la guerra química y biológica en el mundo antiguo), eran sumergidas en una mezcla de veneno de víbora, cadáveres de serpientes, sangre humana y heces.
Si las flechas lastimaban a una persona, podían causar gangrena y tétanos (debido a la sangre y a las heces), así como otras infecciones provenientes de las víboras.
Después, durante la Edad Media, las heces de las víctimas de la plaga bubónica eran catapultadas hacia los castillos para infectar a aquellos en el interior.
En la China del siglo XII se usó una versión un poco más avanzada de los excrementos catapultados, según el libro Siege Weapons of the Far East (1): 612-1300 (Armas de asedio del lejano oriente: 612-1300 d.C.), de Stephen Turnbull.
En la China del siglo XII se usó una versión un poco más avanzada de los excrementos catapultados, según el libro Siege Weapons of the Far East (1): 612-1300 (Armas de asedio del lejano oriente: 612-1300 d.C.), de Stephen Turnbull.
El arma, que el autor llama “una bomba lanzaexcremento”, fue una especie de dispositivo explosivo hecho con hilo de cáñamo y relleno de pólvora, excremento humano y veneno, con una mecha que era encendida antes de ser lanzada al enemigo.
En el siglo XX la guerra biológica alcanzó un nivel de mayor sofisticación, gracias al avance de la microbiología.
Durante las dos guerras mundiales se desplegaron modernas técnicas. En Japón, uno de los primeros hombres que aprovechó el mejor entendimiento de la microbiología para desarrollar armas biológicas fue Shiro Ishii, que dirigió el Escuadrón 731, considerado al día de hoy como el responsable de uno de los mayores crímenes de guerra, semejante al del exterminio nazi.
Los japoneses centraron su investigación en enfermedades como el cólera, la viruela, el botulismo. Incluso desarrollaron bombas que extendían estas enfermedades allí donde caían; como respuesta el resto de superpotencias también desarrolló un gran armamento biológico, como el ántrax o el muermo.
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Atacan con explosivos la Base Aérea de La Carlota
El ministro para la Comunicación y la Información publicó ayer un video donde se observa a un grupo de terroristas que participaban en las manifestaciones convocadas por la oposición venezolana, realizar ataques con explosivos contra las instalaciones de la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda, ubicada en La Carlota.
Esta base aérea, que sirve de asiento de la Comandancia General de la Aviación Militar Bolivariana, se encuentra declarada como zona de seguridad por resguardar unidades que están al servicio de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
Este video evidencia las acciones que las fuerzas de choque de la oposición han venido instrumentando contra instalaciones de la FANB y sus efectivos, ataques que de acuerdo a la Ley venezolana deben ser juzgados por tribunales militares.
Este lunes, el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, cumpliendo su rol injerencista y en clara manipulación de los hechos, cuestionó la actuación de la justicia venezolana contra estos grupos terroristas asegurando que son “manifestantes pacíficos” ejerciendo su derecho.
Ante esta evidente manipulación de la información, Villegas interrogó qué acciones habría tomado el Gobierno de los Estados Unidos, de Colombia o de Francia, ante un atentado contra sus instalaciones militares.
ATAQUE CONTRA CORPOELEC EN LARA
El ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez denunció este lunes que un grupo violento atentó contra una fábrica de medidores de la Corporación Nacional Eléctrica (Corpoelec), ubicada en la ciudad de Carora, estado Lara.
El ministro detalló que los asaltantes destruyeron equipos de computación y documentos de la empresa. Además intentaron agredir a un agente de seguridad que logró huir.
Previamente el grupo terrorista intentó incendiar las instalaciones de un centro de diagnóstico integral, acción repelida por efectivos policiales de la entidad.
BEATRIZ ARIAS CONTRERAS / CIUDAD CCS
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