La antichavista Patricia Bullrich
27 Nov. 2015 - La sorpresa en el gabinete de Mauricio Macri fue el nombramiento de Patricia Bullrich como ministra de Seguridad. Los trabajadores y jubilados la recuerdan por haber sido la ministra de Trabajo que, en 2001, recortó un 13% los salarios de los empleados estatales y las jubilaciones.
Bullrich, que empezó como militante de la Juventud Peronista en los años setenta y desde entonces atravesó todo el arco político hasta llegar a ser la ministra de Macri, viene de una de las más patricias familias argentinas, descendiente de Juan Martín de Pueyrredon, director supremo de las Provincias Unidas en 1816, cuando se declaró la independencia de España. A los 16 años la joven de alcurnia se dejó llevar por los vientos de cambio de los años setenta e ingresó a la Juventud Peronista, antesala de la organización guerrillera Montoneros. En 1975 estuvo detenida cinco meses, y se exilió tras el golpe militar del 24 de marzo de 1976.
Con el retorno de la democracia en 1983, Patricia dio un giro de 180 grados en sus orientaciones políticas: fue diputada del partido Justicialista durante el gobierno de Carlos Menem, y de ahí saltó a la Alianza, la coalición que llevó al dirigente del partido radical Fernando de la Rua como presidente en el año 2000. En octubre de 2000 fue nombrada ministro de Trabajo, cargo que desempeñó hasta octubre de 2001, para luego hacer un breve paso por el ministerio de Seguridad Social hasta noviembre de ese año.
Ese comienzo de siglo, la Argentina atravesaba la más grave crisis social de su historia reciente, con piquetes de desocupados cortando las rutas, saqueos y huelgas, ante la desesperante situación económica. La crisis concluyó en diciembre de 2001, con la renuncia del presidente Fernando de la Rúa, quien debió abandonar en helicóptero la Casa Rosada, pues las calles estaban tomadas por las protestas y la represión policial que dejó 38 muertos.
En el año que Bullrich fue ministra de Trabajo, se llegó a las mayores tasas de desempleo y cierres de empresas, personal suspendido y recorte de horas laborales de la historia reciente de la Argentina: cuando se posesionó, en octubre de 2000, el desempleo era de 14.7%, cuando renunció era de 18.3%, y dos meses después era del 21.5%.
Como ministra, Bullrich firmó el recorte del 13% de los salarios de los empleados estatales y de las jubilaciones, que afectó a 533.401 jubilados, el 16% del total.
Aún hoy se recuerda su enfrentamiento con el movimiento sindical organizado, al que intentó desmembrar, proponiendo, infructuosamente, varias leyes en su contra. Hugo Moyano, el dirigente de la Central General del Trabajo (CGT), la apodó despectivamente "la piba".
Bullrich se ufana de su gestión en ese año fatídico: "algo que me ha permitido tener vigencia política es un reconocimiento a mi gestión en la Alianza", comentó en una entrevista por radio Nacional Rock, y agregó: "Uno ha tratado de hacer las cosas con mucha fuerza y poniendo una impronta, poniéndole un límite al sindicalismo".
Desde entonces, Patricia fue pasando por distintos partidos políticos, hasta llegar a la coalición Cambiemos. Consultada sobre su movilidad política, que la ha llevado a recorrer el arco desde la extrema izquierda hasta la derecha, en una entrevista con La Nación, contestó: "En la Argentina, si vos te quedás quieto y no seguís la historia, te congelás".
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